Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


SENTENCIAS CORPORATIVAS

Por Eugenio Raúl Zaffaroni *

t.gif (67 bytes) Los diarios informan que en Córdoba, un juez condenó por injurias al responsable de La Voz. Como no conocemos el caso en detalle, no abrimos juicio al respecto. Pero lo interesante es que, de paso, la sentencia lanza un fuerte discurso corporativo judicial, llamando a cerrar filas a todos los jueces contra el periodismo, al que imputa "espíritu de cuerpo" (llama a la guerra de corporaciones).

Aprovecha los considerandos para defender la condena a Noticias, lamenta la desincriminación del desacato y apoya el derecho de réplica ilimitado. También afirma el principio de que el control de los actos de poder sólo compete a los que lo ejercen, y niega cualquier tentativa judicial para silenciar a la prensa. Clasifica a los periodistas en honestos y deshonestos: entre los últimos parece incluir a todos los que critican al poder, especialmente judicial.

La tesis, pese a ser muy vieja, es interesante, porque es sincera. Seguramente no es una opinión aislada, sino que quienes piensan así aprendieron que no deben decirlo.

Para esta tesis es bueno que el Poder Judicial quede al margen de las críticas públicas, que sus decisiones se reverencien, que el periodismo se limite a transcribirlas, que ningún periodista investigue vínculos con otros poderes y estamentos ni la ideología de sus miembros, aunque sean nazis, fascistas o racistas, es decir, que sea un poder libre de control, con fueros al margen de la República. Si de discurso corporativo se trata, éste es monumental y sincero.

Por suerte, es de otro tiempo. El Poder Judicial actuó así durante muchas décadas. Nadie sabía qué sucedía en su interior. Todo era secreto y de espaldas al público. Los pocos que hablaban eran traidores a la sagrada causa del secreto judicial. Ahora los jueces son miembros de un poder en una República, y como tales reciben críticas, como cualquier otro funcionario republicano.

Además, el poder de la prensa --aquí y ahora--, sólo se deriva de una innegable realidad: este oficialismo nos ha enseñado que la gran mayoría de las "infundadas injurias" de la prensa, no hacen más que adelantar la noticia de una causa penal contra algún funcionario o personaje cercano al poder. Por eso, si algún complot existe, sólo puede ser el de los intereses corruptos contra sus posibles denunciantes.

* Diputado de la Alianza.

PRINCIPAL