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INVESTIGAN POR MALOS TRATOS UNA CLÍNICA VINCULADA A YARIA

MENORES TRATADOS POR EXPERTOS

Una jueza de menores investiga malos tratos en la Fundación Gradiva, que recibe a menores por adicciones. El lugar fue fundado por Juan Alberto Yaría, titular de la Secretaría de Prevención de las Adicciones bonaerense. Su mujer y su hijo siguen desempeñándose allí. La Justicia no deriva más pacientes, pero Yaría sí.

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EL FRENTE DE LA FUNDACIÓN GRADIVA, UNA COMUNIDAD TERAPÉUTICA UBICADA EN EL BARRIO DE CABALLITO.



UNA JUEZA ENCONTRÓ QUE ALLÍ LOS MENORES ERAN DOPADOS CON ALTAS DOSIS DE SEDANTES Y CONFINADOS A CELDAS DE AISLAMIENTO.



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La justicia bonaerense investiga la presunta sobremedicación y malos tratos que reciben los menores internados en la Fundación Gradiva, una comunidad terapéutica que atiende pacientes adictos y con patologías psiquiátricas, derivados por la Secretaría de Prevención de las Adicciones, jueces de menores y otras instituciones oficiales. Tras recibir una denuncia anónima, la jueza de Menores de La Plata Irma Lima inspeccionó el lugar, ubicado en el barrio de Caballito, y comprobó que los menores son dopados con "altas dosis de sedantes y fármacos" para evitar "ideas de fuga" y "posibles desbordes de conducta", y que en ocasiones son confinados a "celdas de aislamiento", sin baño, donde duermen semidesnudos en el piso. La Fundación Gradiva fue creada en 1987 por Juan Alberto Yaría, actual titular de la Secretaría de Prevención de las Adicciones bonaerense, quien fue su presidente hasta asumir como funcionario. Al renunciar, en 1993, dejó al frente de la institución a su esposa, Mirta Guaraglia, quien hoy trabaja en la administración de la Fundación. En diálogo con Página/12, Yaría negó las versiones que lo señalan como titular de Gradiva, aunque admitió que su mujer y uno de sus hijos siguen trabajando en el lugar. Yaría tampoco consideró que haya motivo alguno para dejar de mandar jóvenes allí, aunque un informe oficial resolvió suspender las derivaciones por considerar que el lugar "no reúne las condiciones mínimas que garanticen un tratamiento adecuado".

El funcionario rechazó las supuestas irregularidades en la clínica: "En las auditorías que realiza semanalmente la secretaría no se detectó nada anormal, en general son buenos", afirmó. Sus argumentos se extendieron aún más: "Tienen un buen nivel de retención y no se señala ningún tipo de alteración de un programa medicamentoso. Todos los informes hablan de una natural evolución", dijo a este diario.

Sus evaluaciones, sin embargo, contrastan con los informes que elaboró la jueza Lima, quien al ver la situación de los menores internados en Gradiva resolvió prohibir de inmediato la derivación de chicos de su juzgado a esa institución. A una conclusión similar arribaron en sus informes de supervisión los equipos técnicos de Control de Gestión y de la Dirección Tutelar de la provincia, que recomendaron no internar más chicos porque "dicha comunidad no reúne las condiciones mínimas que aseguren a nuestros jóvenes tutelados las normas de trato y tratamiento adecuadas". En estos antecedentes se basó el subsecretario de Asistencia y Tutela del Menor provincial para resolver la "suspensión de las derivaciones" y el traslado de los menores que aún permanecen internados (ver recuadro).

Yaría admitió a este diario que actualmente hay internados en Gradiva siete menores derivados por su secretaría. Fuentes judiciales confiaron que por cada uno de ellos la Fundación recibe 1200 pesos mensuales.

El instituto fue fundado en 1987 por el propio Yaría, quien ocupó la presidencia y designó a su mujer Mirta Gramuglia como tesorera. Renunció seis años después al asumir como titular de la Secretaría de Prevención de las Adicciones y el lugar fue ocupado por su mujer. Más tarde Gramuglia dejó el puesto jerárquico aunque no se desvinculó totalmente de la Fundación, adonde sigue trabajando en la administración. El hijo de ambos, Leandro Yaría, también es parte del staff médico de la Fundación.

Según consta en el expediente, la institución no contaría con la correspondiente habilitación para funcionar como "centro de rehabilitación y recuperación y clínica psiquiátrica con internación" en el Ministerio de Salud y en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires: el actual director de Gradiva, Miguel Angel Bianucci, inició los trámites hace apenas unos días, después de la intervención judicial. Según la documentación que presentó en el juzgado el propio Bianucci, hasta ese momento el centro estaba habilitado como "establecimiento particular de asistencia médica con internación", en carácter de sociedad de responsabilidad limitada.

