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VISPERAS DE LA ASAMBLEA DEL FMI, EN MEDIO DEL CAOS FINANCIERO MUNDIAL
Nadie le teme a la Alianza en el Fondo

En el FMI confían en que si gana en el  ‘99 profundice el ajuste fiscal. Garante sería Pedro Pou, que sigue hasta el 2004.

 

Alan Greenspan, responsable de la Reserva Federal, por detrás de Robert Rubin, jefe del Tesoro.
Al establishment financiero internacional la eventual victoria aliancista no lo aflige.

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Por Maximiliano Montenegro desde Washington

t.gif (67 bytes) Al Fondo Monetario Internacional no le preocupa que la Alianza vaya primera en las encuestas para las elecciones de octubre, ni tampoco le inquietaría que llegara al poder a fines del año próximo. El número uno del organismo para el Hemisferio Occidental, Claudio Loser, se lo dijo a Página/12. “Trabajamos con los gobiernos, pero mantenemos consultas con políticos de la oposición. No nos preocupa un cambio de gobierno”, afirmó. El FMI confía en que el nuevo gobierno profundice el ajuste fiscal durante su primer año de gestión. Para ello cuenta con un programa firmado por el gobierno argentino, que lo compromete a reducir el déficit fiscal en el año 2000 como nunca antes durante toda la convertibilidad. En secreto, en el Fondo quieren que el presidente del Banco Central, Pedro Pou, que continuará su mandato hasta el 2004, sea el garante del cumplimiento del programa bajo la próxima administración.
Claudio Loser es el argentino de más alto rango dentro de la jerarquía del FMI. Su función es comandar todas las negociaciones con los países de Latinoamérica, y es el jefe directo de la italiana Teresa Ter Minassian, que usualmente dirige las misiones del organismo a la Argentina.
–El gobierno argentino firmó con el FMI un programa por tres años que vence recién en el año 2000. ¿Habría renegociación del programa ante un cambio de gobierno? –le preguntó Página/12, en un aparte, tras la conferencia en el edificio del Fondo.
–Nosotros trabajamos con los gobiernos, pero mantenemos consultas con otros políticos fuera del gobierno y de la oposición. No tiene por qué haber un cambio –respondió Loser.
–Se descuenta que va a haber un cambio de gobierno y las encuestas marcan un triunfo de la oposición. ¿Esto no genera incertidumbre? –insistió este diario.
–Todo cambio de gobierno genera incertidumbre. Pero estamos acostumbrados a estas cosas. Trabajamos en un mundo donde la mayoría de los países tiene gobiernos democráticos, países en los que siempre hay cambios de gobierno. No nos preocupa si gana la oposición. Confiamos en que se seguirá la actual política económica.
El Acuerdo de Facilidades Extendidas que firmó Roque Fernández en febrero pasado concluye recién en el 2000, año para el cual las metas fiscales son las más exigentes jamás vistas en la última década. En privado, una alta fuente del FMI dijo a este diario que una de las garantías para que tal compromiso sea honrado se llama Pedro Pou, el titular del Banco Central. Pou, al igual que Roque y que Loser estudió en la ortodoxa Universidad de Chicago. Pero, a diferencia de Fernández, con quien fundó el CEMA, cultivó relaciones políticas dentro del oficialismo de la mano del también mendocino Eduardo Bauzá. Ese vínculo le permitió también aceitar contactos con políticos y economistas tanto del duhaldismo como de la Alianza, según reconocen en su entorno (ver aparte).
Pou es el “gobernador alterno” ante el FMI por Argentina, mientras que el gobernador titular es el propio Fernández. “Los organismos internacionales promovemos la independencia del Banco Central para que quien lo dirija pueda ser garante de los programas económicos acordados, más allá de los gobiernos”, contó la fuente del Fondo a este diario. Así, la representación del FMI en Buenos Aires tiene su sede en oficinas del BCRA.
El Fondo puede suavizar sus exigencias con el tema de la reforma laboral. De hecho, Loser afirmó ayer que la reforma laboral promovidapor Erman González era “débil”, que le gustaría una más profunda como figura en el acuerdo, pero que “hay que considerar también los tiempos políticos”. Sin embargo, el FMI será inflexible al vigilar que se cumpla el ajuste fiscal. Para el año próximo, el déficit deberá caer a 2650 millones de dólares, de los 3500 previstos para este año. En el primer año de la próxima administración, en tanto, debería ser menos de un tercio del de este año: apenas mil millones. Una fuente confiable cuenta que Pou no quiere que el acuerdo se mueva ni un milímetro de esa meta.
–¿El ajuste de mil millones en el gasto público que efectuó Roque Fernández en agosto fue sugerido por ustedes? –le preguntó este diario a Loser.
–No. Era lo que tenía que hacer, pero fue una iniciativa propia. Lo mismo que la decisión de congelar el Presupuesto el año próximo. Son acciones correctas que vienen de la Argentina, no las sugerimos nosotros. Y esperamos que se mantengan en el futuro.

