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ARIEL ORTEGA RECUERDA EL MUNDIAL
"Si el referí cobraba penal, dirían que soy mejor que Maradona"

En charla con Página/12, el mejor futbolista argentino en la Copa del Mundo opinó que "en fútbol no hay términos medios, servís o no servís", señaló que la polémica jugada en el partido contra Holanda "fue penal, me tocaron y por eso me caí" y aseguró que se arrepintió "en el momento del cabezazo y nada más".

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Por Juan José Panno

t.gif (67 bytes) --Podías haberte quedado en River o ir a Inglaterra. Vas a Italia, ¿la Sampdoria es el mejor lugar?

--Sí, yo creo que sí. Lo de River quedará para más adelante y entre Inglaterra e Italia yo prefería Italia. Ahí están los mejores del mundo y además voy a un club importante. Mi sueño era jugar en Italia. El de mi representante, Caliendo, también.

--¿Lo conocés a Spaletti, el técnico?

--No, no lo conozco.

--¿Y a Gastón Córdoba?

--Lo enfrenté alguna vez, cuando estaba en Estudiantes. Es hábil con la pelota, encarador, me gusta como juega.

--¿Sabés si vas a jugar de enganche o de punta?

--Me da lo mismo, porque si juego de punta tampoco me quedo parado arriba y por mis características de juego bajo a buscar la pelota. Es lo mismo.

--¿Vos sabés que se dice que el fútbol italiano es el mejor del mundo de lunes a sábado y el peor los domingos?

--Sí, lo escuché alguna vez. Y por lo que he visto, es más difícil, hay más marca, mucha competencia, son partidos trabados, no se ven partidos con muchos goles de diferencia. Es un poco más difícil que en España, donde hay más espacios y más goleadas.

--¿Creés que te van a pegar más que en España?

--Ni lo pensé, pero juegue donde juegue, por mi forma de encarar siempre voy a recibir. En Italia hay más defensores, más volantes, el juego es más trabado y por eso tal vez me peguen más, pero no le doy importancia.

--¿Claudio Ranieri es mala persona?

--No podría definírtelo como persona. No tenía mucho trato, con él habré hablado tres o cuatro veces a lo sumo. Lo único que yo dije era que quería jugar, que veía que en el equipo no había ninguno que pudiera hacer más que yo y por eso quería jugar. El tiene su forma de ver el fútbol y yo sentía la impotencia de no poder estar. Me daba bronca.

--¿Te equivocaste en algo en Valencia?

--Seguramente en algo me debo haber equivocado. No podría decirte en qué, pero en estos casos la culpa no es sólo del entrenador. Creo que cuando jugué, lo hice bien. Además, él mismo declaraba que yo era uno de los cinco mejores jugadores del mundo, pero llegaba el domingo y no me ponía.

--¿Sos uno de los cinco mejores jugadores del mundo?

--No sé, para eso están los periodistas, no sé quién...

--Pero, íntimamente, ¿sentís que podías haber sido el mejor jugador del Mundial?

--Podía haber sido, podía haber sido. Por lo que yo vi, había otros grandes jugadores como Ronaldo o Zidane. Por ahí Zidane es de otras características, de dar buenos pases, se ve un poco menos. Creo que sobresale más cuando se encara y se gambetea. Owen también me gustó mucho. --¿Cuántas veces viste la repetición de la jugada del penal?

--Un montón de veces, cada vez que prendía la televisión daban esa jugada. La conclusión es que fue penal. Por ahí por televisión no es lo mismo que en la cancha. A mí me tocó y por eso me caigo. Después, por televisión se ve como que yo le empujo la pierna a él, pero no fue así. No sé si el árbitro vio la jugada porque estaba tapado.

--Cuando estabas en el piso, ¿qué te dijo Van der Sar?

--Nada.

--¿Te madrugó de vivo?

--El fútbol es para los vivos. Yo no llegué a tocarlo y él se tiró al piso. Ahí me di cuenta que me echaba. Cuando vos hacés una cagada sos el primero en darte cuenta.

--Cuando te ibas para el vestuario caminando ¿qué pensabas?

--¡Tenía unas ganas de quedarme! Pensé en decirle 'hey, árbitro, perdonemé que quiero seguir jugando, no lo hago más'. Tenía ganas de hacerme el gil y quedarme y seguir jugando.

--Cuando los holandeses se quedaron con diez, ¿creías que ganaban?

--Claro. Ellos habían dominado, pero se quedaron con uno menos de marca en la mitad de la cancha.

--¿Por qué te fuiste a jugar de cuatro en un momento del partido?

--Porque se le venían a Zanetti y le hacían el 2-1.

--De afuera, cada vez que encarabas daba la sensación de que intentabas el gol de Maradona contra los ingleses...

--Es que estábamos muy separados, más que nada por el cansancio y yo tenía que jugármela solo. Ellos estaban muy bien y tenía que gambetear sí o sí.

--Hay una imagen del Mundial, una especie de postal del fútbol que quedó muy grabada: la salida hacia el túnel después de Jamaica, cuando te fuiste abrazado a Gallardo. ¿Qué se decían?