Bianucci también está vinculado a Gradiva desde sus orígenes. En 1987 integraba el Consejo de Administración como vicepresidente y su padre Atilio era el secretario. El ascenso hasta la presidencia lo consiguió en 1996, al reemplazar a Arnoldo Alfaro como director de la clínica.

Ubicada en Hortiguera 45, esquina Rivadavia, la Fundación Gradiva se dedica a la atención de menores adictos y con problemas psiquiátricos, en su mayoría con causas penales, derivados por la justicia. En una inspección realizada el 13 de marzo último, la jueza comprobó que en el sector de admisión los jóvenes están internados en habitaciones pequeñas, cerradas y mal ventiladas, o en celdas de aislamiento: "Los chicos presentaban el aspecto de estar sobremedicados ya que tenían dificultades para caminar y otros apenas podían hablar". El médico que la acompañó, José Luis Carrera, informó que los menores L.G., E.K. y S.S. "debían orinar en papagayos --los cuales se encontraban en el piso-- o solicitar autorización para ser trasladados, cuando deseasen movilizar el intestino" (ver recuadro).

En la causa Nº9747, Lima podría investigar la presunta violación a los deberes de funcionario público por parte de los responsables del Consejo Provincial del Menor, quienes firmaron un convenio con Gradiva sin realizar la auditoría previa de rigor. Pero desde el propio Consejo deslindan responsabilidades y afirman que la situación crítica actual fue heredada de la anterior administración. Juan de Dios Cincunegui, actual subsecretario de Asistencia y Tutela del Menor, explicó a Página/12 que el convenio ya había sido firmado cuando sus supervisiones empezaron a detectar la sobremedicación que recibían los chicos en Gradiva, en agosto pasado. Por ese motivo no sólo decidieron no renovarlo al momento de su vencimiento, el 31 de diciembre, sino que ordenaron la suspensión de las derivaciones y el traslado de los menores que aún están internados.

Producción: Carolina Bilder

 


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Juan Alberto Yaría creó y presidió la Fundación Gradiva hasta 1993


Pero "al asumir dejé los cargos. Ahora me dedico a la función pública."

 

Condición: "Los chicos presentaban el aspecto de estar sobremedicados ya que tenían dificultades para caminar y otros apenas podían hablar", dijo la jueza.

Familia: "Mi mujer hace  26 años que es empleada administrativa ahí pero no cumple tareas directivas. Y mis tre hijos trabajan en el tema de drogas, uno ahí".


LO QUE VIERNON EN EL LUGAR

t.gif (67 bytes) El 13 de marzo pasado la jueza Lima inspeccionó la Fundación Gradiva con María Estela Testoni, subsecretaria del Patronato de Menores, y José Luis Carrera, médico de la Asesoría Pericial de La Plata.

Fueron directamente al sector de admisión. Trece chicos internados en esa planta relataron situaciones límites: 11 dijeron sentirse "dopados", "muy medicados" o "todo el día empastillados" y contaron que recibían "dosis molidas cuatro veces al día, muchas veces inyectables, a las 8, 12, 16 y 20 horas". Cuatro aseguraron que fueron golpeados y maltratados, en algunos casos por negarse a tomar "tanta medicación", y la misma cantidad se quejó porque no recibía ropa, toallas o elementos de higiene. Otros dos sostuvieron que la comida era "mala y poca" y que "no se les permitía repetir".

En su recorrido también encontraron dos "celdas de aislamiento de escasas dimensiones y sin ventilación, cada una de ellas con una pequeña abertura para pasar la comida y la medicación". Siete chicos admitieron que fueron encerrados en ese lugar por un período que, según los casos, se extendió desde los 11 hasta los 30 días. Allí estuvieron incomunicados, semidesnudos, durmiendo sobre un colchón desparramado en el piso y un papagayo para depositar sus necesidades fisiológicas. En una de ellas estaba encerrado M.P., con "un colchón y un recipiente para orina, prácticamente sin más espacio libre, donde comía sentado en el suelo", tal como se describe en el informe que Lima incorporó a la causa 9747.

El resto de los chicos tampoco almorzaba en condiciones más favorables. La inspección detalló: "Comían desorganizadamente, colocando los alimentos en una bandeja y depositándolos cada uno sin orden sobre las mesas, no vimos cubiertos".

Al ser interrogados sobre sus percepciones, J.M. contó: "Cuando tengo tanta medicación veo luces de colores y sombras en la pared, siento que me estoy volviendo loco". Otro chico, A.S., dijo que "con tanto medicamento me siento mal, con sueño, pesado, se me nublan los ojos".