 

Pou, con “p” de puente

Un alta fuente del Banco Central confirmó a Página/12 que Pedro Pou cumplirá un rol crucial en el próximo gobierno como garante del acuerdo vigente con el Fondo Monetario. Según contó la fuente, el titular del Central espera que la Alianza cumpla a rajatabla con el acuerdo con el FMI, y está seguro de que así será. Pou mantiene buenas relaciones con los economistas tanto de Duhalde como de la Alianza y cree que “todos tienen un discurso sensato”, en tanto “conocen el peso de incumplir las metas fiscales”. “Voy a poder trabajar muy bien con el próximo ministro de Economía, no va a haber problemas para seguir con el programa del Fondo”, dicen que comenta en privado. De hecho, Arnaldo Bocco, el economista de Graciela Fernández Meijide, y Adalberto Rodríguez Giavarini, hombre de confianza de Fernando de la Rúa, que participarán de esta Asamblea Anual del FMI, tienen estrecha relación con Pou.

 


 

ANTICIPO DE PAUL KRUGMAN PARA LOS ARGENTINOS
“Mucho dolor y sufrimiento”

Desde Washington

t.gif (862 bytes) El Banco Mundial consultó al economista Paul Krugman sobre los riesgos del paquete de salvataje financiero que el organismo está preparando en secreto para Brasil. En los próximos días, Guillermo Perry, economista jefe del Banco, planea reunirse con el economista estrella del M.I.T., que manifestó públicamente que lo mejor en el caso de Brasil sería dejar que el real se devaluara. Este es, precisamente, el acontecimiento más temido desde la Argentina.
Krugman participó ayer por la mañana de un seminario organizado por el FMI en el hotel Marriot, donde el martes tendrá lugar la apertura oficial de la Asamblea Anual. Al finalizar la conferencia, Krugman mantuvo un breve encuentro con Perry en un salón contiguo, en el que el enviado de Página/12 estaba, casualmente, presente. En la ocasión, el economista-jefe del Banco Mundial afirmó: “Estamos preparando un paquete financiero muy grande para Brasil con el FMI y otros organismos, sabemos que se corren grandes riesgos y nos gustaría mucho conocer su opinión en privado”.
“Por supuesto que hay riesgos. Ustedes necesitan por lo menos 200 mil millones de dólares para salvar a Brasil”, le contestó Krugman, sin pretender iniciar allí el debate. Según trascendió en los últimos días, el paquete ideado para Brasil sería de entre 30 y 40 mil millones. Ahí nomás quedaron en comunicarse en los próximos días para formalizar una reunión con más tiempo.
–Se dice que Argentina es el mejor alumno del FMI. ¿Eso nos asegura la estabilidad? –le preguntó Página/12 a Krugman, tras su breve diálogo con Perry.
–Por supuesto que no. Y si no, ¡mire lo que le pasa a Hong Kong!
–Pero Hong Kong no devaluó –insistió este diario.
–Por ahora. En Argentina tal vez no esté en juego una devaluación. Pero no hay duda de que tienen por delante mucho dolor y sufrimiento.

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