--El me decía de una jugada en la que él me da el pase y yo enganché y pateé al arco. Yo le decía que no lo había visto, que si no, se la pasaba y después la vi por televisión y tenía razón: estaba solo.

--¿No te quedaste con ganas de jugar más con Gallardo?

--Es lo que se habla siempre. Imagino que debe ser muy difícil para el técnico, él confió en los once que puso y nada más. Yo creo que lo pedía el país, yo tenía ganas, él también, pero ahora es fácil hablar.

--A lo mejor podés jugar con Gallardo si llega Pekerman.

--Ojalá. Ojalá que me llame a mí.

--¿Te gusta Pekerman?

--Es un gran técnico y lo ha demostrado. Le preguntás a cualquier jugador y te va decir que es una buena persona.

--¿Podrían jugar en un mismo partido Aimar, Gallardo y vos?

--¿Por qué no? En River jugamos Francescoli, Gallardo y yo. Si hablás y entrenás juntos podés jugar con cualquiera. Podés poner cuatro jugadores de creación si querés. En el fútbol de hoy tenés que hacer de todo. A mí me gritaba Almeyda, me cagaban a pedos Verón, Simeone, me decían "corré, corré hijo de puta". Vos en el fútbol de hoy no podés quedar parado, lamentando una jugada que no salió. Pero se puede jugar con cuatro de creación en el medio si querés.

--Cuando seas técnico...

--No, cuando deje el fútbol me gustaría trabajar con los pibes, con los más chiquitos.

--¿Cuándo vas a volver a River?

--Me va a ir bien en Italia, estoy seguro de que me va a ir bien y voy a volver a River. Después, el último año me gustaría jugarlo en Jujuy. Pero todavía falta mucho para todo eso. Recién tengo 24 años.

--¿Estás arrepentido de algo?

--No, me arrepentí en el momento del cabezazo y ya está. Yo soy así, las cosas me salen espontáneamente.

--Mirá si el árbitro cobraba penal.

--Si el árbitro cobraba penal iban a decir que yo era mejor que Maradona. Porque acá no hay términos medios: servís o no servís.

 


 

ACERCA DE LA NOTA DE LIBERO QUE GENERO POLEMICA
"A mí, al menos, me quedó claro"

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El Burrito fue protagonista en el partido contra Holanda.
"Me arrepentí del cabezazo en el momento. Soy espontáneo."

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Ortega leyendo la nota que generó tanta polémica en Jujuy.
"En una página de elogio, no puede ser en contra", manifestó.

Por J.J.P.

t.gif (862 bytes) El primer capítulo de lo que podríamos llamar tragicomedia de enredos lo escribí el 6 de julio en el suplemento Líbero de este diario. Ese día, en una nota titulada "Por algo le dicen burrito", referida a Ariel Ortega, intenté defenderlo de los ataques despiadados que, según me enteré en París, recibía en Buenos Aires por la expulsión en el partido contra Holanda. La nota formaba parte de una producción a doble página sobre los mejores jugadores del Mundial, titulada "Cuando Talento empieza con O", en alusión a Owen, Okocha y Ortega. En un tono irónico, critiqué el racismo y la discriminación descargada sobre Ortega, a quien, injustamente, se lo responsabilizaba de la derrota. Hablé de "ese negro de Jujuy, incapaz de quemarse los ojos como nosotros los que entendemos de la importancia de la tecnología aplicada al fútbol". Escribí: "si de chico se hubiera alimentado como Dios manda podía haber sido capaz de meter un pique como el de Bergkamp en el último minuto".

El capítulo siguiente se escribió en Jujuy, con declaraciones de repudio. O porque se leyó mal o porque la ironía no era lo suficientemente clara como para no dejar lugar a equívocos, muchos se sintieron ofendidos y me declararon "persona no grata".

En Página/12 del jueves 9 se publicó un recuadro titulado "Ironía", que intentaba poner las cosas en su lugar. En Página/12 del viernes 10 de julio salió otra nota con mi firma en la que decía entre otra cosas: "Pido sinceras disculpas a quienes no entendieron el mensaje y que con buena leche lo cuestionan. Sería soberbio suponer que una ironía es buena cuando no todo el mundo la entiende. Pero mi intención fue la de decir justamente lo contrario de todo aquello de lo que se me acusa".

El jueves 15 de julio, el Senado de la Nación, sin tener en cuenta la intención de la nota, ni el contexto, ni las sucesivas aclaraciones, aprobó un proyecto de declaración en el que se rechaza por "agraviante" y "discriminatorio" el artículo.

El último capítulo (espero fervientemente que sea el último) se escribe con las palabras del propio Ariel Ortega, como preludio a la charla, que mantuvimos ayer y que se reproduce en estas páginas. "Sinceramente no leí nada, me enteré de todo este lío en Jujuy, porque me contaron. En general no leo nada de lo que sale en los diarios. Pero si la nota está en una página de elogio a mí, a Okocha y a Owen, me queda claro que no puede ser en contra. Me parece que lo que pasó es que se entendió mal lo que se quiso decir. A mí, por lo menos me quedó claro". Punto final.

 

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