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JAIRO ANALIZA SU CARRERA Y PARTE DE LA MUSICA ARGENTINA

"Yupanqui es como nuestro Gardel bis"

Está en el centro de dos proyectos muy diferentes: la recreación de la ópera "María de Buenos Aires", de Astor Piazzolla, y el debut de "Diario del regreso", un homenaje al Che Guevara escrito por Hamlet Lima Quintana y Oscar Cardozo Ocampo. De su eclecticismo, entre otras cosas, habla en esta entrevista.

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"Cantar folklore es lo que más naturalmente me sale", dice Jairo.

Por Fernando D'Addario

t.gif (67 bytes)  La vida artística de Jairo se funde en una miscelánea que dificulta la tarea decodificadora. Sin aparentes molestias, en su universo vocal conviven Jorge Luis Borges y el Che Guevara, Piazzolla y baladas comerciales, Atahualpa Yupanqui y canciones religiosas, Carlos Gardel y Schuman. Se verifica entonces la impresión de que su particular timbre de voz, sumado al perfume francés que lo redime de los eventuales juicios puristas, actúan como disolventes de diversas antinomias argentinas. Aunque es probable que de ese laberinto de identidades emerja tímidamente la del cordobés militante, que a fines de agosto reanudará con Daniel Salzano el espectáculo Dale mis saludos a Córdoba, en el teatro San Martín de esa ciudad. Parece demasiado, pero Jairo no da indicios de que le sobre algo. "Cantar folklore es lo que más naturalmente me sale", explica en una entrevista con Página/12, buscando una síntesis entre su maraña de vocaciones. "Las baladas fueron en su momento una cuestión de conveniencia, algo comercial de lo que no reniego. Para el tango necesité un período de aprendizaje, no lo tenía incorporado. A los 20 años no me gustaba Gardel, pero cuando estuve en Francia se fue potenciando algo que es difícil de explicar. Y el homenaje que le hice allá a Gardel fue más que nada un homenaje a nuestra propia nostalgia."

Además del espectáculo con tonada cordobesa, dos proyectos artísticos consumen básicamente su tiempo: la preparación de la operita María de Buenos Aires (ver recuadro) y Diario del regreso. En lo que respecta a la obra de Piazzolla, requerirá una puesta en escena con formato clásico. Y en cuanto a Diario del regreso, se trata de un homenaje al Che Guevara escrito por Hamlet Lima Quintana y Oscar Cardozo Ocampo. Si a esto se le suma que su último disco de estudio, Estampitas, recrea canciones religiosas, asoma nuevamente el aroma a cambalache.

--¿Hay coherencia ideológica en su carrera o cuando decide cantar a un autor prioriza lo estrictamente artístico?

--Creo que pasa por las dos cosas. No hay incoherencia ideológica en mis trabajos. En mi disco de canciones religiosas están el Ave María de Schubert y también el credo de Carlos García Godoy, que además está dedicado al padre Farinello. Y el Che Guevara es uno de los personajes más venerados en mi casa. Cuando Cardozo Ocampo me llamó para contarme el proyecto, sabía que yo me iba a morir por hacerlo. Y me compenetré muchísimo con el personaje. Canto la poesía de Hamlet e imagino esas palabras en la boca del Che. Mi coherencia pasa por tratar de hacer cosas de calidad, pero sin traicionar mis principios.

--¿Usted sería algo así como un cristiano de centro-izquierda?

--Sí, lo de cristiano de centro-izquierda me define con precisión.

--En la década del 80 se reivindicó como alfonsinista, luego se sintió decepcionado y ahora está encolumnado tras la Alianza. ¿Cómo influyen en su carrera estos posicionamientos políticos?

--Primero tengo que aclarar que en ningún momento me sentí decepcionado con el radicalismo. Muchas de las asperezas que surgieron en su momento, como la obediencia debida y el punto final, que nunca me van a terminar de cerrar, se han ido limando con el tiempo. Y mucho más ahora, viendo lo que vino después. El año pasado me llamó Graciela Fernández Meijide para ver si podía colaborar en algo y acepté. Canté la canción que usaron para la campaña. No me arrepiento, porque no me gusta especular. Trabajo en función de mis convicciones y nunca tuve miedo a represalias, ni a eventuales listas negras, porque ésas son cosas del pasado.

