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Un instituto de arte convertido en "zona de desastre cultural"

Docentes y padres del Colegio Labardén, que depende del gobierno porteño, dramatizarán hoy el derrumbe del edificio para alertar sobre el mal estado del lugar.

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Por Pedro Lipcovich

t.gif (67 bytes)  Está anunciado. La resquebrajada estructura del colegio terminará por ceder. Con lentitud de pesadilla caerán trozos de mampostería. Desde las aulas, un momento antes del derrumbe saldrán los maestros con títeres, dibujos, lo que se pueda salvar. Por suerte, los alumnos no estarán en la escuela condenada. Sucederá hoy a mediodía y, por esta vez, será sólo una dramatización: los maestros y padres del Instituto Vocacional de Arte (IVA) harán un simulacro de derrumbe y lo declararán "zona de desastre cultural". Ya hace varios meses, la Legislatura pidió informes sobre "el deterioro de las sedes y el consiguiente peligro para docentes y alumnos". Además, hay docentes que llevan más de un año sin cobrar, y se les negó el aumento que recibieron los demás maestros de la Capital: "El Gobierno de la Ciudad está dejando caer esta modalidad de educación", denuncian.

El IVA es más conocido como el "Labardén". Se trata de un instituto de enseñanza artística con tres sedes al que concurren unos 1500 alumnos: desde chicos de jardín de infantes a adolescentes.

Hace dos semanas, el propio Gobierno de la Ciudad clausuró dos aulas en la sede Parque Chacabuco del IVA "por no ofrecer seguridad la estabilidad del techado". El profesor Héctor González, integrante de la Comisión de Padres, Docentes y Alumnos del IVA, contó a este diario que "el año pasado logramos que el Concejo Deliberante aprobara una partida para construcciones en por 300.000 pesos, pero las autoridades de la Secretaría de Cultura lo desconocen, aduciendo que fue `un error'. En marzo se nos cayó el techo de un aula y hubo que suspender las clases, y la dirección de Educación Artística de la Secretaría de Cultura decía que no tenía 800 pesos para pagar los materiales".

La comunidad educativa se movilizó y, en junio pasado, la Legislatura aprobó un pedido de informes al gobierno comunal --solicitado por la legisladora Clori Yelicic--, ya que "se encuentra demorada la ejecución de una partida de la Secretaría de Cultura, lo que agrava el deterioro de las sedes y el consiguiente peligro para docentes y estudiantes, y se desconoce el plan de obras previstas y el estado de su contratación". El pedido de informes no fue respondido hasta hoy.

"Lo que sentimos es que la Secretaría de Cultura está dejando caer no sólo las instalaciones sino esta modalidad de educación", destacó González.

Además, desde hace dos meses, Metrogás cortó el suministro en la sede de la calle Garay, porque había escapes que siguen sin ser reparados: "Por lo menos ahora no hace frío, porque, claro, no se pueden prender las estufas. Y ya no podemos darles mate cocido a los chicos", relató Eugenia Ursi, una de las coordinadoras del Instituto.

El segundo flanco de conflicto que plantea la comisión es la falta de reconocimiento a los maestros. Santiago Ruiz, que integra la Cooperadora como padre de una alumna, contó que "estamos cubriendo los sueldos de seis docentes que no cobran hace un año. Claro que esto no le corresponde a la Cooperadora, y al hacerlo nos quedamos sin fondos para comprar los materiales que necesitan los chicos, cerámica, arcilla, tela; así ellos no pueden realizar las actividades para las que van y, claro, se bajonean".

Ruiz comentó también que "una docente de música y danzas fue invitada a Francia por un breve tiempo, para bailar, y tuvo que renunciar al Instituto porque no le daban el permiso; ella perdió el trabajo y el Instituto perdió una docente de nivel internacional".

"Yo soy una de las docentes a quienes deben horas de cátedra desde junio de 1997 --dijo Marina Rothberg, otra de las coordinadoras del Instituto--. La primera promesa de pago fue en diciembre. Hoy, ya no les creo nada. Cuando hacemos una movilización con los padres, entonces prometen; cuando prometen, nos ponemos a esperar, y las promesas no se cumplen. Es un juego siniestro. Estamos hartos." Además de la falta de pago, la Comisión denuncia que no se están cubriendo vacantes de docentes titulares, ni se les concede el aumento que recibieron los demás docentes porteños.

Hoy a las 12, padres, docentes y alumnos se movilizarán ante la sede de Curapaligüe 1026: "Se realizará la dramatización colectiva de un simulacro de derrumbe para reclamar al secretario de Cultura, Darío Lopérfido, una inmediata solución".

 


"Viejo y mal mantenido"

Por P. L.

"Los edificios del Instituto Vocacional de Arte son viejos y están mal mantenidos --reconoció para este diario Teresa Anchorena, subsecretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires--. Tenemos previsto hacer una restauración grande cuando terminen las clases, y acaban de desbloquearse los fondos para empezar las obras."

"En cuanto a la situación de los docentes interinos --continuó la funcionaria--, ya se tomaron medidas para reparar errores y este año conseguimos que muchos fueran titularizados y están cobrando, aunque de a poco."

Anchorena observó que, "desgraciadamente, lo que no podemos dar es el aumento que obtuvieron los docentes de la Secretaría de Educación, ya que cada secretaría se maneja con fondos propios".

--Pero, por ejemplo usted, como subsecretaria de Cultura, ¿cobra menos que la subsecretaria de Educación? --inquirió Página/12.

--Cobro lo mismo, claro. Lo que pasa es que en Educación tenían presupuesto para aumentar a los docentes y nosotros no. De todos modos fue un aumento de veinte pesos, bastante bajo.

El director general de Educación Artística, Augusto Rattenbach, dijo a este diario que "la asignación de 300.000 pesos para el IVA fue un error del Concejo Deliberante, ya que correspondían a tres institutos bajo mi dirección, de los cuales el IVA recibirá 50.000 este año".

--Si fue un error, ¿no debía haberlo corregido el Concejo mismo, o haber sido vetada la ordenanza por el Ejecutivo comunal?

--Es que el Concejo Deliberante cerró y ya no pudo hacer enmiendas. Pero a nuestro juicio la idea del Concejo era otra, no había motivos para destinar tanta plata al Instituto --contestó Rattenbach.



Para educar por el arte

t.gif (862 bytes) El Instituto Vocacional de Arte, que se llama así desde 1958, nació en 1913 como "Teatro Infantil Labardén". Tiene tres sedes a las que concurren unos 1500 alumnos: jardín de infantes, primaria y adolescentes; unos 300 quedan cada año sin entrar por falta de vacantes. Cursan teatro, plástica, música, expresión corporal, taller literario, títeres, instrumentos autóctonos y danzas folklóricas. La enseñanza complementa y no suplanta la escolaridad habitual. Los chicos van tres veces por semana. El objetivo es la educación por el arte: "No se trata exactamente de formar artistas, sino de que los chicos puedan expresarse en distintos lenguajes", precisa Eugenia Ursi, una de las coordinadoras de la institución. Los chicos trabajan en grupos, "y se generan proyectos a partir de su interés: por ejemplo, en teatro, antes de elaborar una creación colectiva deberán conocer la improvisación, el conflicto, los personajes; después, si al grupo le interesa, pueden trabajar la escenografía en Plástica o el texto en Literatura: las áreas se relacionan", explica Ursi.


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