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STANLEY FISCHER, NUMERO DOS DEL FMI, ELOGIO AL BANCO CENTRAL
Qué diría si controlara bien

Puras flores le tiró Fischer al equipo económico. Propuso las reformas para que Argentina pase a ser un país desarrollado.

Roque Fernández, ministro de Economía, junto a Stanley Fischer, hombre fuerte del Fondo Monetario.
“Argentina es un país líder en la transparencia en la supervisión financiera”, afirmó sin sonrojarse

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t.gif (67 bytes)  El número dos del Fondo Monetario Internacional, el economista Stanley Fischer, volvió ayer a elogiar a Argentina y mostró un excepcional grado de comprensión con la reforma laboral, hasta no hace mucho muy cuestionada por el organismo. “La economía argentina ha estado funcionando extraordinariamente bien frente a la crisis. Tuvimos algunos desacuerdos en mayo pasado (con el gobierno), pero éstos fueron desacuerdos entre técnicos. Creemos que algunas reformas estructurales podrían mejorarse levemente, pero también entendemos que el gobierno se mueve dentro de un contexto político”, afirmó, durante el Congreso de LACEA, organizado por la Universidad Di Tella.
Fischer también dijo que, si bien “todavía no hemos finalizado el acuerdo con Brasil, ha habido avances muy importantes”. Y anticipó que “en algún momento de la próxima semana” se haría el anuncio del auxilio financiero para sostener el Plan Real. “El paquete es de unos 30 mil millones de dólares y el FMI aportará la mitad”, precisó. En tanto, tal vez involuntariamente, confesó que “lo inusual en esta negociación es que hasta este momento los propios brasileños han diseñado el programa”, y agregó que “nos ha sorprendido la precisión de sus planteos”.
Durante su exposición, en la apertura del Congreso del que participan más de 200 economistas extranjeros, Fischer mencionó una y otra vez como ejemplo de lo que deberían hacer los países emergentes el caso argentino. “Argentina es un país líder en el fortalecimiento del sector bancario y en la transparencia en la supervisión financiera por parte del sector público”, expresó en un momento, sin dar cuenta ni de la traumática caída del Banco Mayo ni de los allanamientos en marcha sobre la Superintendencia de Entidades Financieras, que amenazan con arrastrar a la tropa del titular del Banco Central, Pedro Pou. Más aún, avalando implícitamente a Pou, que se sabe favorece la concentración bancaria en manos extranjeras, Fischer explicó que “es muy importante dejar entrar a los bancos extranjeros no sólo como una forma de fortalecer el sistema bancario sino también la política cambiaria”. En otros términos, para el hombre del Fondo el avance de la banca extranjera es un reaseguro para la Convertibilidad. Nada dijo, en cambio, de los subsidios otorgados por el Banco Central desde el Tequila para aceitar las fusiones y adquisiciones de bancos.
“Rocky Fernández (así lo pronuncia) me dijo a principios de setiembre algo que me impresionó mucho: que crisis como éstas tendremos ocasionalmente, pero lo que pase con cada país cuando termine la crisis dependerá de lo que hagamos durante. Así, los países que no entren en pánico ni cambien sus políticas van a salir beneficiados”, contó Fischer, que raramente recuerda lo que le dicen los ministros de países emergentes ni mucho menos los cita como ejemplo. “Es lo que pasó con Argentina después del Tequila”, remató.
Luego, durante una conferencia de prensa posterior, ante una pregunta, Fischer respondió cuáles son, a su entender, “las tareas pendientes para que Argentina pase de ser un país emergente a una economía desarrollada”. “Se debe fortalecer las finanzas del gobierno y, especialmente, las de las provincias; hay que seguir fortaleciendo el sistema bancario; y avanzar más en los aspectos de la reforma laboral”, enumeró. Sin embargo, aclaró: “No sé exactamente dónde estaría el punto de corte, pero el PBI per cápita de una economía para ser desarrollada debe estar arriba de los 9500 dólares y creo que Argentina está muy cerca de ese límite”, aseguró.
–Hay funcionarios del Banco Mundial que dicen que ustedes proponen ajustes fiscales con los ojos cerrados. Ponen como ejemplo que en Argentina se redujo en mil millones el gasto público, pero de ese recorte 600 millones correspondieron a gasto social y ni se tocaron “gastos reservados” del Gobierno, y tampoco se avanzó en disminuir la corrupción. ¿Usted tiene algo para decir al respecto? –le preguntó Página/12.
–No conozco esas críticas del Banco Mundial. Me parece que esta es una discusión que excede a mí área. Cuando se hacen ajustes fiscales nosotrosaconsejamos a los países que durante la crisis expandan el gasto social, como dijimos en Asia.

