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UNA INVESTIGACION SOBRE EL OLVIDADO DIARIO "CRITICA"
EL TÁBANO DE NATALIO BOTANA

Mezclaba el sensacionalismo más desembozado con los textos de escritores como Jorge Luis Borges, Roberto Arlt y Raúl González Tuñón, pero su historia parece haberse perdido en el tiempo.

Tamaño sábana, logo como de "Crónica", títulos sensacionales.
"Crítica" llegó a vender 800 mil ejemplares en setiembre de 1930.

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Por Verónica Abdala

t.gif (67 bytes) Pocos medios provocaron tantas polémicas a lo largo de la historia del periodismo argentino como el mítico Crítica, cuya historia, sin embargo, es prácticamente desconocida para las nuevas generaciones y casi no se estudia en las carreras de comunicación. Fundado por el uruguayo Natalio Botana en 1913 --nueve años antes de la primera transmisión radial y cuando el cine era aún un medio de difícil acceso para el público masivo--, Crítica llegó a tener picos de venta de 900 mil ejemplares diarios, y bordeaba los 350 mil de promedio una década después de su aparición. Fue, en muchos puntos, un diario revolucionario en la audacia de su concepción, que mezclaba populismo con refinamiento, en un cóctel que espantaba y a la vez atraía.

Compitiendo inicialmente contra La Nación y La Prensa, medios conservadores por excelencia, Crítica se atrevió a combinar en sus páginas tamaño sábana sanguinolentas crónicas policiales y una fuerte sección de Deportes con un suplemento cultural de lujo que, entre 1933 y 1934, por ejemplo, dirigió Jorge Luis Borges. En ese suplemento se publicaron por primera vez los relatos que compondrían Historia universal de la infamia. Una pléyade de intelectuales, entre ellos Roberto Arlt, Ulyses Petit de Murat, Homero Manzi, Conrado Nalé Roxlo y los hermanos Raúl y Enrique González Tuñón, pasaron por la redacción del diario que se definía como "la voz del pueblo argentino" pero que, paradójicamente, se inspiraba en el estilo que habían desarrollado en Estados Unidos los inventores del periodismo amarillo, Hearst y Pullitzer. En el primer número del diario, Botana, que entonces tenía 25 años, hizo inscribir: "Dios me puso sobre vuestra ciudad como a un tábano sobre el noble caballo para picarlo y tenerlo despierto". Empezaba a cobrar forma el mito.

Crítica, donde Arlt publicaba sus famosas "Aguafuertes porteñas", y para el cual Raúl González Tuñón cubrió la Guerra Civil Española, llegó a tirar seis ediciones diarias, fue el primer diario argentino en cubrir una gira deportiva --siguió a Boca por Europa en 1927-- y quedó en la historia como el medio que más entrevistas le hizo a Carlos Gardel, cuyo fenómeno de popularidad seguía de cerca. Fue, además, el que publicó la primera historieta en colores, el primero en crear un programa de radio y un noticiero propios, y el que publicó las primeras críticas cinematográficas argentinas. El deseo de reconstruir esa historia olvidada --pese a que el diario apareció hasta 1963-- guió a la doctora en Letras Sylvia Saítta a concretar una investigación que acaba de publicar, bajo el título Regueros de tinta, de Editorial Sudamericana."Crítica fue el primer diario argentino que se dirigió a todo el pueblo, y que, básicamente, no tenía prejuicios acerca de cómo seducir a lectores", analiza para Página/12 la autora, que trabajó en su investigación durante seis años.

 

--¿Qué recursos periodísticos inauguró Crítica?

--El más novedoso fue el uso del sensacionalismo policial en clave política. Otro hito fundacional, que es más bien un modo general de accionar, es la idea de que un diario no se alimenta sólo de buenas ideas, sino que además debe estar bien escrito, bien ilustrado, bien hecho en términos generales. Se puede decir que Crítica es uno de los medios que funda en el país las bases del periodismo masivo y comercial.

 

--La Prensa, La Nación y La Razón, los otros tres diarios que ocupaban puestos preponderantes en el mercado periodístico de principios de siglo, ¿significaban una real competencia para este diario?

--Crítica llegó a ser el diario más vendido de la república. La diferencia principal con los otros diarios es que éstos apuntaban a un tipo de lector específico. El gran descubrimiento de Botana, después de la sanción de la Ley Sáenz Peña, en 1912, es que hay que apuntar a esa gran masa amorfa de potenciales lectores a la que llaman "el pueblo". Crítica le habla a la masa, le ordena, casi, cómo debe pensar y votar, y entabla una relación de aparente lealtad e intimidad con el lector, construida desde el discurso.

 

--¿Había algún grupo en particular sobre el que el diario se propusiera influir?

--No. Crítica quería abarcar todo y a todos: tenía la idea de incorporar a todos los sectores del público. Por eso en nombre del diario se repartían juguetes y alimentos entre los más necesitados, y, por otro lado, se les daba un generoso espacio a los mejores escritores de la época. En ninguno de los dos casos la capacidad de los lectores se subestimaba.

 

--¿Cuál era su tirada en las épocas de mayor éxito?

--Se sabe que tiraban 350.000 ejemplares por día durante su boom en la década del 20. Luego del golpe del 6 de setiembre de 1930, el diario --que apoyaba a Uriburu contra Yrigoyen y tituló en su tapa "Revolución"-- se atribuyó la venta de 800.000 ejemplares. Y está comprobado que el 26 de febrero de 1926, el día que la primera aeronave cruzó el océano Atlántico, llegó a tirar 900.000. Era el diario más vendido del país, porque era leído por todas las clases sociales.

 

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