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Laboratorio policial llaven en mano
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| Por Cledis Candelaresi
La idea prendió fácil en la provincia mesopotámica, donde la policía no dispone, siquiera, de vehículos adecuados para trasladar cadáveres a las morgues. Los cuerpos, a veces en estado de descomposición avanzado, suelen ser paseados de cara al cielo misionero en camionetas sin caja. Río Negro también parece ofrecer un terreno propicio para cerrar la operación, especialmente por los sinsabores que le ocasionó a sus autoridades el aún no esclarecido triple crimen de Cipolletti. Hasta el momento, el gobierno de Pablo Verani gastó en esta investigación algo más de 2,5 millones de pesos, casi lo mismo que le costaría instalar el nuevo laboratorio. Ese presupuesto incluye los 60 mil dólares mensuales que le facturó la Policía Federal por los servicios de un agente especial. La empresa de comunicaciones NEC --íntegramente de capitales japoneses--se jugó a explotar esas debilidades de las fuerzas de seguridad, y embistió con su oferta llevando a la norteamericana informática Hewlett Packard y a Leica, fábrica suiza de material óptico y fotográfico, como proveedores prioritarios. Después de haber cerrado trato con Misiones, los ex socios nipones de Pérez Companc tuvieron alentadoras entrevistas con ministros de gobierno de Córdoba, Mendoza, Río Negro y San Luis, quienes se mostraron muy atraídos por el proyecto, aunque aún no pudieron llevarlo a los papeles. Lo que falta es que el emprendimiento pueda ser incluido en sus presupuestos correspondientes a 1999. Para conquistar esos avales, y los que en días intentará obtener en Neuquén, Salta y Santa Fe, la empresa argumenta que los laboratorios no sólo servirán para hacer apropiadamente todos los análisis de criminalística que debe desarrollar la policía, salvo los estudios de ADN. También se compromete a capacitar en el manejo de los equipos a los agentes policiales, que luego serán responsables de la operación. En otros términos, esto significa que el mantenimiento del laboratorio podría no resultar muy pesado para los ajustados presupuestos federales, ya que no habría necesidad de contratar a nuevo personal. Pero, para los funcionarios, más estimulante que esta supuesta ventaja económica no
resulta tanto la posibilidad de jerarquizar a su fuerza de seguridad como la rivalidad
interprovincial. "Si ellos (en relación con Mendoza) contratan eso, yo quisiera que
me ofrezca una alternativa mejor", reclamó hace días un funcionario puntano a uno
de los hombres de NEC. Como proveedora de equipos de comunicaciones, para NEC éste es
apenas uno de los tantos negocios que intenta cerrar con los gobiernos del interior,
ateniéndose, eso sí, a la obligación de competir en una licitación. Sin embargo, tanto
ella como las firmas con las que rivaliza saben que cuando un funcionario hace propio un
proyecto el camino está allanado, ya que los pliegos suelen redactarse a la medida del
proveedor que los conquistó. |
Más de un gobierno provincial sueña con mejorar el deteriorado prestigio de sus
policías por módicos tres millones de pesos, lo que le costaría instalar un laboratorio
de criminalística llave en mano. NEC, asociada con proveedores extranjeros, está
intentando seducir a las principales administraciones del interior con esta propuesta, que
ya logró poner en marcha en Misiones. La empresa japonesa defiende su negocio con un
argumento difícil de rebatir: que con el prometido equipamiento, los cuerpos policiales
podrán garantizar los peritajes para proveer pruebas a la Justicia, según los obliga la
ley pero les impide la falta de infraestructura.