Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL EMBAJADOR BRITANICO WILLIAM MARDSEN EXPLICA LAS CONDICIONES DE TONY BLAIR PARA LA PROXIMA VISITA DE MENEM A LONDRES

"Sobre soberanía no estamos dispuestos a negociar"

Cuando llegó el año pasado a la Argentina, creía que su actividad estaría centrada en lo económico, pero la próxima visita de Carlos Menem a Gran Bretaña, concebida en un principio como otra vidriera para la re- reelección, cambió tanto su punto de mira que hasta las crecientes inversiones británicas son vistas ahora desde una óptica política: "Somos socios --asegura William Marsden--, ya no nos ven como antes con los ferrocarriles." Diplomático, está convencido del éxito del viaje, aunque también deja claros los límites impuestos para su concreción.

Na12fo02.jpg (6778 bytes)
Por Andrew Graham-Yooll

t.gif (67 bytes)  Su rostro se hizo popular con una expresión de tristeza. Había tenido el coraje de invitar a periodistas argentinos para que vieran el partido del Mundial contra Inglaterra en la mismísima Embajada de Gran Bretaña. Y claro, tuvo que hacer uso de toda la flema para absorber el dolor por el agónico triunfo argentino. Pero esa iniciativa lo pinta de cuerpo entero, decidido a aprovechar hasta los momentos más difíciles para avanzar en el mejoramiento de las relaciones entre los dos países. En estos días el contexto parece menos hostil. Carlos Menem prepara la primera visita de un presidente argentino a Londres después de la guerra y William Marsden, brillante diplomático de carrera, no dejará pasar la oportunidad de utilizarla tanto para afianzar el intercambio comercial como para destacar la importancia que gestos aparentemente menores, como la invitación de los isleños para que Mariano Grondona haga un programa desde las Malvinas, pueden tener en el futuro de las relaciones.

--¿Por qué fue elegido Mariano Grondona por los isleños para ser el primer periodista argentino en visitar las Malvinas?

--Para contestar la pregunta hay que hablar primero de las relaciones con las islas. Ha habido un progreso considerable en la relación entre las islas y la Argentina en los años, bueno, en los meses, recientes. Me sorprende el hecho de que los argentinos en general no parecen aceptar o darse cuenta de cuánto se ha avanzado. Eso puede tener algo que ver también con la política en la Argentina. En cuanto a la invitación a Mariano Grondona, es un paso muy importante en el proceso que se está desarrollando. Hay que ver las cosas que están sucediendo. Los isleños están cooperando plenamente en las visitas regulares de familiares argentinos a las tumbas de sus seres queridos en las islas. Es muy importante. Segundo, hay buenos contactos entre los expertos en pesca, con vistas a una mayor conservación de las especies, que será de gran beneficio para la Argentina. Me gustaría ver que esto avance más aún. Podría ser mucho mejor. Tercero, quizás lo más importante en el panorama general es que los dos gobiernos, el del Reino Unido y el de la Argentina, han sido capaces de acordar los pasos para la cooperación para la exploración y explotación de petróleo y gas en el área.

 

--Eso parece haber sido un fracaso...

--No sabemos aún si hay petróleo o no. Pero tenemos que planificar con la presunción de queNa12di01.gif (2940 bytes) hay, porque es un importante factor nuevo entre el Reino Unido, la Argentina y las islas. Fue un logro sustancial que los dos gobiernos alcanzaran ese acuerdo. Nuevamente, mi impresión es que el público argentino no aprecia cuánta flexibilidad involucró esto por parte del Reino Unido al negociar este acuerdo. Se acordó la plena participación de las empresas argentinas en toda la exploración y eventual explotación de petróleo y gas. Todos estos arreglos protegen las posiciones argentinas y británicas en cuanto a soberanía. Sobre esto no estamos dispuestos a negociar. El primer ministro Tony Blair lo ha establecido claramente.

 

--¿Se refiere a las negociaciones durante la visita del presidente Carlos Menem? ¿No se tocará el tema soberanía durante la visita?

--Eso está entendido. No estamos dispuestos a negociar.

 

--Y no está en la agenda de la visita.

--No. En cuanto a la visita del presidente Menem a Londres, el gobierno británico ha expresado claramente que no habrá negociaciones de soberanía.

En general, no se concretará conclusión alguna con la Argentina sin el acuerdo de los isleños. Lo que tenemos que hacer es construir la confianza. A raíz de la guerra de 1982 la confianza de los isleños fue destruida. Se han tornado muy cautos en cuanto a contactos con la Argentina. Pero creo que estos pasos que he mencionado y la corajuda invitación extendida a Mariano Grondona a que visite las islas como argentino, con pasaporte argentino, con total libertad para hablar con la gente y visitar el territorio, y hasta transmitir desde allí su programa de televisión... creo que éste es un gran paso.

 

--Bueno, entonces, ¿por qué Grondona?

