Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

LA MEJOR NOTICA DEL MUNDO

Por Alfredo Leuco*

na24fo01.jpg (7373 bytes)

 

t.gif (862 bytes) A las cuatro de la mañana, Manuel fue a pararse en la cola. No quería repetir la triste experiencia de ayer cuando el pobre Manuel apareció por Adrogué a las seis de la mañana y había tantas cuadras de cola que se quiso matar. Le metió un zurdazo a un portón de una esquina y pegó media vuelta.

Se quedó con la sangre en el ojo. Y con varias lágrimas también. Pero aguantó su bronca y no lloró. Se sentó en un bar de Hipólito Yrigoyen al trece mil, abrió otra vez el diario, buscó la sección clasificados y otra vez con la birome a subrayar.

"A ver. Cajero video juegos... Presentarse de 12 a 18 hs... en una de ésas llego. No, no me digas. Es en San Isidro. Imposible..."

Manuel vive en Avellaneda. Tiene 25 años y en el bolsillo guarda su documento y el certificado de estudios. Terminó el secundario y eso a veces, sólo a veces, le hace sentir que, si no fuera así, la cosa ésta de buscar trabajo sería mucho peor.

Ya hace un año que su padre cerró la bicicletería. Fue una noche terrible de gritos y puñetazos sobre la mesa. Todavía hoy no puede borrarse la imagen de su madre. Se quedó solita en un rincón, como un pajarito mojado, mordiendo una punta del delantal y escuchando lo que Roque, su marido, decía:

--Manuel, la cosa viene mal. Hoy cerré la bicicletería. Esto no va más. No daba ni para el alquiler. Así que vos y yo tenemos que salir a buscar trabajo. Por suerte tenés el secundario terminado y seguramente vas a poder conseguir algo mejor. Hay que ser fuertes y apechugar. Ya vendrán tiempos mejores.

Fue duro el Roque. No se le movió un músculo de la cara. Los bigotes los tenía petrificados. Eso sí, a la media hora le dijo a Matilde, su mujer, la que mordía el delantal y temblaba de emoción:

--Vieja, traéme un tecito que me duele la panza. Se ve que algo me cayó mal, che. ¿Serán los mates de la tarde? Mejor no ceno nada y me voy a dormir temprano.

Manuel recuerda esa escena cada día, cada vez que recorre los avisos clasificados. Desde hace un año se pasea por el abecedario, pasa cerca de la letra "ce" donde aparecen los cajeros, corredores, cadetes; después saltaba a la letra "e", empleados, encargados, encuestadores... Y al final la "ve corta", la de los vendedores, la que te avisa que se está por acabar el alfabeto, que otra vez será. Que mañana será otro día y que no hay que perder las esperanzas.

Manuel revisó de nuevo el aviso del shopping y tuvo un presentimiento. "Me parece que esta vez puede ser. Vivo cerca y, aunque no tengo demasiada experiencia en ventas, por ahí consigo algo de mozo en el patio de comidas. Piden tercer año y yo tengo el bendito secundario terminado", se dijo.

--Mañana vengo a las cuatro de la mañana.

Y cumplió. Ahí está Manuel. ¿Lo ve? El de la campera de jean y las zapatillas blancas. Sí, el morocho de pelo corto. Tendrá unas cien personas adelante pero le va a llegar el turno. Hace dos horas que empezaron a tomar los datos y parece que la cosa camina más o menos rápido.

Se entretiene espiando el diario del muchacho de adelante. El diario dice que Caniggia, que su esposa, que Cavallo, que las privatizaciones, que en las provincias la cosa viene pesada, que... Qué raro, el diario no dice nada de mí, pensó Manuel. Y se le dibujó una sonrisa en la cara. Se acordó de Bety, la piba de la esquina que lo tiene loco, se puso a soñar un poco, agigantó la sonrisa, la primera sonrisa del día, y se dispuso a esperar la esperanza.

La esperanza de conseguir trabajo, la esperanza de transarse una noche a Bety, la esperanza de juntar un día al Roque y a Matilde en la cocina y decirles: viejos, conseguí trabajo, viejos, conseguí trabajo, la mejor noticia del mundo. La que esperan casi tres millones de argentinos como Manuel. Sí, la mejor noticia del mundo. Aunque no salga en los diarios.

 

 * Todas las mañanas miles de oyentes se acostumbraron a la compañía de las columnas de Alfredo Leuco en el programa "Bravo 1030" de Radio del Plata. La editorial Sudamericana decidió reunir las más representativas de los últimos años y las devuelve a sus destinatarios en forma de libro. Se llama Le doy mi palabra y en estos días llega a librerías. "La mejor noticia del mundo" es, apenas, una muestra de ellas.


PRINCIPAL