Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


“La teoría del mercado es una mentira grande como una casa”

En entrevista con Página/12, Eduardo Duhalde reduce sus  diferencias con el presidente Carlos Menem, al afirmar que  no hay que cambiar el modelo sino implementar un nuevo programa.

El precandidato justicialista Eduardo Duhalde hace sutiles cambios en su discurso.
“Tenemos que imponer un modelo de salvataje de los que han perdido, no porque sean ineptos.”

na08fo01.jpg (6739 bytes)

Por Felipe Yapur  desde Madrid

t.gif (67 bytes) Desde el comienzo de su carrera a la presidencia, Eduardo Duhalde ha optado por diferenciarse de su ex compañero de fórmula Carlos Saúl Menem. Su caballito de batalla fue la recusación al “modelo” del que el Presidente dice ser el padre. Pero el gobernador bonaerense sabe que no puede tensar al máximo la relación con el líder del peronismo. “No se puede ser el candidato del PJ contra Menem”, explican los duhaldistas. Por eso moderó su discurso el 17 de octubre pasado, cuando habló ante casi 80 mil personas. Fiel a su estilo y a su táctica en un reportaje concedido a Página/12 ya no refiere que es necesario cambiar el modelo sino que simplemente es preciso implementar un nuevo programa. Y se cuida de cuestionar lo que está haciendo Menem en Londres por estos mismos días
–Desde un principio usted dijo que el actual modelo estaba terminado. Sin embargo su postura al respecto parece haber cambiado. ¿Cúal es entonces su diferencia con Carlos Menem?
–Hay algo que no logro hacer entender y es que desde 1991 la Argentina no desarrolló un modelo sino más bien un programa. Y éste tiene un principio, desarrollo y fin. Yo considero que en 1995 ese programa ya había cumplido con esos objetivos. Se lo implementó luego de vivir una etapa terrible. Estoy convencido de que, a partir del ‘95, teníamos que poner en marcha un programa distinto. El modelo no es la economía de mercado, porque la economía de mercado es la economía mundial y esto implica apertura, desregulación.
–Bueno, pero usted siempre habló de nuevo modelo.
–No, siempre desde 1996 dije que nuestro partido tiene una gran deuda social y creo que el mayor esfuerzo fue el de los trabajadores, las pequeñas y medianas empresas, los profesionales, etcétera. Tenemos que imponer un modelo de salvataje de los que han perdido, pero no porque sean ineptos sino por que se pasó de un economía cerrada a una desregulada.
–Realmente no se ve con claridad cómo piensa darle rostro social a este modelo. Se reducen, una vez más, lo aportes patronales, se continúa favoreciendo a las empresas en desmedro del trabajador. Entonces, no se ven las mejoras sociales.
–Bueno, en la Argentina todos sabemos que el costo del trabajo es caro. Entonces no podemos seguir rebajándolo salarialmente. La idea que esta economía de mercado impone es seguir bajando el costo del trabajo para que los pequeños y medianos empresarios puedan tomar más gente. Cuando más caro le salga más se reducirá la cantidad de nuevos trabajadores. En todo el mundo se busca bajar el costo del trabajo sin que tenga que tocar el bolsillo del empleado. Se buscan métodos indirectos para buscar una mayor cantidad de personas trabajando.
–¿Qué es lo que tiene que tener el nuevo programa?
–El nuevo programa tiene, a diferencia del viejo, que cambiar su concepción sobre qué debe hacer el Estado. En el modelo anterior se decía que el mercado iba a resolver todos los problemas del trabajo y eso es una mentira grande como una casa. Sólo va a resolver los temas macroeconómicos. Pero lo otro lo tiene que hacer el Estado, como en Israel. A mí me impresionó que Shimon Peres hable de la microempresa y pareciera porque es el Estado el que debe despertar la vocación empresarial y alentarla. Esto es contrario a un modelo de neoliberalismo ortodoxo como el que llevamos hasta el ‘96 y que sirvió para el salvataje de la economía. Ahora tenemos que salvar la economía familiar.
–¿Usted creyó en esa mentira grande como una casa?
–No la creí nunca.
–Pero acompañó al presidente Menem en la implementación...
–(Visiblemente molesto) Sí, pero sólo lo acompañé en el salvataje de la macro economía. Ahora resulta que todos los que nos criticaron, como lo hizo la Alianza, son los que más la defienden. Yo nunca creí en esa mentira porque desde que asumí como gobernador me ocupé de lo social poniendo en marcha los mismos planes que Oscar Alende implementó.
–¿No había posibilidades de implementar lo social al mismo tiempo que comenzaba a correr el plan económico? ¿O no se tenía la fuerza?
–En Europa hicieron las dos cosas a la vez. Pero en nuestro país después del golpe de 1955, no sólo se combatió a Perón sino también a las ideas sociales. Desgraciadamente muchos de nuestros compañeros cayeron en esa trampa de desmerecer que el Estado se ocupe de lo social. Chile, por ejemplo, inició programas sociales en la época de Salvador Allende y, aunque parezca ilógico, los continuó Pinochet y los dos presidentes democráticos. Y hoy, en materia social están más avanzados que nosotros.
–Usted se reunió con varios empresarios españoles, ¿no temen que usted cambie las reglas de juego?
–A ellos les preocupa que las reglas en lo macroeconómico se mantengan, es algo típico de las elites. En nuestro país, la sustentabilidad de lo económico está directamente relacionada con la estabilidad social.
–Los dejó tranquilos.
–No sé, porque yo siempre dejo en claro cuál es mi idea. La preocupación nuestra no es la angustia de los empresarios sino la de los reales perdedores de este modelo.
–El miércoles terminó su gira por Israel. ¿Cuál es su balance?
–Fue un viaje fantástico, tuvo mucha fuerza tanto en lo estrictamente emotivo como en lo político.
–Sus propios colaboradores reconocieron que este viaje tenía la intención de mejorar su imagen frente a Israel y ante la comunidad judía en la Argentina.
–No, no es así. Yo hice mucho para mejorar la legislación para que, si ocurrían hechos como lo fueron los atentados de AMIA y la embajada se pudieran lograr resultados positivos en las investigaciones. No lo hice para mejorar mi imagen con tal o cual comunidad, lo hice a conciencia.
–Si usted hubiera estado en Londres hoy, ¿qué hubiera hecho de diferente?
–Nada, el viaje a Inglaterra es importante y no se gana nada manteniendo malas relaciones. Seguiremos manteniendo nuestros reclamos pero eso no nos impide practicar buenas relaciones hasta tanto recuperemos las Malvinas.

 

PRINCIPAL