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MARCELO BIELSA ES EL NUEVO SELECCIONador NACIONAL
A rey muerto, nuevo rey puesto

El rosarino sucede a Daniel Passarella y es el quinto técnico en 24 años que designa la AFA. Asumirá cuando el Espanyol lo libere o, a más tardar, el 21 de diciembre. José Pekerman será el manager entrenador del Preolímpico Sub-23 y Hugo Tocalli estará a cargo de los juveniles.

José Pekerman, Marcelo Bielsa y Hugo Tocalli en el verde césped de Ezeiza.
Primera foto de familia de la nueva trinidad del fútbol argentino.

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Por Adrián De Benedictis

t.gif (67 bytes) “Es una satisfacción personal y un desafío profesional asumir este cargo. Se trata de la tarea a la que le he dedicado toda mi vida y estoy orgulloso de poder participar de esta instancia en el equipo nacional”, dijo Marcelo Alberto Bielsa cuando comenzó a recorrer su camino como nuevo entrenador del seleccionado argentino de fútbol, que tendrá como objetivo central el próximo Mundial que organizarán en forma conjunta Japón y la República de Corea. Asimismo, Bielsa recién se hará cargo del plantel después del 21 de diciembre, cuando finalice su compromiso con el Espanyol. Con la conferencia de prensa que se llevó a cabo en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino en Ezeiza donde, además de Bielsa, participaron Julio Grondona, José Pekerman y Hugo Tocalli, se oficializó la nueva estructura de las selecciones nacionales: Pekerman como director general, Bielsa como director técnico del equipo mayor, y Hugo Tocalli, como director técnico de los seleccionados juveniles.
Grondona aclaró que “Bielsa se incorpora al proyecto de Pekerman”, como para que no haya dudas de que el único responsable de esta nueva etapa es José Pekerman. El titular de la AFA afirmó que Pekerman “no delegó responsabilidades” por no asumir el cargo como técnico, sino que por el contrario “se hizo responsable absoluto del proyecto general” y estará por encima de Marcelo Bielsa. “El sistema que se va a implementar es nuevo y sólo pedimos el apoyo de todos. Esto no es una broma, va en serio”, afirmó Grondona. Acerca de si Tocalli –en su nuevo cargo– tiene más presiones por los títulos ya logrados por Pekerman, Grondona fue cortante y dijo que el nuevo seleccionador juvenil “no tiene que demostrarle nada a nadie, ya que ganó todo junto a José”. Por último, Grondona confesó que “hace rato no vivía un día tan feliz, tan pleno”.
En tanto, Bielsa, quien no mencionó a ningún jugador como futuro integrante del equipo, aseguró que, a la hora de elegir, tendrá en cuenta la trayectoria y la experiencia. “El equipo va a jugar como el Vélez del torneo pasado o el Newell’s de los ‘90, y mi idea futbolística no va a variar, es decir que vamos a hacer un conjunto ofensivo”, indicó el entrenador. Luego agregó que sus objetivos serán la Copa América del año que viene y las eliminatorias para el Mundial del 2002. Con el nuevo entrenador se incorporarán el preparador físico Luis Bonini y el ayudante Claudio Vivas. Respecto de la imagen que dejará su paso por España, Bielsa señaló que “cuando me junté ayer (por el lunes) con Pekerman y Grondona, lo hice con un documento del club al que estoy ligado, donde se me autorizaba a realizar la negociación que he concretado. Creo que eso deja en claro las posibilidades legales que tenía de establecer este vínculo con la AFA. Mi compromiso es hasta el 21 de diciembre o antes, si el club resuelve sustituirme por otro entrenador”.
Por último, Pekerman aseguró que esta etapa que se inicia será un trabajo consensuado, desde los juveniles hasta los mayores, y explicó que podría reunirse “con Passarella o cualquier otro entrenador que haya dirigido el seleccionado nacional que pueda aportar algo a este proyecto”. Y agregó que el fútbol argentino necesitaba a una persona “con la capacidad de conducción de Marcelo Bielsa”. La novela llegó a su fin. A partir de ahora, Marcelo Bielsa comenzará a escribir su propia historia.

 

Tratémonos dulcemente
Por A.D.B.

