A pesar de que Lori Lightfoot hizo historia anteayer al convertirse en la primera alcaldesa negra y abiertamente lesbiana de Chicago, parte la comunidad Lgbtq no lo ve como una victoria por sus lazos con la policía. “Ella ama y ha trabajado para proteger los sistemas que se chupan recursos y lastiman a nuestras comunidades”, tuiteó Charlene Carruthers, militante queer y feminista de Chicago. “Donde los desinformados ven a una progresista, nosotros vemos a una figura con lazos fuertes con los elementos más represivos de Chicago y un largo historial de dañar a las comunidades que dice representar”, afirma un artículo de la histórica revista sobre temas Lgbtq, The Advocate. “Lightfoot es una abogada corporativa y fiscal de toda la vida, conocida por representar a conglomerados de derecha y defender a policías contra cargos de falta de ética laboral”, agrega. En tanto, el sitio stoplightfoot.com (paren a Lightfoot), que se proponía revelar el “lado B” de la demócrata durante la campaña, sostiene: “El plan de Lightfoot de expandir la presencia de la policía en la ciudad, mantener en funciones al Superintendente de la Policía Eddie Johnson, y transformar 38 escuelas públicas cerradas en mini academias de policías debería preocupar a cualquier persona Lgbtq de Chicago”. El sitio recuerda, además, que aproximadamente el 73 por ciento de las personas Lgbtq tuvieron contacto con la policía y la mayoría de ellos experimentaron una falta de ética profesional por parte de los agentes. “Además, la oposición de Lightfoot al control de aquileres pone en riesgo que aumente la crisis de personas que viven en la calle, muchas de ellas personas Lgbtq, especialmente jóvenes”, afirma stoplightfoot.com. Los críticos le achacan, asimismo, haber tenido una actitud ambigua en casos de gatillo fácil, y de haber llegado a defender en múltiples oportunidades a policías acusados de haber disparado sin justificación, especialmente a miembros de la comunidad negra y marginada. En 2002, Lightfoot se convirtió en la jefa de la Oficina de Estándares Profesionales de la Policía de Chicago. Según una investigación del diario Chicago Tribune, mientras estuvo en el cargo, entre 2002 y 2004, Lightfoot llevó adelante rápidas y someras investigaciones, además de que investigó muy pocas de las quejas que cayeron sobre efectivos acerca de su comportamiento. Muchos también le critican haber justificado a la policía Phyllis Clinkscales cuando disparó y mató a Robert Washington, un joven de 17 años. La ahora alcaldesa respondió recientemente que el superintendente ya había estipulado que no era un caso de gatillo fácil y que cuando el caso volvió a ella no había mucho que pudiera hacer. La policía sólo recibió una suspensión de 30 días.