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BENEFICIARIOS Y PERJUDICADOS POR EL NUEVO RÉGIMEN

No hay escape al monotributo

El nuevo sistema genera controversias entre los comerciantes, sobre todo en el interior. Beneficia más a los trabajadores autónomos.

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Carlos Silvani, administrador federal de Ingresos Públicos

Por Raúl Dellatorre


t.gif (67 bytes)  El escaso tiempo otorgado a los contribuyentes para inscribirse en el monotributo --apenas cuatro días hábiles, que vencen mañana-- no se condice con la trascendencia que la propia Administración Federal de Ingresos Públicos le atribuye al régimen. Sin embargo, las urgencias fiscales por atrapar ingresos pudieron más que la lógica. El organismo recaudador espera poder contar con el aporte de varios cientos de miles de inscriptos esta misma semana. Para los actuales contribuyentes autónomos que cambien de régimen y cumplen puntualmente sus obligaciones, en octubre se les duplican los compromisos con el fisco: mañana, como cada día 20 de aquí en más, pagan el aporte correspondiente al mes en curso. Pero este mes, además, debieron pagar el aporte de septiembre por el viejo sistema, que se pagaba por mes vencido.

Pese a las controversias abiertas sobre el sistema implementado, queda claro que el núcleo principal de los actualmente inscriptos como trabajadores autónomos --con número de CUIT y obligados a facturar por quienes los contratan o utilizan sus servicios-- se verán beneficiados por el nuevo régimen. Se trata de todos aquellos con una facturación promedio inferior a los 3000 pesos mensuales que aportaban entre 90 y 123 pesos mensuales, además de tener la obligación de presentar anualmente su declaración jurada de Ganancias y abonar lo que ella determine. Ahora, tendrán como única obligación un ingreso mensual de 73, 87 ó 123 pesos mensuales (según facturen hasta 1000, 2000 ó 3000 pesos mensuales).

No es tan clara la ventaja para los comerciantes, y aún menos para los profesionales. Un comercio, sin empleados, con una facturación anual de más de 72 mil pesos (6 mil mensuales) deberá abonar 332 pesos mensuales como mínimo, eliminando otras obligaciones (Ganancias, IVA, autónomos). Si hasta hoy revistaban en la categoría de Responsables No Inscriptos (RNI) frente al IVA, prácticamente no tienen opción: deberán sumarse al monotributo o inscribirse en el IVA.

Para los profesionales, el monotributo es más caro que para el trabajador autónomo en general. A igual categoría --por ejemplo, hasta 24 mil pesos de facturación anual--, pagarán 123 pesos contra 87 del no profesional. Pero, además, su posibilidad de ingreso al monotributo está restringida a que facturen no más de 36 mil pesos anuales.

En las localidades del interior, las condiciones impuestas por el monotributo generaron un disgusto bastante más grande que el se percibió en el área metropolitana. La razón: el régimen impone, además del monto de facturación, otros límites para establecer la categoría, como los metros cuadrados ocupados por el establecimiento o la energía consumida.

Sin las restricciones de espacio que existen en zonas altamente pobladas, en ciudades o pueblos de hasta 40 mil o 50 mil habitantes, los comercios suelen destinar grandes espacios a depósito. De esa forma, un comercio que venda por menos de 2000 pesos mensuales, pero que ocupe más de 85 metros cuadrados --un depósito de 8x8 más el local de despacho al público de 6x4, por ejemplo--, quedaría encuadrado en la categoría V y no en la I, como le correspondería por sus ventas. La diferencia es que, en vez de pagar 87 pesos por mes, su obligación se eleva a 332 pesos mensuales.

Algo parecido ocurre con las lavanderías, tintorerías, tornerías o cualquier otra actividad electrointensiva. Un consumo superior a los 1100 kw mensuales ubica al comercio en la categoría V, aunque sus ingresos sean mínimos. De hecho, es lo que ocurre con la mayoría de este tipo de instalaciones en el interior del país.

"Es una distorsión enorme en el concepto del impuesto a las ganancias; la obligación fiscal ya no tiene que ver con la capacidad contributiva, sino que es como si le cobraran una patente por tener más superficie ocupada o usar energía en sus servicios", comentó a Página/12 una especialista que asesoró a cámaras de comerciantes del interior sobre el tema. "Además, el régimen los deja sin opción: se inscriben en el monotributo, o bien pasan a pagar un costo altísimo por la retención que le hará su proveedor, ya que éste se convierte en solidariamente responsable con sus obligaciones", agregó.

 

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