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El novio de Susana desató una tormenta en Diputados

“Atorrante”, le gritaron a Rodríguez, que se presentó a la Cámara a aclarar su posición, aunque no lo habían invitado.

El dueño de Hard Communication quería “decir la verdad” sobre el escándalo del 0-600.
Pero en la Comisión de Comunicaciones no lo esperaban: “impertinente”, le espetaron.

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t.gif (67 bytes)  –¡Atorrante! ¡Atorrante! Andáte de acá –se desbocó el justicialista Oscar González.
–Pero yo... Pero yo... –gemía el novio de Susana Giménez, Jorge Rodríguez.
–Que se retire. Que se retire –se exaltaba otra diputada.
Un escándalo. Así fue definido el equívoco paso del novio de la diva ayer por la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados. El “impertinente” –tal el mote recibido por Rodríguez de parte de los menos atildados legisladores– intentó presentarse en la comisión para explicar su versión sobre el triple vínculo Hard Communication, Susana Giménez y padre César Grassi. Ni siquiera pudo musitar alguna explicación: fue despedido hasta nuevo aviso por la comisión que se disponía entonces a encarar un interrogatorio –también frustrado– sobre ATC.
Alguien había dado el aviso a los medios: Jorge Rodríguez estaría ayer a las 11 en la comisión. Iría a dar precisiones sobre la empresa Hard Communication, cuya propiedad comparte con Jorge Born y el ex montonero Rodolfo Galimberti. Ninguna cámara faltó a la cita. Tal como lo hizo el martes con Grassi, el frepasista Normando Alvarez García invitó al novio de Susana porque “hay que escuchar a la gente de Hard”, se defendió. Sólo que ninguno de los diputados consensuó esa visita.
Con la situación así planteada, los 15 miembros de la comisión aguardaban las 11 para comenzar a entrevistar a empleados de ATC. Pasaron 30 minutos de la hora prevista y todavía no comenzaba la reunión. En tanto, un murmullo pesado se hacía a cada minuto mas explosivo. “A las doce menos cuarto, empezamos la reunión y nadie nos preguntó nada sobre la posibilidad de recibir a Rodríguez”, dijo a Página/12 la diputada Irma Parentella. La noche anterior, mientras los justicialistas forcejaban la sanción de la Reforma Laboral, la frepasista había consentido un cruce con Alvarez, su socio político. “Me dijo –agrega Parentella– que Hard Communication iba a participar de la reunión. Yo le dije que si la comisión lo acordaba no iba a haber mayor problema.” Ese acuerdo nunca se hizo.
Unos días atrás el propio Alvarez había resulto la participación de Grassi en un encuentro no previsto de la comisión. “Yo me enteré por el diario –vuelve enojada Parentella–. Después de leer en el diario que Grassi nos iba a visitar me llegó una comunicación y fui.” Este antecedente fogoneó a Rodríguez para conquistar el mismo escenario.
En minutos se desató el escándalo. Esta vez el novio de Susana no recibió un cenicero por la cabeza pero estuvo cerca. En la puerta de la sala de encuentros no hubo fuerza de seguridad que resistiera. “No sé si fue Rodríguez el que entró de prepo o los 40 periodistas que terminaron empujándolo adentro”, confió una fuente de la comisión a este medio.
–Esto no es un potrero –vociferó Parentella.
–No venimos a aclarar nada, venimos a decir la verdad –intentó por las suyas Rodríguez contoneándose entre micrófonos.
“Yo no sé quién era Rodríguez. Lo conocía sólo por fotos”, confesó la diputada concluida la batalla. Hubo dos intentos más por parte de Rodríguez de meterse en la sala pero el encono furioso de los legisladores terminaron disuadiéndolo a la fuerza. De todos modos, el empresario consiguió aire mediático entre los pasillos de la Cámara. “Todos debemos ayudar a una obra tan importante como la del padre Grassi”, dijo Rodríguez en una respuesta en la que evitó contestar sobre por qué entonces destinó sólo un pequeño porcentaje para el cura.

 

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