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Reconquista sangrienta en la selva colombiana

150 muertos, tensión con Brasil y un proceso de paz en cuestión son el saldo de la ofensiva guerrillera en el sureste colombiano.

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t.gif (67 bytes)  Después de una ofensiva guerrillera que dejó un saldo de 150 muertos, la población de Mitú, en el sureste de Colombia, fue reconquistada ayer por el Ejército. La operación produjo un incidente diplomático con Brasil, debido a que Colombia debió usar una pista de aterrizaje de este país para poder acceder a la población asediada. Las autoridades colombianas alegaron haber pedido permiso a Brasil para usar la pista, pero el gobierno brasileño sostuvo que jamás lo había autorizado y pidió a las fuerzas colombianas que dejaran su territorio, al tiempo que llamaba para consultas a su embajador en Bogotá.

El Ejército informó ayer que luego de intensos combates "cuerpo a cuerpo" y "metro a metro", tropas especializadas en la lucha contra la guerrilla lograron retomar el control de Mitú, capital del selvático departamento del Vaupés. Unos 1000 rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) habían asaltado en la madrugada del domingo la base de la policía de Mitú, en un ataque que inicialmente dejó 80 policías y 10 civiles muertos. Después del asalto a Mitú, población de 5000 habitantes ubicada en la selva amazónica y a la que sólo se puede llegar por vía aérea o fluvial, se registraron enfrentamientos durante tres días en los alrededores entre las Fuerzas Armadas --que intentaban retomar el control de la ciudad-- y los rebeldes. Los combates causaron muchas víctimas en ambos campos y la ciudad quedó semidestruida.

El ataque de las FARC representó uno de los peores golpes a las Fuerzas Armadas en 30 años de lucha contra los rebeldes, pero el gobierno del presidente Andrés Pastrana anunció que continuará con su iniciativa de paz hacia las formaciones guerrilleras. Pastrana, quien asumió el poder en agosto con la promesa de buscar la paz, ordenó desmilitarizar una extensa zona selvática de 40.000 kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de El Salvador, para iniciar el diálogo con las FARC. Esa iniciativa ha quedado ahora bajo fuertes críticas debido al ataque guerrillero.

Para un editorial del diario El Tiempo, "estos actos en que se mata a más de medio centenar de policías, secuestra a otros, embosca y asesina con saña a los uniformados que buscaron retomar la población, no muestran otra cosa que una absoluta falta de voluntad de entendimiento y un desbordado afán por meterle miedo al país". Mientras tanto, el analista de temas militares Alfredo Rangel dijo que la actitud ofensiva de la guerrilla antes de los diálogos de paz no ha sido enfrentada por el gobierno a través de su fuerza pública, lo que demuestra una debilidad política y militar del Estado.

 


El acuerdo de nunca empezar

El acuerdo de Wye Plantation parecía ayer nuevamente en estado de terapia intensiva. El líder palestino Yasser Arafat anunció ayer en Madrid la detención de 12 de los 30 palestinos presuntamente implicados en atentados antiisraelíes, y cuyo arresto reclama Israel como condición para cumplir con el retiro de sus fuerzas del 13 por ciento de Cisjordania. El premier Benjamin Netanyahu dijo mediante un comunicado que, "si lo afirmado por Arafat es exacto, lo recibo con satisfacción". En esta disputa, Estados Unidos tomó partido abiertamente con los palestinos: James Rubin, portavoz del Departamento de Estado, sostuvo que ellos ya habían cumplido su parte y que lo que Israel demandaba iba más allá de lo estipulado en los acuerdos. Previamente Netanyahu había decidido bloquear por tercera vez, en los tres últimos días, la entrada en vigor de los acuerdos de Washington, desconvocando la reunión del ejecutivo, en la que debía debatirse y votarse el documento. Posteriormente, el acuerdo debe ser aprobado por el Knesset, parlamento unicameral israelí.

 

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