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RACING DISFRUTÓ EN LA NOCHE DE INDEPENDIENTE

Los gozos y las sombras

Ganaba Racing 2 a 0 cuando se cortó la luz en el estadio de Independiente y debió postergarse un partido caliente y entretenido.

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Latorre, Delgado y Matute Morales

Por Juan José Panno

t.gif (67 bytes)  Dicen los de Independiente que fue sabotaje, que los que cortaron la luz fueron los de Racing para no perder 5 a 3 como la semana pasada contra Rosario Central, cuando también iban ganando 2 a 0. Se defienden como pueden los pobres hinchas de Independiente, con tal de sobrellevar las cargadas y olvidar el medio clásico perdido.

Dicen los de Racing, tan sufridos, tan acostumbrados a la malaria ellos, que no vaya a ser cosa que ahora se suspenda el campeonato o se venga el diluvio universal o cuando reanuden ocurra algún milagro (que Independiente lo dé vuelta, por ejemplo) que les impida disfrutar un triunfo en la cancha de su rival de siempre que no se da desde el 25 de marzo de 1981.

Queda para jugar un tiempo entero y 6 minutos más y hasta que eso pase los de Racing, sin perder los temores ancestrales, atesorarán una buena actuación del equipo, una patriada del Chelo Delgado que fue gol y una perfecta triangulación de Latorre-Delgado-Matute Morales que fue golazo. Cuando se hizo la noche en la cancha de la visera se apagó un partido entretenido, caliente por el duelo de las tribunas y vibrante por las llegadas eléctricas (con perdón de la figura) de Racing. Se apagó el partido, no se pudo poner en funcionamiento el grupo electrógeno y se encendió el alerta de potenciales incidentes en un estadio casi lleno, a oscuras. ¿Qué hubiera pasado --vale preguntarse-- si el apagón se producía en el momento en que Delgado se preparaba para concretar el primer gol o cuando Matute llegaba al borde del área para meter el zapatazo del 2 a 0?

La multitud se lo tomó con humor y con paciencia y media hora después inició pacíficamente la desconcentración, lamentado el domingus interruptus. No pasó nada serio. Pero ¿no será lo ocurrido en Avellaneda un argumento a medida para que el juez Perrotta les dé la extremaunción a los partidos nocturnos? A la luz de lo ocurrido (con perdón del lugar común pretendidamente chistoso), ¿no será bueno pensar que el codificado de los domingos podría jugarse a las 11 de la mañana? ¿Lo permitirá la televisión? También se deberá tener en cuenta que la seguridad dejó otros agujeros grandes: los hinchas de Racing como sardinas en el espacio que les asignaron; problemas y amontonamientos en el acceso a la platea local; bombas de estruendo, (prohibidas), en las dos tribunas; bengalas marinas (prohibidas) en la cabecera local.

No faltará quien aproveche la volada del corte de luz para fomentar el estadio único de Avellaneda o la privatización de los clubes como soluciones mágicas. Durante la semana, seguramente se hablará de todo esto, pero mientras tanto queda margen para comentar 39 minutos de fútbol.

Racing, que usó la misma camiseta que en el partido de la semana pasada en Brasil, por una cuestión de cábala y que jugó, como en ese encuentro por la Copa Mercosur, con orden e inteligencia, fue claramente el mejor de los dos. Atrás estuvo seguro, salvo en una pifiada de Ubeda y algún revolcón del cuestionado Sessa; juntó mejor las líneas; en el medio mostró velocidad mental y física para escalar en ataque y arriba lo tuvo a Delgado, el mejor de la cancha, bien acompañado por Latorre. Llegó cuatro veces: dos fueron gol, dos se perdieron por poquito.

Independiente, que viene en caída libre y no liga más que para mentir con el dominio territorial, dio demasiadas ventajas atrás, en los dos laterales y se mostró debilucho, en cada una de sus llegadas hasta el área local. Amenaza Hanuch, amenaza el pibe Cambiasso, que necesita tiempo para demostrar lo buen jugador que es, amenazan Rotchen y Sánchez cuando suben a cabecear corners y tiros libres, pero se queda en amagues. Para colmo Toresani aporta poco, Víctor López sigue ausente y a Calderón la pelota le llega cuadrada. Aún así, con todos sus problemas, no transmitía la sensación de estar entregado o resignado. Si antes del final del primer tiempo o en el arranque del segundo embocaba alguna, el partido podría haberse disparado como un trompo en cualquier dirección. Pero ya esto es futurología. Para saber la verdadera continuación de la historia habrá que esperar el próximo capítulo.

 


Si lo sabe cante

t.gif (862 bytes) Cuando Racing entró a la cancha, con la camiseta a rayas azules y celestes, cantaron los de Independiente: "Si sos de Racing/ no lo pensés más/ tenés los colores / de la Federal" y enseguida: "El que no salta es un botón". Cuando se apagó la luz cantaron los de Racing: "Olé olé olé olé olá/ acá enfrente tenemos/ una cancha de verdad". Y respondieron del otro lado: "No pasa nada/ no pasa nada/ A Racing lo cojemos/ con las luces apagadas". Retrucaron los de Racing: "Olé olé olé olé olá/ ahora entiendo/ por qué te querés mudar", y enseguida duplicaron la apuesta: "Borón bon bon /Borón bon bon/ es una cancha/ de metegol".



