El gobierno de Estados Unidos presentó en secreto cargos contra Julian Assange, el creador de la página web Wikileaks. La maniobra fue revelada accidentalmente cuando el experto en terrorismo Seamus Hughes, de la Universidad George Washington, encontró una copia que el Departamento de Justicia incluyó por error en un caso judicial totalmente independiente de Assange. Hughes percibió la importancia del caso y la comunicó por Twitter. El diario The New York Times confirmó ayer la noticia y la publicó.

Estados Unidos está intentando acusar y juzgar a Assange desde 2010, cuando Wikileaks publicó una masiva fuga de documentos del Pentágono enviados por el soldado Chelsea Manning, que antes de ser encarcelado y cambiar de sexo era un analista de inteligencia de bajo rango. Assange lleva años asilado en la embajada de Ecuador en Londres, después de ser acusado de abuso sexual por la policía sueca, cargo que él niega y considera una maniobra para entregarlo a Estados Unidos. En 2016, Wikileaks publicó cientos de mails internos de la campaña electoral demócrata que, opinan en los sectores de seguridad de EE.UU., fueron hackeados por rusos interesados en perjudicar la elección de Hillary Clinton.

Fuentes judiciales consultadas por  The New York Times confirmaron que desde hace meses el Departamento de Justicia busca cómo presentar cargos contra Assange. Los cargos ahora presentados en secreto coinciden con la investigación de Robert Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016, que involucran al presidente Donald Trump y a familiares directos. El abogado Barry Pollack, que representa a Assange en Estados Unidos, explicó que los cargos “son preocupantes porque significa que el gobierno quiere acusar a alguien por publicar información veraz. Eso es un camino peligroso para una democracia”. 

La manera en que la acusación contra Assange salió a luz es verdaderamente insólita y el gobierno se negó hasta ahora a dar alguna explicación. La documentación surgió en el juicio a Seitu Sulayman Kokayi, acusado de coerción contra una menor de edad para que tuviera relaciones sexuales con él. Kokayi fue acusado a principios de agosto y el 22 de agosto los fiscales presentaron un escrito de tres páginas explicando por qué pedían a la corte que se mantuviera el secreto de sumario. La primera página hablaba de Kokayi, pero a partir de la segunda se hablaba de “Assange” y de los cargos presentados en su contra. El escrito explicaba que el secreto era necesario porque el acusado era una persona pública, estaba en el extranjero y todavía había que extraditarlo. La conclusión es que los fiscales pegaron por error una parte de un escrito sobre Assange en su presentación contra Kokayi.

“El levantamiento del secreto deja desprotegidas las necesidades de las fuerzas legales porque, debido a la sofisticación del acusado y a la publicidad que tendría el caso, nada podría impedir que se sepa que Assange fue acusado”, dice el documento revelado por error. “Todo este proceso deber continuar bajo secreto de sumario hasta que Assange sea detenido por los cargos presentados y por lo tanto ya no pueda evitar ser arrestado y extraditado por estas cuestiones”.

Hasta ahora Estados Unidos no había presentado cargos contra Assange, sólo contra funcionarios que revelaran información clasificada que pasara por sus manos. El gobierno de Barack Obama no quería crear un precedente en el cual una persona que publicara fuera procesada por lo que publicó, por lo que se limitó a acusar a empleados públicos que quebraran el sigilo de sus funciones.