El Gobierno de Mauricio Macri endeudó al Estado argentino por unos 100 mil millones de dólares en algo más de tres años de mandato. En promedio, se cuadruplicó el ritmo de endeudamiento en relación al período 2007-2015 y en forma acumulada la deuda contraída en tres años es superior a la que se tomó en los ocho años previos. Además, creció el peso de la deuda nominada en dólares y con jurisdicción internacional, al tiempo que subió el porcentaje de los pasivos de corto plazo. Es decir que además del fuerte crecimiento cuantitativo del endeudamiento se produjo un marcado deterioro cualitativo del mismo. Los datos fueron recabados por la Universidad de Avellaneda (Undav). A la par de este proceso se achicó la economía, subió el desempleo y la pobreza y retrocedió el poder adquisitivo del salario.
En términos de comercio exterior, los tres últimos años de mandato de Cristina Fernández anotaron una sumatoria de exportaciones e importaciones por 401.532 millones de dólares, muy por encima de los 366.374 millones de expo e impo en 2016, 2017 y 2018 juntos. En cambio, la comparación de la inversión extranjera directa arroja un resultado favorable para Cambiemos, fueron 7628 millones de dólares según el Banco Central frente a 5681 millones del período 2013-2015 (una suba del 34 por ciento). La deuda externa quedó en el centro de aquel lema de Macri sobre la necesidad de “volver a integrarnos al mundo”.
Según la Undav, el ritmo de endeudamiento público subió de algo más del equivalente a 9 mil millones de dólares por año en el período 2007-2015 a 35 mil millones en 2016-2018. En ese marco, la deuda nominada en moneda extranjera, que implica una mayor exposición de la economía a compromisos en una moneda que no produce –a pagar con los dólares del comercio exterior o con nuevo endeudamiento– pasó de 160.333 millones de dólares en 2015 a 253.696 millones, un aumento de 93.363 millones de dólares (58 por ciento en apenas tres años).
El informe advierte que, del total de nueva deuda, 66 mil millones de dólares fueron emitidos bajo legislación extranjera. Esto implicó un aumento desde el 28,2 al 39,3 por ciento de la deuda que se dirime en los tribunales foráneos en relación al total de la deuda. Por otro lado, “la deuda ha cambiado hacia una estructura más cortoplacista”, advierte la Undav. Entre 2015 y 2018, el porcentaje del stock de deuda que vence en el corto plazo (menos de un año) pasó del 8,4 al 11,8 por ciento.
La conjunción entre la suba del endeudamiento y el achicamiento de la economía da como resultado un empeoramiento de las condiciones de sustentabilidad de la deuda. La Undav resalta que el ratio de la deuda pública bruta sobre el producto bruto interno creció desde el 53,5 por ciento (incluyendo intereses punitorios pagados a los Fondos Buitres) hasta el 86,2 por ciento. La deuda externa con no residentes pasó del 14,1 al 41,8 por ciento. En relación a las exportaciones, la deuda en moneda extranjera pasó del 212,6 a 331,2 por ciento entre 2015 y 2018.
La deuda externa bruta subió en tres años un 56 por ciento, el mayor aumento de la región. En segundo lugar quedó el incremento de Ecuador (54 por ciento) y muy atrás el de Bolivia (31 por ciento), Paraguay (30 por ciento), República Dominicana (28 por ciento) y Panamá (25 por ciento).