--La invitación surgió de los isleños por intermedio de sus legisladores electos. No provino del gobierno británico ni de la embajada. Ellos tomaron la decisión acerca de a quién invitar. Creo que hubo varias sugerencias. Pero ellos observan los medios argentinos. Están bien informados acerca de lo que sucede aquí.

 

--¿Aventuraría una estimación de cuánto va a tardarles a los isleños volver a un estado de ánimo como el anterior a 1982?

--No aventuraría nada así. Voy a trabajar sobre la base de que tenemos que avanzar paso a paso para reconstruir la confianza y hallar formas de cooperación.

 

--¿Por qué se califica al viaje de Menem como "Huésped de Gobierno" y no "Visita de Estado"?

--El primer ministro Tony Blair invitó al presidente Menem como huésped de gobierno. En realidad casi todas las visitas de jefes de Estado y de gobierno a Londres se hacen como huésped de gobierno. En esas condiciones estuvo en Londres el presidente de los Estados Unidos. Tuve participación en dos o tres visitas del presidente Bill Clinton y siempre fueron como huésped de gobierno. Tenemos algo que se llama "Visita de Estado". Creo que se hacen alrededor de dos por año. Se fijan con una antelación de ocho o diez años, que no fue posible en este caso. Tienden a ser muy ceremoniosas. Con la presente visita no tuvimos más que unos pocos meses.

 

--En el caso de Menem, ¿qué se ha organizado?

--Creo que lo que se ha preparado para el presidente Menem combina lo mejor de los dos. Va a ser una visita excelente. Será una visita altamente simbólica y habrá mucho de ceremonia. Pero habrá un elemento de trabajo relativamente intenso. Su Majestad le dedicará bastante tiempo. Está programado un almuerzo en el Palacio de Buckingham. Al día siguiente el presidente Menem almorzará con el primer ministro Blair. Hay gran interés y mucha buena voluntad para la visita. Se preparan muchos eventos para recibir al Presidente. El empresariado británico lo ha invitado, como único huésped de honor de su jerarquía, al banquete inaugural de la conferencia anual en Birmingham. Será un programa muy bueno para una visita muy importante. Por lo pronto, marca el fin de una etapa de caída en las relaciones argentino-británicas, que comenzó en la década del sesenta. Es sorprendente que ésta sea la primera visita presidencial desde que Arturo Frondizi estuvo en Londres en 1962...

 

--No teníamos uno solo que fuera presentable... Recuerdo que a poco de llegar usted a Buenos Aires comparó los cambios económicos en el Reino Unido con los de Argentina. Lo significativo era que en los años setenta, cuando todos esperaban que la revolución viniera de la izquierda, se hizo desde la derecha en ambos países...

--No creo que eso sea un fenómeno peculiar al Reino Unido o Argentina.

 

--Pero Margaret Thatcher inició esta moda al llegar al gobierno británico en mayo de 1979.

--Es cierto. El gobierno de Mrs. Thatcher se dio cuenta a comienzos de su mandato de que, para crear beneficios para la población, tenía que haber un sector productivo que generara riqueza. En los años sesenta y setenta la máquina de crecimiento británica se estaba cayendo. Lo que se hizo en los años ochenta fue liberar la economía y las energías del sector privado. Eso tuvo gran éxito en la transformación de la economía. Creo que el gobierno del presidente Menem también ha tenido enorme éxito. Recuerdo que en uno de mis primeros encuentros con el presidente Menem me dijo que él había privatizado más en dos años que Margaret Thatcher en toda su gestión (once años). La Argentina ha privatizado hasta el Correo, que es un camino que el Reino Unido aún no ha recorrido. Me alegra que exista cooperación británica en los cambios en el Correo Argentino. Ambos países han tenido gran éxito en reavivar sus economías, controlando la inflación y creando nueva riqueza. La Argentina ha tenido un crecimiento promedio de 6,3 por ciento en los últimos siete años que es sorprendente. Una tarea que ha asumido la embajada y sin duda también lo hará el presidente Menem cuando viaje es enfatizar cuánto ha sido transformada la Argentina, tanto económica como democráticamente.

 

--Prevalece un sentimiento nacionalista y reivindicatorio en la población respecto del Reino Unido. ¿Usted lo ha sentido?

--Mi impresión, después de haber viajado por el país y de haber conocido a mucha gente en una variedad de situaciones es que la gente que conoce al Reino Unido, los que trabajan con nosotros o están de alguna forma conectados, tienen un gran interés en reforzar la amistad. Hay gente diferente en ambos países, no sólo en la Argentina. Digamos por ejemplo que seguramente el lector promedio de ese admirable diario The Sun (tabloide popular, circulación 3,5 millones de ejemplares) tendrá una actitud similar al lector promedio de ese admirable diario Crónica aquí en Buenos Aires. Esa gente no conoce a la Argentina, así como los de aquí no conocen Gran Bretaña. Sus conceptos son obsoletos y pertenecen al discurso que les daba el gobierno en los años cincuenta. Claro, la guerra exageró ciertos aspectos en ambos lados. Espero que la labor que estamos haciendo aquí, y más que nada la visita del presidente Menem, ayuden a despejar las actitudes obsoletas y caricaturescas de ambos lados.