El presidente de la AFA, Julio Grondona, reconoció ayer que la relación entre la prensa y el seleccionado de fútbol le preocupa tanto como la violencia en el fútbol y, en ese sentido, se mostró optimista en mejorarla tras lo ocurrido durante el proceso que encabezó Daniel Passarella. “Son conocidos los conflictos que se dieron durante todo el proceso anterior y esperamos una solución rápida para facilitar el trabajo tanto de los periodistas como del cuerpo técnico”, remarcó. Grondona aclaró que el contacto con los periodistas se sustentará sobre bases de “respeto mutuo” y no admitirá la posibilidad de que cualquiera de las partes incurra en “malas intenciones”. “Ojalá que me ilumine Dios para poder solucionar este tema. Conozco que el trabajo de los periodistas es difícil y entiendo que a veces hagan o digan cosas por las presiones que deben soportar”, explicó. Mientras Bielsa, Pekerman y Tocalli caminaban por el predio de Ezeiza, Grondona confesó que no permitirá que se le cierren las puertas a los periodistas, “se acabó la etapa en donde el equipo hacía 300 kilómetros para entrenar, y los periodistas tenían que hacer 500 para ver el entrenamiento por algún agujero”. El directivo se encuentra muy ilusionado con esta nueva etapa, y tiene esperanzas para que la convivencia entre todos sea amable. “Tenemos que trabajar en conjunto para el bien de selección, y eso incluye también al periodismo”, apuntó.


El arte de decir   las cosas

La ambigüedad, el doble discurso, los supuestos, las verdades de hoy que se desmienten mañana redondean una modalidad de comunicación poco clara que, por otra parte, es moneda corriente en el fútbol argentino de todos los días y de la que la trama Grondona-Pekerman-Bielsa no escapa a la regla.
Así, para Grondona no había apuro para elegir el técnico, porque no había compromisos hasta el año próximo, pero después de charlar con Pekerman se precipitó la designación de Bielsa, con el costo gratuito de una situación de tirantez que en algún momento amenazó con derivar en la intervención de la FIFA.
Pekerman, en tanto, habló de un proyecto que hasta el momento no se conoce, salvo en sus generalidades, y mencionó a Bielsa como el único capaz de llevarlo a cabo. Pasaríamos así del “equipo de todos”, slogan con el que Passarella abrió su ciclo en la búsqueda de no quedar encerrado en el corsé de ser “menottista” o “bilardista”, al “seleccionado de Bielsa”, un hombre providencial que deberá cargar con la pesada mochila de ser el responsable excluyente del éxito o del fracaso. Bielsa, por su parte, presionó a los dirigentes catalanes y esgrimió el beneficio de una cláusula en su contrato de la que jamás se tuvo certeza. Y hasta amenazó con dar un portazo para después resolver el tema con un acuerdo que sugiere una transacción.
Un modelo propio de la política criolla adoptado a rajatabla por los dirigentes del fútbol, acostumbrados a eso de “cambiar figuritas” más allá de la ética o de los principios. Estas son apenas muestras de los varios interrogantes que generó la designación de Bielsa. Y como el proyecto por ahora son sólo vaguedades, comienza la circulación de supuestos en el imaginario colectivo, mucho más en un fenómeno cultural de tanto peso como lo es el fútbol en la Argentina. Se asiste a un nuevo ensayo en su estructura de selecciones y eso implica un aprendizaje. De todos, los protagonistas y los espectadores. Y para que el aprendizaje se potencie, es imprescindible una comunicación clara, “entre” (los protagonistas) y “para” (los espectadores). Curiosamente, siempre se mencionó como punto débil de Bielsa no sus saberes del mundo de la pelota sino su manera de comunicarse con los jugadores, lo cual debe ser un alerta, habida cuenta de que tampoco fue bien acompañado a la hora de “comunicar” la buena nueva.


Bienvenido
Por Daniel Lagares

El puesto al que son candidatos 33 millones de argentinos quedó en manos de Marcelo Bielsa. Afortunado hombre. Pero la fortuna terminó con la protocolar conferencia de prensa de Ezeiza. Bienvenido a la jungla, Bielsa.
Así lo indican los tiempos. Qué vachaché, cantaría Discépolo. Ahora que está en el baile, a bailar. Como les ocurrió a sus antecesores, no podrá conformar a todos. Se sentirá solo pese a que la pomposa “nueva estructura” parece rodearlo de seguridades. Se sentirá incomprendido, a veces abandonado a su suerte, cercado, tentado, utilizado. Es la selva. Es la ley que impera y a la que se somete.
La gestión de Bielsa nació con el pecado original de una designación confusa y una comunicación al público más oscura todavía. Le corresponde una mínima porción de responsabilidad en ese desbarajuste al que fue arrastrado por el apuro, la ansiedad o la impericia de Grondona-Pekerman. Se puede entender en Pekerman, novato gerente de la pelota pero no en Grondona, ducho en apariciones públicas. Si en algo se destaca el hombre de Sarandí es en estar en el lugar justo a la hora indicada pero en este asunto, diría Maradona, la tortuga le sacó unos cuantos metros de ventaja.
Hay una discusión menor en la que van a querer entretenernos de aquí al 2002. Que si Bielsa hace líbero y stopper, si usa carrilero, si prefiere marca en zona, si incluye wines. Pavadas. La cosa no pasa por ahí. Se dijo hasta el cansancio que Bielsa es “un obsesivo” y de tanto repetirse quedó esa idea como la mejor definición del nuevo entrenador y la definición pasó a ser la mejor virtud del técnico. Le han hecho un flaco favor quienes pretendieron lanzarlo al ruedo como un simple observador compulsivo de videos. Bielsa es, lo ha demostrado, muchas otras cosas y en todo caso, si esa obsesión sirve para que sus equipos jueguen bien al fútbol, alabada sea la obsesión. Porque por ahí está el meollo de este asunto. Hay que tener memoria y recordar que la “mayor virtud” de Passarella era su mano dura y así volaron colitas, aritos, sombreros y diversas bijouteries. Así nos fue.
La única exigencia que el cargo le impone al rosarino es que la selección juegue bien. Ni más ni menos. Y en estas tierras, esos 33 millones de postulantes al cargo que recayó en manos de Bielsa sabe de qué se trata cuando se habla de “jugar bien”. Los que preguntan “¿qué es jugar bien?” están jodiendo. Merecerían estar en el panel de Georgina o de Moria y tener que responder a la pregunta “¿qué es el amor?”. Esos pícaros lo saben, no se pueden engañar. En todo caso, discutamos sobre cómo se ama.