 

Cuando sus actividades musicales se lo permiten, Jairo dedica buena parte de su tiempo a la pintura. En el living de su casa se destaca nítidamente un cuadro que muestra a Jorge Luis Borges observando (es una manera de decir) a un Carlos Gardel encerrado en una jaula. Y más allá del simbolismo estético, expresa la admiración de Jairo por dos personajes a los que pudo abordar artísticamente. "Hace veinte años hice el disco Jairo canta a Borges, en el que también trabajaron compositores como el Cuchi Leguizamón, Eladia Blázquez, Piazzolla, etc. Para mí, Borges siempre fue un ídolo total, y por suerte pudo conocerlo gracias a ese disco. Tenía un miedo bárbaro de que él me rechazara, pero se portó bárbaro, inclusive me acompañó a la televisión y cantó conmigo 'Milonga de los morenos', que había musicalizado Julián Plaza. Después dijo que muchos de sus poemas no le gustaban y que le empezaron a gustar cuando les pusieron música." Jairo cuenta también una anécdota que refiere la censura a la que el mismo Borges se vio condenado durante la dictadura. "El disco fue censurado en muchas ciudades por los militares. Es increíble, pero ni Borges se salvó. El poema 'Dónde se habrán ido' reivindicaba a los viejos ejércitos, y los nuevos quedaban evidentemente muy mal parados..."

--Usted hizo un homenaje a Gardel, y posteriormente otro a Yupanqui. ¿Quién representa más, según su criterio, la identidad argentina?

--Son complementarios. Yupanqui es un Gardel bis. Representan a dos países distintos. Uno,na28fo05.jpg (11992 bytes) Gardel, proyecta una imagen de sofisticación urbana, más allá del arrabal. Yupanqui representa a una Argentina más desgarrada. Es campo, montaña, una Argentina más densa, con menos luz. Gardel es una leyenda, y como tal tiene mucho éxito en todo el mundo, pero Yupanqui tiene el mérito de haber introducido la música latinoamericana en Europa. Acá no se tiene mucha conciencia de esto, pero en Francia la gente entraba en trance cuando veía a Yupanqui. Edith Piaf lo invitó una vez a cantar en el teatro Odeón, y le dejó la segunda parte de su propio show, admirada.

--Aún con el curriculum que está en condiciones de mostrar, da la impresión de que en la Argentina no termina de ser reconocido. ¿Le pesa esta situación? ¿Cree que tiene que ver con su pasado como baladista?

--No sé con qué tiene que ver, y tampoco me corresponde a mí decir que debería ser más reconocido. Me siento querido en la Argentina. Y hasta en Cosquín canté mis canciones, digamos, "comerciales", y a la gente le gustaron. Mis hijos, mis allegados me dicen que merecería mayor valoración. Hace poco me condecoró el gobierno de Francia, con el título de Caballero de las artes y las letras. Y no se enteró casi nadie. Mis hijos dicen que si le hubieran dado el título a otro, se hubiese armado un revuelo bárbaro. Pero no me quejo, sigo pensando en el futuro. Para el año que viene tengo el proyecto de hacer un disco con canciones de amor de Schuman, y también pienso hacer un comic, con guión de mi hijo Iván. Y está lo del Che, y lo de Piazzolla, así que voy a andar bastante ocupado como para pensar en esas cosas.

 


El cordobés más europeo


t.gif (862 bytes) * Jairo es cordobés, e inició su carrera en Argentina, pero como aquí no pasaba nada, en 1970 viajó a España donde grabó su primer disco a los 19 años. Allí obtuvo éxito con temas como "Amigos míos, me enamoré" y ganó prestigio con el disco Jairo canta a Borges, pero fue en Francia donde se consagró definitivamente. Vivió en París dieciséis años y vendió 5 millones de discos. Grabó la canción "Nuestro amor será un himno" en francés, castellano, italiano, portugués y alemán. En 1983 volvió temporariamente a la Argentina para apoyar la candidatura de Raúl Alfonsín.

* En 1993 se radicó en Buenos Aires. Y su carrera disparó en distintas direcciones. Editó dos discos de grandes éxitos, hizo un homenaje a Yupanqui que luego se tradujo en un álbum compacto ("Jairo es como el pan de su provincia: criollito...", había dicho de él Atahualpa), realizó el espectáculo Crimen pasional, con música de Piazzolla, grabó Estampitas, un CD con canciones religiosas, y en sus actuaciones en vivo se volcó preferentemente hacia el folklore. Ahora está trabajando en un disco de homenaje al Che, con música de Oscar Cardozo Ocampo y poesía de Hamlet Lima Quintana.

* Próximamente debutará en salas de música clásica, en ocasión del estreno de María de Buenos Aires, la operita que Piazzolla escribió en los '60 junto con Horacio Ferrer. Habrá ahora una nueva versión, con la dirección del violinista letón Gidon Kremer. Jairo asegura que "Piazzolla es el más universal de los argentinos, y esta obra lo demuestra. No es casualidad que tantos músicos clásicos se acerquen con admiración a su música". María de Buenos Aires será estrenada el 15 de setiembre en Alemania, y luego seguirá la gira por Austria, Grecia, Italia, Estados Unidos y Canadá. La orquesta está integrada por 5 rusos, 2 austríacos y 1 noruego. La intención es que el espectáculo llegue el año que viene a la Argentina.



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