“Me quitaron la libertad pero no las ideas”, dijo la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala, detenida desde enero de 2016. Hoy habló desde la prisión domiciliaria. Relató detalles sobre sus condiciones de detención, la situación de colapso al que llegó la economía bajo la administración Cambiemos y la persecución a los dirigentes populares, incluida la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y ella misma. “Te humillan, quieren que agaches la cabeza. Voy a cumplir mil días y no lograron callarme. Torturaron a mi familia y a mí”, dijo en conversación con el programa radial Un poco más.                                                                           

Durante una entrevista por radio AM750, la dirigente insistió con que “Nuestro país hoy es una vergüenza porque hablan de democracia, hablan de diálogo, de que tenemos que estar alegres. Y millones de argentinos no están alegres: no hay paritarias, te despertás y no sabés qué fábricas están cerrando o en qué ministerio han atacado a los trabajadores”.

"Nos costó mucho, con lágrimas, con trabajo, con esfuerzo, construir para que en dos años y seis meses destruyan todo. Porque han destruido todo, no solamente han destruido las obras de la Tupac Amaru han destruido todo un país”, manifestó.

También se refirió a las declaraciones de los arrepentidos en la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno: “Si salís a declarar en contra de Cristina, estás en libertad, y si hablás de los supuestos bolsos, también”.

Consultada sobre sus condiciones de detención relató que sigue “en la cárcel que me han armado en El Carmen, donde sigo con todas las paredes alambradas, gendarmes, cuatro cámaras. Mis hijos no pueden entrar si no se anotan como visitas. Después también hay requisas”. “Es impresionante que en la carpa donde se hacen las requisas hay una cámara y justo donde da el foco a las mujeres las hacen bajarse la bombacha, me han contado que les tocan las partes íntimas”, denunció.

La dirigente volvió a la casa reacomodada como prisión en el barrio El Carmen, de San Salvador de Jujuy, el pasado 18 de agosto. Pudo volver después de la acordada de la Corte Suprema con la que el máximo tribunal ordenó cumplir con lo determinado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. De ese modo el juez Pablo Pullen Llermanos ordenó sacarla del penal de alta seguridad de Salta, donde permaneció dos semanas.

La CIDH había establecido que la líder de la Tupac Amaru debía tener arresto domiciliario o condiciones morigeradas de detención, y El Carmen no cumple esos requisitos. El lugar había sido acondicionado en su momento como un centro de rehabilitación y sufrió saqueos y destrozos antes del traslado de la referente de la Tupac. Así lo resaltó Sala: “No es domicialiria, tengo cámaras por todos lados, no me puedo ni mover. Cada vez que tengo que ir a una audiencia me lleva el Servicio Penitenciario, cuando quien lo tendría que hacer es la policía de la provincia”.

 “Jujuy fue un laboratorio para ver si les salía bien y después seguir con el resto del país. Y lo hicieron, lo hicieron con muchos compañeros que son presos políticos hoy, y ahora lo están haciendo con Cristina”, finalizó Sala.