 


 

Clemente se pelea con el gobierno de Aznar

El todavía entrenador de la selección española discutió públicamente con la ministra de Educación y Deportes y funcionarios del área: “Que se ocupen de cosas importantes”.

Por Gabriela Carchak

t.gif (862 bytes) A Javier Clemente no le alcanza con la afición, ahora también disiente con el gobierno. El, porna25fo01.jpg (11366 bytes) ahora, técnico de la selección española de fútbol, salió al cruce de las declaraciones en su contra que vertieron la ministra de Educación y Deportes, Esperanza Aguirre, y el secretario de Estado para el Deporte, Santiago Frisas, tras la “caótica” derrota ante Chipre. Clemente se ocupó de recordarle a la funcionaria sus deberes públicos cuando señaló que “creo que hay decisiones mucho más importantes que deben ser tomadas por el bien del país, me parece que antes de que ella hable de fútbol hay 15 o 20 medidas más urgentes que deben tomarse. Preocuparse por la número 20 y olvidarse de las 18 o 19 necesarias para el pueblo me parece que es un poco exagerado” dijo. El entrenador conservó el buen humor –el sarcasmo también– y señaló que “dentro de poco tiempo le diré a la ministra Aguirre o al presidente del gobierno qué medidas deben tomar ellos por el bien de la Nación”.
Más allá de su buen ánimo, el futuro no se presenta agradable para el seleccionador, ya que es la única persona que ha logrado poner de acuerdo a todos los partidos políticos. Desde el Partido Popular hasta el Partido Socialista Obrero Español, pasando por la Izquierda Unida y Nueva Izquierda han pedido ya que el técnico abandone sus funciones inmediatamente, y si es posible, antes del encuentro amistoso que la selección jugará frente a Rusia el próximo 23 en Granada. Uno de los argumentos que ofrece la Federación Española de Fútbol para justificar la permanencia de Clemente en el cargo es la alta indemnización que habría que abonarle al entrenador vasco, argumento desestimado por el precedente de la destitución de Luis Suárez (último seleccionador), a quien se le abonó una suma notablemente inferior a la que correspondía por contrato, ya que los dirigentes de la FEF recurrieron a la Justicia y adujeron “pérdida de confianza en el desempeño de su función”. Con el antecedente ya asentado, con el solo hecho de presentar el mismo argumento, la cantidad de dinero sería mucho menor. La razón de su permanencia no es monetaria, y es el apoyo incondicional del presidente de la FEF el que lo evidencia.
El posible futuro de Javier Clemente no difiere demasiado del de algunos de sus colegas que condujeron los destinos de los seleccionados en el último Mundial. Con la partida de Berti Vogts (ver aparte), ya son veintiuno los técnicos nacionales que abandonaron sus funciones, sea por iniciativa propia, por despido o por vencimiento de contrato. Renunciaron Berti Vogts, Daniel Passarella, Hristo Bonev, Steve Sampson, Jalal Talebi, Césare Maldini, Takeshi Okada, Egil Olsen y Slobodan Santrac. Fueron destituidos Carlos Alberto Parreira, Mario Zagallo, Cha Bum-kun y Henri Kasperczak. Quienes se retiraron luego del vencimiento de contrato fueron Claude Le Roy, Hernán Darío Gómez, Aimé Jacquet, Guus Hiddink, Bora Milutinovic, Paulo César Carpeggiani, Anghel Iordanescu y Philippe Troussier.

 

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