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Enseñando la revolución y la reforma en el campo

Los Sin Tierra en Brasil tiene un instrumento nuevo para realizar sus ideales: la educación. Montan escuelas rurales y enseñan a los niños la defensa apasionada de la reforma agraria y la justicia social.

Trabajadores sin tierra armados en un estado del Amazonas.
Pero ahora el MST tiene un arma más sofisticada: la educación.

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Por Carmen Jiménez  desde Río de Janeiro

t.gif (67 bytes) La lucha por la reforma agraria y la revolución social que propugna el Movimiento de los campesinos Sin Tierra (MST) ha llegado a las aulas. Unos 70.000 estudiantes aprenden a debatir conceptos como la lucha de clases, reforma agraria y exclusión social en las escuelas que el movimiento tiene en los campamentos y asentamientos en todo el país. "Quiero cambiar el mundo para que todos los pobres tengan derecho a un pedazo de tierra y nadie pase hambre mientras otros tiran la comida", afirma a la revista Istoé Macion Bento, de 12 años, uno de los 84 alumnos de la escuela agrícola 5 de Mayo, próxima a los asentamientos de Faxinal dos Domingeus e Uniao da Vitoria, en el interior del estado de Santa Catarina.

El MST, que representa a unos cinco millones de campesinos que reclaman una verdadera reforma agraria, ha convertido la política educativa en uno de los ejes fundamentales de su actividad. Para el coordinador nacional del MST, Joao Pedro Stedile, la reforma agraria es un ejercicio de reconstruir a las personas como ciudadanos y, por eso, además de tierra y capital, es necesario que tengan acceso a la educación. El MST tiene unas 1000 escuelas públicas en terrenos que ha ocupado desde su creación en 1984. Las enseñanzas impartidas están homologadas por el gobierno, que comparte la titularidad de las escuelas con el movimiento. En ellas trabajan cerca de 2000 profesores, algunos graduados por el propio MST, que intentan poner en práctica la propuesta pedagógica del movimiento, desarrollada especialmente para las áreas rurales. La defensa apasionada de la reforma agraria y la justicia social, temas distantes de la realidad de la mayoría de los estudiantes brasileños, es ejercida por estos niños formados por la pedagogía del MST.

El proyecto de educación del MST nació hace 12 años y se amplía cada día. Sus publicaciones dicen que la propuesta de educación se basa en ideales sociales y colectivos. La inspiración pedagógica de sus profesores va desde las ideas del educador Paulo Freire a las del Che Guevara y de José Martí, e incluye a los grandes clásicos del socialismo, Karl Marx y Friedrich Engels, así como a los comunistas Mao Zedong y Antonio Gramsci. En las escuelas controladas por el MST, además del contenido normal de las disciplinas que se cursan oficialmente en el país, se reservan unos 45 minutos diarios para que los niños discutan sobre su realidad cotidiana.

La situación de algunas escuelas es precaria y hay escasez de

material, que se suple con los 20 libros publicados por el movimiento y con mucho entusiasmo, señala el coordinador nacional del MST. "Por una educación básica en el campo" es el título de un encuentro nacional que, organizado por el MST, Unicef y Unesco, entre otros, se celebrará en Brasilia entre el 27 y el 31 de julio y que tiene como uno de sus objetivos que el gobierno se preocupe más por la educación en el campo.

 

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