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MARIANA Y LOS PANDIYA EN LA TRASTIENDA
Merienda a puro rock

La cantante, que se hizo conocida con el proyecto "Piojos y piojitos", presenta un espectáculo infantil sin guión, hecho "de historias y sensaciones, con la movilidad de un recital".

El miércoles, invitados por Página/12, los chicos terminaron tomando la platea por asalto.

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Por Cecilia Hopkins

t.gif (67 bytes) Al menos una vez, los chicos fueron mayoría en La Trastienda. En la tarde del miércoles, y por invitación de este diario, los niños llegaron en moderado tropel al local de Balcarce al 400 para asistir junto a sus familiares al recital de Mariana y Los Pandiya. En la puerta de la sala, cuatro acomodadores sorprendieron a la concurrencia por su aspecto bizarro. No eran los mamelucos que llevaban por atuendo lo que más llamaba la atención, sino los extraños instrumentos que portaban, unos "detectores de golosinas y piojos", según supieron los sorprendidos chicos, poco acostumbrados a un recibimiento tan heterodoxo. Después, los vieron desaparecer por las escaleras hacia la planta superior de la sala, punto de partida del aluvión de avioncitos de papel que fue lanzado para anunciar el comienzo del show.

Recién cuando la banda ocupó el escenario con Mariana Cingunegui a la cabeza, se supo que los acomodadores también eran los músicos integrantes del grupo, más el responsable de la puesta en escena, el director Marcelo Katz. Simpática y desenvuelta, la cantante mostró un repertorio variado, que incluyó blues, rock y mucho candombe. En las mesas --que muy pronto se llenaron de chocolatadas en tetrabrik-- había un regalo especial para la ocasión: unas linternitas que los chicos encendieron para seguir en la oscuridad el ritmo de cada tema. No faltó quienes imitaran a la vocalista, usando la linterna a guisa de micrófono. La mayoría siguió la música desde sus lugares, pero al final fueron muchos los chicos que se unieron a los más movedizos, que se habían instalado al pie del escenario para bailar. Y cuando la cantante propuso acompañar el candombe final con piruetas, los chicos no dudaron en participar, incluso parándose sobre las sillas.

Además de Mariana, la banda está formada por Beto Caletti (guitarras, piano y voz), Diego Bravo (bajo, piano y voz) y Facundo Alvarez, en percusión y batería. Sus primeras presentaciones se remontan a 1992, un año después de la participación de Cincunegui en la grabación de Piojos y Piojitos, que también incluye los aportes de Fito Páez y Fabiana Cantilo, un disco que ya es un clásico para los chicos. Docente y autora de muchos de los temas que interpreta, Mariana está convencida de que a los chicos hay que ofrecerles la misma música que escuchan los grandes, pero con un contenido apropiado a su edad. Cree que la idea del espectáculo para chicos con estructura de recital de rock puede ser una buena alternativa. "No propongo ni una obra de teatro ni una comedia musical --dijo a Página/12 una vez que despidió al último de sus pequeños fans--, sino un espectáculo sin guión, pero con historias y sensaciones, con la movilidad propia de un recital." Mariana y Los Pandiya vuelven a presentarse en La Trastienda este domingo, antes de emprender una gira por Latinoamérica, que los llevará a sendos festivales de música infantil en Colombia, Bogotá, y Cuba. Las entradas deberán retirarse en boletería a las 15 --media hora antes del show--, presentando el aviso publicado en Página/12 el martes pasado. El domingo 9, en tanto, llevarán a cabo una función de despedida.

 

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