No esperes que un hombre muera


Por Diego Bonadeo

t.gif (862 bytes) Hasta el momento en que Francisco Lamolina, con su tantas veces ponderable ubicuidad, afirmó con convencimiento algo así como "...no soy un entendido en electricidad", Racing había sido más que Independiente. Algo más, pero quizá no dos goles más.

Hasta que Mario Gallina, uno de los responsables de las seguridades futbolísticas en la provincia de Buenos Aires, se comunicó telefónicamente con el juez de turno en lo penal --quizás alguna vez se sabrá por qué y para qué--, dos errores de uno de los mejores jugadores jóvenes del fútbol argentino, Esteban Cambiasso, originaron las jugadas que terminaron en los goles de Delgado y Matute Morales. No faltará el menesteroso que haga insistente hincapié en la imprecisión de Cambiasso, como para disimular las excelentes definiciones de Delgado y Morales, en el ya casi hartante discurso mediático de puntualizar errores defensivos --que indudablemente los hubo--, por no reivindicar aciertos ofensivos.

Hasta que se hizo de noche en serio, el partido tuvo sus atractivos. Porque fueron los dos y se equivocaron lo dos. Racing tuvo menos vacilaciones defensivas que en las fechas anteriores e Independiente alguna más.

Pero cuando se apagaron las luces aparecieron los fantasmas. En medio de las sombras de un estadio semilleno por un clásico, y del fuego como única iluminación desde las tribunas para un fútbol que pretende ser maduro, serio, responsable y seguro desde los propósitos de enmienda que falazmente emergen desde las oficinas y los escritorios desde casi siempre, pero muy especialmente desde que el juez Víctor Perrotta decidió suspender temporariamente los torneos de la AFA, hace algo así como tres meses o algo más.

Esta vez el fútbol no fue suspendido ni por incidentes, ni por agresiones, ni por "falta de garantías", ni porque los jugadores o los hinchas hayan contravenido reglamentaciones, ni porque la policía no dio abasto, ni por invasión del campo de juego, ni porque los papeles y las serpentinas tapaban las líneas de cal. Independiente-Racing se suspendió porque se apagó la luz que supimos privatizar --hubiera dicho contrario sensu el Tío Bernie-- y los equipos de emergencia parecieron no estar en condiciones como para continuar el partido "en tiempo y en forma".

Pero de todas maneras el juez Perrotta tiene en claro que ninguno de los escenarios donde se juega al fútbol en la República Argentina está en condiciones reglamentarias, esto es, ninguna cancha en las que se realizan partidos de los torneos organizados por la AFA cumple con las condiciones exigidas para ser habilitada de modo definitivo. Dijo textualmente el juez: 1) "Ningún estadio está con habilitación definitiva"; 2) "La ley se hace a medida" y 3) "Son reglamentaciones que se fueron haciendo elásticas, pero la ley, en definitiva, no está cumplida".

Ayer, el juez Perrotta viajó a San Juan para ver en qué condiciones se jugaba en esa provincia, por lo tanto recién anoche o esta mañana podrá haberse puesto en autos de la suspensión del partido en Avellaneda. De todas maneras, el sábado, en La Plata, Estudiantes-River comenzó con alrededor de veinte minutos de atraso por circunstancias vinculadas a la televisión, contraviniendo expresamente pautas horarias establecidas por el juez.

Lo de Avellaneda fue seguramente un accidente. Lo de La Plata, no. De todas formas, si como dice Perrotta, "la ley no está cumplida", si por otra parte se inician los partidos a la hora que se le antoja a Torneos y Competencias haciéndole pito catalán a la gente y al juez, y si en definitiva se corre el riesgo de una tragedia --aunque sea por el imprevisto del apagón-- como si la iluminación no fuese prioritaria en un partido nocturno --que se suspenda el juego es una cosa y otra muy diferente garantizar la desconcentración incruenta de decenas de miles de hinchas de Racing e Independiente--, parece imperioso barajar y dar de nuevo. "No esperes que un hombre muera para saber que todo corre peligro" dice Serrat y repetimos casi todos. Pero a los poderes pareciera importarles un pito. El mismo pito catalán con que se burlan del juez, de la ley y de la gente.


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Solo luces de bengala. La cancha a oscuras



Frases calientes


t.gif (862 bytes) "En estas condiciones no sigo más en Independiente. Esto no me había pasado nunca en mi carrera. Me salvaron dos policías (Julio César Toresani, insultado y salivado cuando salía de la cancha).

"Menotti ladrón, andá a dirigir a Cuba, andá a robar a otro lado, filósofo" (del grupito de hinchas que esperó la salida del plantel de Independiente).

"Andate Grondona, nos vas a llevar a la ruina" (del mismo grupo).

"Fuimos superiores en el área, pero el partido era parejo. No hubo gran diferencia entre los dos equipos como algunos creen" (Angel Cappa, DT de Racing).

"De ninguna manera sospecho que el corte fue intencional. Estamos en la Argentina y estas cosas suceden" (Otra de Angel Cappa).

"Edesur no tiene nada que ver. Tratamos de colaborar, pero la empresa nada tiene que ver con el corte, fue un problema interno de Independiente" (Daniel Martínez, gerente de relaciones públicas de Edesur).

"Menotti está tan mal como todos nosotros, pero trata de levantarnos el ánimo porque el partido todavía no terminó" (Mauricio Hanuch).

"Queremos jugar el miércoles a las 15" (Héctor Grondona y Daniel Lalín, a dúo).

"Grité el gol por respeto a los hinchas de Racing" (Matute Morales).


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