 

Se busca un prestamista

El economista en jefe del Banco Mundial para América Latina, Guillermo Perry, recomendó la creación de una institución financiera internacional que actúe como prestamista de última instancia para países en situación de ahogo por la crisis mundial. Perry dijo que el BM pretende que los gobiernos que deben aplicar políticas de ajuste a raíz de la crisis “protejan el gasto social” y expresó que “ese es el compromiso que acordamos con el gobierno argentino para prestarle fondos”, como forma del paquete de 5700 millones de dólares anunciados a principios de este mes en Washington.
“El costo de la crisis asiática será mucho mayor para los países de la región que los efectos que provocó el Tequila”, consideró. Perry formuló la propuesta de un organismo de préstamos de última instancia en el contexto del largo plazo, pero de inmediato opinó que “se deben aumentar los recursos destinados al FMI”. Señaló además que “nadie puede oponerse a una regulación prudencial” del flujo de capitales, una estrategia que “ya discuten los países desarrollados y que, por lo tanto, es necesario formular a nivel mundial”.
Por otra parte, se informó en Brasilia que hoy arribará a esa capital Stanley Fischer, director adjunto del FMI, para tratar con las autoridades económicas el paquete de ajuste fiscal y el programa de ayuda financiera que el organismo prepara para auxiliar a este país.

 


 

RECORTE ADICIONAL DEL GASTO
Con la tijera lista

t.gif (862 bytes) La caída en la recaudación impositiva forzó a Roque Fernández a disponer un nuevo recorte del gasto público. El secretario de Hacienda, Pablo Guidotti, informó anoche que el ajuste será por 300 millones de pesos, adicional al achique de 1000 millones realizado a mitad de año. La noticia se confirmó luego de la reunión que el equipo económico mantuvo con el vicepresidente del FMI, Stanley Fischer, quien pidió precisiones sobre el deterioro en los ingresos fiscales. “La recaudación viene apretada y necesitamos controlar el gasto”, admitió Roque por la mañana.
La presión de sus colegas en el gabinete, que no quieren sufrir una nueva disminución en sus partidas, provocó la demora en el anuncio. En la última reunión de Gabinete, los ministros apuntaron contra el titular de la AFIP, Carlos Silvani, responsable de la recaudación. Roque salió en su defensa y, luego de la reunión de ayer con Fischer, resolvió asumir la pelea con los ministros.
El equipo económico le comentó ayer al número dos del FMI que negocia con bancos de inversión un préstamo puente por 500 millones de dólares. Esos recursos serán para cubrir las necesidades de financiamiento hasta principios de diciembre, cuando ingresarán los préstamos del Banco Mundial y el Interamericano de Desarrollo.
El subsecretario de Financiamiento, Miguel Kiguel, se entrevistó ayer con los denominados Creadores de Mercado –bancos de inversión que colocan en la plaza local los bonos de deuda del Gobierno–, para comenzar a estudiar los términos de la operación. Además de ese crédito, Economía analiza una ampliación del endeudamiento con Letras del Tesoro por 250 millones de dólares.
Previamente, Fischer almorzó con empresarios del Grupo de los Ocho, con quienes revisó la evolución de la economía ante la crisis. En especial, se interesó por la salud del sistema bancario, debido a que ve con preocupación el recorte de la asistencia crediticia al sector privado, con su consecuente impacto sobre el crecimiento económico. Los presidentes de las dos cámaras que nuclean a los bancos, Eduardo Escasany y Julio Gómez, respondieron que, en el caso de los bancos extranjeros, se debe a que las casas matrices limitaron sus líneas de financiamiento hacia las filiales locales.

 

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