Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


OTRA VEZ HUBO RECLAMOS POR LAS VICTIMAS DE LA DICTADURA

NI EN FINLANDIA EXISTE EL OLVIDO


Como pasó en Suecia el Presidente debió afrontar un nuevo y enérgico reclamo por los crímenes de los militares. "Nos tiraron un muerto en cada país que vamos, el Presidente está harto", se quejaron sus allegados. Menem explicó que el Gobierno indemniza a los deudos.

na05fo01.jpg (7739 bytes)
El Presidente con Santiago Soldati, en la última etapa de una gira que terminó poniéndolo de mal humor.

El presidente finlandés fue enérgico aunque reconoció que su colega argentino "estuvo preso hasta 1981".


Por Eduardo Febbro
Especial para Página/12
Desde Helsinki

t.gif (67 bytes)  La garra de los militares llegó hasta Finlandia. Como Francia y Suecia, Finlandia tampoco olvida. En términos claros que parecieron haber sorprendido hasta la misma delegación argentina, el presidente finlandés sacó de la olvidada memoria el nombre de una desaparecida finlandesa y, como lo había hecho en Estocolmo el primer ministro sueco Goran Persson, le pidió a Carlos Menem que hiciera lo que pudiera para aclarar "qué fue lo que pasó con Hanna Hietala, su hijo y los miembros de su familia desaparecidos en el año 1977". Martti Ahtisaari, para no ofender a su invitado ni ir en contra de los argumentos con que el presidente argentino sale al paso de reclamos semejantes, su homólogo finlandés aclaró que hacía la petición "a sabiendas de que el señor Menem estaba en la cárcel en 1976 y estuvo encarcelado hasta el '81". "A cada lugar que vamos nos tiran un muerto, el Presidente está harto", comentó un miembro del equipo argentino.

Donde nadie se lo esperaba, casi en los confines de Europa del Norte, los horrores de la dictadura volvieron a empañar un viaje presidencial. De dos maneras. Por el crimen cometido hace 22 años y por la falta absoluta de previsión de un "equipo de viaje" que fue incapaz de adelantarse al hecho de un reclamo que también tuvo escenas callejeras. Ayer, en la plaza KolmenSepan de Helsinki, los grupos de defensa de los derechos humanos finlandeses organizaron una manifestación en signo de protesta en contra de la impunidad en la Argentina y para pedir al gobierno de Helsinki que reclamara una "investigación profunda". Martti Ahtisaari, el presidente finlandés, cursó al mandatario argentino ese reclamo y éste respondió con una promesa "de continuar con las investigaciones del caso de los ciudadanos finlandeses". Casi con las mismas frases que había empleado en Estocolmo, Menem contó que él había estado preso, aclaró que las investigaciones estaban "en marcha a partir del conocimiento del caso" y reiteró el monto que su gobierno había pagado a las familias de los desaparecidos --más de 700 millones de dólares, según precisó--. Menem prometió averiguar si esa familia finlandesa había cobrado su indemnización y terminó admitiendo que "con dinero no se arregla la muerte... pero bueno, le estoy dando una información que es bueno tener en cuenta". Ahtisaari recordó luego que las autoridades finlandesas habían pedido una investigación del caso "tanto durante el gobierno militar como en los gobiernos democráticos". Según el mandatario finlandés, entre el '84 y el '87 Helsinki pagó abogados pero "hasta ahora no se ha encontrado ningún indicio". La desaparición de Hanna Hietala fue elevada a la Corte civil, a la corte militar y a la Corte del lugar donde se produjo la desaparición --San Andrés de Giles--.

En vísperas de la llegada del Presidente a Finlandia, el diario finlandés Helsingin Sanomat detalló en un artículo la historia de Hanna Hietala. La ciudadana finlandesa desapareció el 22 de mayo de 1977 en San Andrés de Giles. Tenía 65 años y con ella también desapareció Dominga Bazana de Hoyos, de 68 años. Dos días antes, en la localidad de Vicente López, se había producido la desaparición de su hijo de 33 años, Guillermo Hietala, de su esposa, Estela Suzana Cali de Hietala --24 años-- y del hijo menor de ambos --3 años--, que estuvo secuestrado durante tres días. Pese a que allegados al Presidente recalcaron que Menem "tenía un dossier sobre la desaparecida", la sensación que quedó después no indica eso. De lo contrario, Menem no habría advertido que iba a averiguar si la familia de Hietala había o no cobrado la indemnización. Otro hombre del equipo presidencial opinó que el tema de los desaparecidos que surge a cada paso "no es independiente", es decir, que alguien o algo lo empuja para que le estalle al Presidente en la cara. Sin embargo, ni siquiera frente a la prensa argentina, presente en Finlandia, los "expertos" en dossiers y en comunicación fueron capaces de proporcionar a los enviados especiales un adelanto de un tema tan sensible y menos aún una explicación posterior que esté a la altura del drama. Por frivolidad, por distracción, por ir de compras o por desinterés, la realidad se les volvió a venir encima. Y no sólo a ellos. Quién iba a imaginar que en la lejana Finlandia con la que Menem quiere fortalecer los lazos y hacer buenos negocios una escena como la que ocurre en España, Francia o Italia iba a conocer otra versión. En la intervención que hizo ante los empresarios, Carlos Menem elogió las privatizaciones que él impulsó y, al referirse al papel del Estado en una época de la historia argentina, dijo que el Estado "era como una marabunta. Cuando pasa se lleva todo". Los militares, los desaparecidos, las leyes de obediencia debida y punto final y el indulto también son una marabunta: cuando aparecen lo devoran todo.