 

--¿Cuáles serían las tres áreas más significativas de sus 14 meses en la Argentina?

--Las tres áreas de avance más importante son el desarrollo de los contactos económicos y el crecimiento de la inversión directa en la Argentina, la cooperación a nivel internacional y la visita del presidente Menem.

 

--¿Cómo han sido estos 14 meses?

--Han sido divertidos, muy intensos, porque se ha generado un buen incremento del intercambio comercial, quizás algo más político de lo que me esperaba. Cuando llegué dije que mis objetivos incluían asegurar el intercambio del comercio, alentando a las empresas británicas a que vengan al país. También quise estrechar lazos entre entidades financieras en ambas capitales. Creo que las cosas han ido bien. Nuestro comercio fue destruido con la guerra de 1982, pero ha crecido en ambas direcciones. La Argentina ha incrementado sus exportaciones al Reino Unido en un 25 por ciento: excepto en el último año, cuando toda la exportación de los países del Mercosur cayó. El Reino Unido ha tenido gran éxito en reconstruir su comercio. Hemos logrado el 2,7 del mercado en sólo ocho años desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. La inversión directa británica ha sido impresionante. Hemos visto llegar 2500 millones de dólares de inversión británica nueva. Casi toda las inversiones son asociaciones con empresas argentinas, que es mejor que las compras o absorciones. La imagen ahora es de que somos socios, ya no que nos pertenece algo, como antes los ferrocarriles. Eso es un aspecto político positivo, a la vez que comercialmente ventajoso.

 

--¿Por qué dijo "más político de lo que esperaba"?

--La política ha sido bastante activa. Me lo esperaba, dado el pasado reciente. Pero quizás hubo aún más de lo que esperaba. Claro, estamos en proximidad de un año electoral y eso ayuda.

 

--¿Usted llegó con instrucciones de preparar la visita del presidente Menem?

--No fue así. Tony Blair llevaba poco más de dos meses como primer ministro cuando viajé a Buenos Aires y él no contemplaba una visita presidencial en ese momento. En la embajada éramos de la opinión de que una visita presidencial sería importante para consolidar el progreso logrado.

 

--Y ahora, ¿cuáles son los próximos caminos de acción?

--Hay aspectos que tienen prioridad para el gobierno de Blair. Un área importante es la cooperación internacional en el campo ambiental. Me alegra decir que el Reino Unido enviará una comitiva de alto nivel a la cuarta conferencia sobre el clima en noviembre. La embajada tiene intención de desarrollar una acción modesta en el área ambiental. Al decir modesta me refiero a que no tenemos mucho presupuesto. Pero nos gustaría establecer áreas de cooperación con organizaciones no gubernamentales (ONG). El gobierno Blair también está interesado en el campo de los derechos humanos, especialmente en lo que atañe a los niños marginados. Queremos apoyar a entidades argentinas que trabajan en este campo.

Y también se están desarrollando áreas de cooperación entre las Fuerzas Armadas de ambos países.

 

--¿Qué queda de la colectividad británica en la Argentina?

--Siento un enorme respeto por sus integrantes y les agradezco su apoyo. Aunque sus instituciones han ido cambiando y adaptándose a los tiempos, creo que en el campo de la salud con el Hospital Británico, y también en el campo educativo, la colectividad ha hecho enormes aportes al país y seguramente los continuará desarrollando. Creo también que las entidades benéficas de la colectividad desarrollan una labor magnífica en cuidar a su propia gente.

 

POR QUE EL EMBAJADOR WILLIAM MARSDEN

Por Andrew Graham-Yooll


En vísperas de un viaje histórico

t.gif (862 bytes) El martes pasado, el día de la entrevista, el embajador de Su Majestad Británica, William Marsden, cumplía 58 años.

Estamos en vísperas de un viaje presidencial de magnitud histórica, nos guste o no. Los británicos han nombrado un embajador de lujo para facilitar la visita de Menem a Londres.

William Marsden presentó sus credenciales en julio de 1997. Desde entonces ha recorrido buena parte del país y ahora tiene por delante una agenda con 16 pedidos de entrevistas de medios argentinos, previos al viaje a Londres del presidente Menem. Está decidido a atender a todos.

Es un hombre alto, de voz grave y baja, pero sus declaraciones transmiten una certeza y seguridad producto de una larga trayectoria profesional. Su carrera diplomática anterior ha transcurrido como subsecretario para las Américas en el Foreign Office. Ha sido ministro en la embajada británica en Washington y en Moscú, y ha sido funcionario de la OTAN en París.

Su trayectoria merece ser tenida en cuenta y sus opiniones también.



PRINCIPAL