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QUINTO ACTO ANTISEMITA EN CEMENTERIO EN DOS AÑOS

Profanación a la luz del día

 

Robaron ciento cincuenta marcos de fotos de las tumbas del cementerio israelita de La Tablada. La Bonaerense trabaja con las hipótesis de una interna policial o de una amenaza.

Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes)  Por quinta vez en los últimos dos años, un grupo de intrusos se metió en un cementerio israelita. Fue en La Tablada, el sábado, y sacaron unos ciento cincuenta marcos de las fotos que están en las tumbas. No se encontraron inscripciones ni hubo destrozos. Los desconocidos estuvieron no menos de tres horas, el tiempo que lleva hacer ese trabajo de rapiña, y seguramente cometieron la profanación durante el día, cuando el cementerio estaba cerrado por ser la jornada de descanso para la religión judía.

En la investigación que se abrió el domingo actúan efectivos de la Policía Bonaerense de La Tablada a cargo del comisario Plaza y, por ahora, las hipótesis van desde un mensaje, una interna policial, el robo por parte de cirujas e incluso hubo una velada acusación de que fue obra de gente del propio cementerio.

Una vieja señora se acercó el domingo a la administración del cementerio para denunciar que alguien había robado el marco de la foto de su marido que estaba empotrado en la tumba. Cuando las autoridades fueron al lugar se encontraron con que le habían robado los marcos a más de ciento cincuenta sepulcros: en algunos casos incluso dejaron sobre la lápida las fotos, que obviamente quedaron sin sujeción. La mayor parte de los marcos era de bronce, aunque también había de aluminio.

Todo indica que el acto de vandalismo se produjo el sábado durante el día, básicamente porque la siniestra tarea requiere de luz y hubiera sido muy notoria la presencia de iluminación en la noche. El cálculo aproximado es que los individuos estuvieron unas tres horas y se ve que burlaron la escasa vigilancia. En total, las sesenta hectáreas del cementerio de La Tablada tienen una custodia de tres personas.

El juez Raúl Alí, el mismo que investigó una profanación anterior, quedó a cargo de la pesquisa. Las hipótesis de trabajo son las siguientes:

* Se trató de un robo hecho por cirujas que quisieron quedarse con el bronce de los marcos. El sector por el que ingresaron los intrusos es lindero con una villa de emergencia y por allí es fácil entrar y salir del cementerio. Sin embargo, con el escándalo que se produjo por las profanaciones anteriores parece extraño que un grupo entre en el cementerio para robarse marcos que en total no valen más de 30 pesos.

* Los efectivos bonaerenses inicialmente tomaron el camino de sospechar que el pillaje fue obra del propio cementerio, algo así como una autoprofanación e incluso pidieron ver la cantidad de marcos --usados para hacer reparaciones-- que había en el depósito de La Tablada. No estaba claro si se sospechaba que "querían ponerse en víctimas de una nueva profanación" o si el motivo era el robo. Ayer mismo, el comisario Plaza desistió de esta pista.

* Una interna policial. Los efectivos de la propia Bonaerense esbozaron esta hipótesis, básicamente porque puede tratarse de una maniobra para desestabilizar a algún comisario de la zona. Hasta el momento, tres de las cuatro profanaciones anteriores han sido vinculadas a la interna policial y en los dos casos en que hubo detenidos se trató de hombres de la Bonaerense.

* Por último, está la hipótesis de la amenaza, un mensaje en el que se advierte que es fácil entrar y salir del cementerio y que por lo tanto es fácil cometer un acto antisemita. "Es como escribir los vamos a reventar", analizó uno de los investigadores.

Hasta anoche no había datos sobre los posibles culpables ni pistas firmes para orientar la pesquisa. Como el caso se mantuvo en evidente reserva no apareció ayer ningún funcionario para decir que se va a investigar hasta las últimas consecuencias.


La calle Pasteur revivirá los peores momentos de su historia

Memoria Activa solicitó al juez Juan José Galeano que se realice una reconstrucción de los momentos previos al atentado contra la AMIA. Se busca verificar todos los testimonios.

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Por R. K.

t.gif (862 bytes) Los familiares agrupados en Memoria Activa le pidieron ayer al juez Juan José Galeano que se realice una reconstrucción de los momentos previos al atentado contra la AMIA. Esto significa en concreto que en la calle Pasteur se ubiquen todos los testigos en la misma posición en la que se encontraban aquel 18 de julio, se coloquen también los automóviles, colectivos y el volquete en el lugar donde estaban esa mañana y se utilice una camioneta Trafic que reproduzca el recorrido final y la forma en la que se produjo el atentado. Los letrados quieren verificar todos los testimonios, sobre todo el de un portero que declaró la semana pasada, que vio la camioneta y que manifestó que tenía unas abolladuras en un costado.

Los abogados Alberto Zuppi y Pablo Jacoby están especialmente interesados en los dichos de un portero, Carlos Heidenreich, que fue localizado por la Brigada Antiterrorista hace unas semanas. El hombre señaló que estaba a unos 100 metros del edificio de la AMIA, se asombró por la falta de tránsito --algo en lo que coincidieron varios testigos-- y cuando miró para ver si pasaba algo divisó la Trafic acercarse a su objetivo. Incluso en su declaración testimonial describió "machucones" que podrían ayudar a identificar la carrocería utilizada en el atentado.

Los letrados sostienen que en la reconstrucción debería cronometrarse el trayecto de la Trafic para saber los segundos que precisa el vehículo desde la esquina de Pasteur y Tucumán --donde lo vio otra testigo, Nicolasa Romero-- hasta subirse a la vereda y embestir contra el edificio. También podrá verificarse el ruido de ese ascenso a la vereda y posiblemente los testigos, ubicados en el mismo escenario, recuerden algún detalle adicional. Por ejemplo, será interesante ver cómo se ubican los policías que supuestamente custodiaban el edificio. Ante el juez, uno dijo que estaba tirado en el patrullero arreglando la radio y el otro fue al baño de un bar.

Los abogados de Memoria Activa señalan que "después de cuatro años de vivir un hecho traumático es posible que las percepciones de quienes estuvieron allí puedan ahora verse despojadas de ese trauma inicial", dice el escrito.

Tal como adelantó Página/12, el juez Galeano está redactando el procesamiento como cómplice de Carlos Telleldín, el último poseedor de la Trafic. Para el magistrado está claro que el motor usado en el atentado y posteriormente encontrado entre las ruinas de la AMIA es el de Telleldín, pero las dudas están relacionadas con la carrocería. "El Enano", como llaman a Telleldín, era armador de autos truchos y la camioneta del atentado se conformó con el motor que figuraba a nombre de Telleldín y una carrocería robada. Hasta el momento no pudo determinarse con certeza absoluta cuál fue exactamente esa carrocería robada y a quién se le sustrajo porque --según el juzgado-- Telleldín mintió reiteradamente en este punto. Para Zuppi y Jacoby sería muy útil a la investigación verificar el testimonio de Heidenreich, que fue portero por quince años de un edificio de la calle Pasteur, y que le vio abolladuras al vehículo. Esto permitirá preguntarle sobre ese punto a otros testigos, especialmente a los mecánicos, policías y ladrones que rodeaban a Telleldín.?

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