EL CANCILLER AL BORDE DE
UN ATAQUE DE NERVIOS

La comitiva presidencial se enteró de que la representante del FMI presentó una queja contra Argentina en el organismo. Di Tella se puso tenso. A la tarde hubo aclaraciones y disculpas.

na05fo02.jpg (8511 bytes)
Zulemita Yoma con el presidente de Finlandia, una de las pocas sonrisas en un día agitado.
Teresa Ter-Minassian presentó una queja, porque le dijeron, entre otras cosas, "imbécil".


Por E. F.
Desde Helsinki

T.GIF (67 bytes) La comitiva argentina entró en una crisis de nervios al enterarse de que Teresa Ter-Minassian, la auditora del Fondo Monetario Internacional (FMI), presentó una queja a ese organismo por la forma en que fue tratada por los peronistas cuando estuvo en Buenos Aires. La información fue negada más tarde por un funcionario del Ministerio de Economía y, para calmar un poco más los ánimos, la delegación argentina en Washington sacó de la manga una carta en la que el Fondo pide disculpas a la Argentina. Pero los argentinos en Helsinki ya habían sufrido el susto.

La misión de auditoría debe regresar al país en julio para evaluar el grado de cumplimiento del Acuerdo de Facilidades Ampliadas, firmado entre la Argentina y el FMI en febrero. En su primera visita, el jefe del bloque de diputados justicialistas, Humberto Roggero, calificó a los miembros de la comitiva de "imbéciles". El Gobierno no lo retó públicamente. El subsecretario de Financiamiento, Miguel Kiguel, negó que haya problemas con el Fondo. "Hablé con Washington (con funcionarios del FMI) y desmiento las versiones" sobre la queja de la auditora y la negativa a viajar.

Al mismo tiempo en que surgían esas versiones, la delegación argentina en Washington daba a conocer una carta que Vito Tanzi, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, envió al embajador argentino en los Estados Unidos, Diego Guelar. Tanzi se disculpó por la inclusión de un cuadro con índices de corrupción en una investigación de su autoría. Los índices se basaban en la percepción de los empresarios y dejaban mal parada a la Argentina. "Simplemente reproduje un cuadro que se encontraba en Internet, sin avalar su contenido. La reproducción del cuadro de ninguna manera constituyó una aprobación por parte del Fondo o mía de los números específicos mencionados en él", dice la carta.

Pero pasó mucho tiempo desde que la comitiva argentina se encontró con la versión de que Ter-Minassian no quería volver al país, hasta que pudo hablar con Kiguel o conocer el contenido de la carta. La escena que protagonizaron en el hall central del hotel Kalastajotorppa Helsinki, donde se hospeda buena parte de la delegación argentina, fue antológica.

El canciller Guido Di Tella atravesó el hall en busca de un consejero que lo esperaba con un celular en la mano. Algo muy denso estaba ocurriendo del otro lado de la línea. Di Tella quería hablar de manera urgente con el director del FMI, el francés Michel Camdessus; luego con un responsable del Banco Mundial, y más tarde con otro miembro del FMI, el italiano Vito Tanzi. En un momento pareció que el mundo dependía de ello, que las tasas de interés habían subido estrepitosamente o que el presidente Carlos Menem había sufrido un agravio mayor.

Lo último puede resultar lo más cierto. A la vez, es una mezcla de varios elementos que, aunque no estén ligados entre sí en su consecuencia final, demuestran que la Argentina no es el buen alumno que Menem había elogiado poco antes frente a los empresarios finlandeses.

Tal vez, Ter-Minassian sepa que, debido al incumplimiento de sus compromisos, el Fondo decidió no otorgarle al menemismo el Fondo de Facilidades Ampliadas que esperaba. El "agravio al Presidente" podía ser ese, y lo que Di Tella buscaba en el teléfono era un interlocutor de peso que le diera una explicación detallada. Ambas historias se ligan: si Ter-Minassian fue ultrajada en Buenos Aires y sabe de antemano que el FMI no liberará el fondo de facilidades, su viaje a Buenos Aires sería inútil.


PRINCIPAL