"NO REÚNE LAS CONDICIONES MÍNIMAS"

t.gif (67 bytes) Los informes realizados por los equipos técnicos de la Dirección de Control de Gestión y la Dirección Provincial Tutelar descubrieron las "irregularidades" en los tratamientos que aplica la Fundación Gradiva. Concluyeron que "la comunidad no reúne las condiciones mínimas que aseguren a los jóvenes tutelados las normas de trato y tratamiento adecuadas". Al ratificar dichos informes, el 16 de abril, el subsecretario de Asistencia y Tutela del Menor, Pablo Poggio, resolvió suspender las derivaciones a la sede de la Fundación Gradiva y dar intervención a los jueces de menores para que trasladen a los que permanecen en la misma.

Este es el detalle de algunas de las irregularidades descriptas en los informes de supervisión y control sobre la Fundación Gradiva:

* "Los menores a su ingreso son medicados sistemáticamente con psicofármacos por vía intramuscular".

* "La mayoría ha protagonizado episodios de 'autoagresión' o 'intento de fuga' por lo cual se han tomado medidas de contención (habitación de aislamiento) o química (psicofármacos por vía inyectable)". * "Las prescripciones de la medicación no son claras en cuanto a la dosis empleada de algunos psicofármacos (ejemplos ampliactil, rivotril y nozinán) y se indican en cada caso diferentes tipos de psicofármacos: neurolépticos incisivos, sedativos y benzodiacepínicos en dosis elevadas, con lo cual se produce potenciación de los efectos sedativos por la interacción medicamentosa".

* "No constan estudios complementarios (examen de laboratorio completo, por ejemplo) y no resulta claro el abordaje psicológico frente a la situación de desborde de los jóvenes".


YARIA ASEGURA QUE SE DESVINCULO DE LA FUNDACION

"NO TENGO MÁS NADA QUE VER"

t.gif (67 bytes) Juan Alberto Yaría, el actual titular de la Secretaría de Prevención de las Adicciones bonaerense, presidió la Fundación Gradiva hasta que asumió como funcionario, en julio de 1993. Por medio de su secretaría maneja 15 mil pacientes por mes a través de 175 centros públicos y 42 organizaciones no gubernamentales. En diálogo con Página/12 negó cualquier vinculación personal con la Fundación y defendió los cuestionados tratamientos que realiza esa institución, apoyándose en los "buenos resultados" que se desprenden de las evaluaciones realizadas por su equipo de profesionales.

Otros informes, en cambio, advierten lo contrario.

--Su vinculación como presidente de Gradiva fue...

--Hasta el 8 de julio del '93, cuando asumí. Dejé todos los cargos y ahora me dedico enteramente a la función pública.

--Pero su mujer y su hijo siguen trabajando en esa Fundación. Incluso su esposa fue la presidenta cuando usted renunció...

--Sí, pero eso fue... Después creo que renunció. Nosotros no tenemos más nada que ver con Gradiva, yo me separé absolutamente de todo. Mi mujer hace 26 años que es empleada administrativa de ahí pero no cumple tareas directivas. Y mis tres hijos son jóvenes, están estudiando y trabajan en el tema de drogas, uno ahí y los otros dos en otros centros.

--Algunas versiones mencionan a Gradiva como "la Fundación de Yaría".

--No, en absoluto. Yo estoy totalmente dedicado a esto. Que la gente me relacione con Gradiva porque durante más de 20 años estuve ahí es como si no relacionaran a Favaloro con su fundación o a Cavallo con la Fundación Mediterránea. Durante muchos años trabajé ahí, estuve hasta el '93, pero ahora ya no tengo más nada que ver con todo eso.

--¿Cuáles son los resultados de las auditorías realizadas por su secretaría sobre la Fundación Gradiva?

--Los informes en general son buenos. Es una institución que está trabajando con nosotros hace tres años y tiene un buen nivel de retención.

Están las historias clínicas, los actos médicos, las terapias familiares y los distintos tratamientos que se realizan en las terapias.

 

--¿Tiene conocimiento de que sus informes se contraponen con otros calificados como "desfavorables" por el Consejo Provincial del Menor, y con una resolución que ordena suspender las derivaciones de chicos hacia Gradiva?

--Todo lo que nosotros tenemos de esa institución es que no existen mayores problemas con los siete pacientes que tratamos ahí y que no hay ningún tipo de alteración de un programa medicamentoso. Los informes de supervisión que tengo de los médicos que van a verlos hablan de una natural evolución. No hay que olvidarse que son pacientes muy peligrosos, incluso han participado de bandas de narcotráfico. En ninguno de los informes se dice que están excesivamente medicados o en malas condiciones.

--¿Gradiva cumplía con todos los requisitos al momento de firmar el convenio de derivaciones con su secretaría?

--Cumplían con los requisitos habituales: idoneidad, un equipo médico con aval y estaba legalmente constituida ante todos los organismos de la Nación. Chequeamos absolutamente todo.



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