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GOSTANIAN CONDENADO EN UNA QUERELLA POR CALUMNIAS
El pez por la boca muere

Por Fernando Almirón

t.gif (862 bytes) El director de la Casa de Moneda, Armando Gostanián, fue encontrado culpable del delito de calumnias, condenado a un año de prisión en suspenso, tendrá que pagar 20 mil pesos a su querellante y desmentir, mediante la publicación de una solicitada en dos diarios, que nunca quiso decir lo que dijo en 1992 del ex diputado ucedeísta Federico Zamora. Ahora Gostanián apelará ante la Corte Suprema , donde espera ser objeto de un trato más cordial. Ocurre que éste es solo uno de los procesos por calumnias que le siguen en la Justicia. Un nuevo fallo adverso puede convertir en efectiva su prisión en suspenso.
La causa se originó cuando Gostanián respondió a una serie de comentarios que se hacían sobre él en el programa de Mariano Grondona, “Hora Clave”, que en ese año se emitía por ATC. El funcionario menemista tomó el teléfono y se comunicó con la producción del programa. Grondona decidió sacarlo al aire y Gostanián, con su habitual sutileza, se dirigió por los parlantes del estudio al entonces legislador Zamora, a quien le increpó: “...señor diputado, hace dos años, en su gestión en el comité provincial, retiró 53.000.000 de australes y todavía están esperando que los devuelva...”. Después agregó: “...y también explique la compra de su piso en la calle Alvear, después de tener su casa de country y el piso que compró en la calle Alvear, explique eso con sus abogados...”, desafió.
Zamora le inició una querella que terminó en la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, que encontró al presidente de la Casa de Moneda como autor del delito de calumnias cometido contra el ex diputado ucedeísta.
Entre las pruebas solicitadas por la Justicia figuraba el tape del programa donde sucedió el incidente. Lo curioso es que el casete que las autoridades del canal oficial (ATC) le remitieron al primer juez que entendió en la causa sólo contenía el registro de las imágenes y por alguna picardía solidaria con el íntimo amigo del presidente Carlos Menem, fue prolijamente borrado todo el audio del bloque en el que se produjo la comunicación telefónica con Gostanián.
La Justicia debió ordenar el secuestro de un nuevo video tape, que esta vez llegó completo a las manos del magistrado. Sin embargo, los abogados del funcionario con mayor antigüedad en el gobierno argumentaron que las videograbaciones eran documentos privados, mientras que, por otra parte, negaban que la voz registrada fuera de la su cliente. La Cámara se basó en los testimonios de Mariano Grondona y la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú –invitados ese día– que confirmaron el contenido de las palabras de Gostanián dirigidas a Zamora. Los camaristas incluyeron en su resolución que desconocer como prueba judicial el audio del programa “sentaría un precedente” que permitiría negar lo que millones de personas escucharon.
El fallo, que suscriben Guillermo Rivarola y Edgardo Donna, condenó al presidente de la Casa de Moneda a un año de prisión en suspenso, a pagarle a Zamora la suma de 20 mil pesos en concepto de indemnización, y a publicar en dos diarios capitalinos el texto de la sentencia. También deberá hacerse cargo de las costas del proceso.
Ahora Gostanián apeló a la Corte Suprema de la Nación, donde intentará lograr ser absuelto de los cargos. Sin embargo, lo más probable es que los miembros del Tribunal, ya suficientemente vapuleados por sus vínculos con el Gobierno, se excusen de entender en la causa.
Gostanián podría ser así la víctima final de su indómita verborragia, por la que se le iniciaron al menos una decena de procesos judiciales similares al que acaba de perder con Zamora. Y un nuevo fallo adverso podría convertir la hasta ahora prisión en suspenso, en una temporada de cumplimiento efectivo en el calabozo.

 

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