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¿CUANDO UN ROMACE SE CONVIERTE EN ABUSO?

NO ES AMOR TODO LO QUE BRILLA

Irene Intebi, especialista en abuso infantil, analiza casos como el de la maestra y el alumno en Punta Alta. A su juicio, en estas situaciones no hay amor, sino abuso.

"El chico no tiene capacidad para elegir y rechazar esa relación".

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Irene Intebi, coordinadora de un programa de maltrato.

POR MARIANA CARABAJAL

t.gif (67 bytes)  "No es una historia de amor. Si esa misma situación fuera al revés, un hombre de 32 años con una chiquita de 12, sería absolutamente claro que no es una relación pareja ni se trata de un romance. Si el caso de Punta Alta se comprueba, sin dudas estaríamos frente a un delito, cuya calificación dependerá del grado de acercamiento que haya habido entre ambos". La coordinadora del Programa de Asistencia del Maltrato Infantil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Irene Intebi, es terminante. No existe para ella la posibilidad de que una maestra de 32 años --como la de Estados Unidos o la de Punta Alta-- viva una relación amorosa con un alumno de 12. Psiquiatra infanto juvenil y psicóloga, Intebi acaba de publicar el libro Abuso sexual infantil en las mejores familias (Granica). "En estos casos, hay un mecanismo de captación o seducción entre comillas de parte del adulto. El chico, aunque sea independiente, autónomo y maduro, no tiene capacidad para elegir y rechazar la relación", explicó la especialista, durante un reportaje con Página/12.

--¿No puede pensarse la posibilidad de que realmente exista un romance entre el alumno de 12 y su maestra?

--No. Desde el chico puede haber una fascinación con ese adulto que aparece revestido de determinadas características. Desde el adulto hay una compulsión a transgredir y a transgredir en el plano sexual concretamente. Incluso muchos de los ofensores sexuales son adictos sexuales.

--¿Y si se trata de un típico caso de un alumno enamorado de su maestra?

--Lo habitual es que un chico idealice a su maestra pero es un momento evolutivo y los docentes lo saben y lo toman como eso. El problema está en que el adulto se aproveche de este momento evolutivo. El chico no tiene capacidad para elegir y rechazar esa relación por más que sea independiente, autónomo, maduro. En realidad, el ofensor o la persona que va a seducir a un chico busca menores que tengan ciertas carencias afectivas, que sean más vulnerables a la seducción, a la atracción y en base a eso avanzan. Son chicos que afectivamente no tienen mucha presencia de padres o realmente los perdieron. Desde un primer momento no aparece la propuesta sexual. Les dicen "yo te quiero mucho", "sos mi preferido", "tenés un lugar especial en mi vida", "sos el único que me entiende", "sos el único con el que puedo conversar". Después se van agregando las cuestiones corporales, caricias, un acercamiento. Si el adulto ve que el chico se alarma le puede llegar a plantear que tiene un problema y necesita que él lo ayude. Hay una inversión de roles propuesta desde el adulto: "Me tenés que cuidar".

--¿La iniciativa siempre parte del adulto?

--Puede ser que un chico abusado por otro adulto tenga tendencia a seducir adultos o a tener actitudes seductoras. Pero ante este comportamiento, un adulto que no va a aprovecharse del chico frena esos acercamientos. El problema es cuando aparece un adulto con tendencia a la ofensa sexual.

--No es infrecuente que un chico debute sexualmente con una mujer veinte o más años mayor que él, que no es prostituta. Y esa situación no es cuestionada ni social ni penalmente.

--No. Y es festejada por el clan de varones.

--¿Cuál es la frontera para pensar en un caso de abuso sexual?

--El abuso no pasa por la utilización de fuerza. Es la utilización de algún tipo de coerción y en este caso hay una coerción social del clan de machos amigos que generalmente empuja al chico menor para que debute. El abuso es más una violación pero no tanto en términos sexuales. Lo sexual o corporal es importante pero no representa el daño mayor. El daño más grave lo constituye la intrusión en la intimidad, el no respeto a los momentos evolutivos.

--¿Qué puede llevar a una mujer de 32 años, casada, con un hijo, a quebrar todos los prejuicios sociales y mantener una relación amorosa con un alumno de 12?

--El ofensor sexual tiene un estilo transgresor. No es un señor o señora que ama a un chico. La mayoría han sido abusados en la infancia, y tienen una tendencia a repetir como una compulsión aquello que han vivido. El gran problema es que el mecanismo que utilizan para sobrevivir en la infancia, la disociación, les impide en la adultez ponerse en el lugar del chico. La disociación es una forma de defensa que tenemos todos, por la cual se separa el recuerdo, la materialidad de la vivencia, del afecto que despierta. Esta gente puede recordar lo que le pasó, pero no puede contactarse afectivamente con la emoción que sintió en ese momento, que pudo haber sido rabia, susto. ¿Por qué otra persona que no haya sido abusada no abusa de un chico? Porque puede ponerse en el lugar del chico y decir "no", esto está mal. El que fue víctima de abuso y está profundamente disociado, no puede ponerse en el lugar de la víctima y entonces supone que como la víctima no se defiende, le gusta o está de acuerdo.

--¿Siempre en casos de relaciones de una persona mayor con un niño se trata de gente que fue abusada en su infancia?

--Yo trato ofensores sexuales y todos ellos han sido víctima de abuso. Habría que rastrear si la maestra de Estados Unidos o la de Punta Alta --si se comprueba que abusó del menor-- no han sido víctimas o testigos de abuso.

 

EL MARIDO LA DEFIENDE

La maestra de Punta Alta presuntamente "enamorada" de un ex alumno de 12 años será acusada por "corrupción de menores" --delito no excarcelable-- luego de que el juez Guillermo Giambelluca modificó la carátula original de la causa de "presunto abuso deshonesto". El Código Penal prevé una pena de 4 a 12 años de prisión para el delito de corrupción de menores. Según trascendió ayer en los tribunales de Bahía Blanca, Patricia Chávez podría ser citada a declarar el miércoles próximo.

Durante el allanamiento realizado en el domicilio de la maestra, de 32 años, la policía secuestró carpetas manuscritas para comparar la letra de la docente con la de las cartas encontradas en poder del joven y que su padre utilizó para formular la denuncia policial. Ayer, el marido de Chávez, Jorge Martínez, rompió el silencio y defendió férreamente a su mujer. "Confío en mi esposa y no sé cómo pedirles a ustedes que no tengan dudas sobre este tema, que esto es imposible", dijo Martínez, bombero del destacamento de la Policía Federal de Punta Alta. "Voy a decir la verdad: no hubo tal lazo afectivo. Solamente mi señora fue docente de él. Todos los chicos, incluso él solo, venían a casa a comer y a jugar con mi nene porque yo no tenía ningún problema", agregó.

Defensa: "El que fue víctima de abuso y está profundamente disociado no puede ponerse en el lugar de la víctima y supone que como no se defiende, le gusta o está de acuerdo.

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