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  AVISO: ENCUENTRO TEMATICO DE PSICOLOGOS DEL MERCOSUR
AVISO: ENCUENTRO TEMATICO DE PSICOLOGOS DEL MERCOSUR

 



APROXIMACION PSICOANALITICA A LOS LIMITES DE LA ESCRITURA EN LA OBRA DE FRANZ KAFKA
Como un hachazo en un mar de hielo fue su palabra

Indagar, con rigor, sobre la obra del autor de “La condena” revela verdades que pueden referirse a todos aquellos que padecen lo kafkiano, el mal contemporáneo al que él entregó su apellido.

“Escritor judío, checoslovaco, de lengua alemana”: Kafka.
Al llegar al límite de sí mismo, tocó el límite de la humanidad.

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Por Teodoro Lecman *

t.gif (862 bytes) Si se busca el nombre Kafka en un diccionario o enciclopedia común, puede encontrarse: “Escritor judío, checoslovaco, de lengua alemana, que despliega en sus obras el absurdo de la existencia”. En un Panorama de la literatura alemana, se vincula con esta triple condición su sensación de ser un extranjero en Praga, conflicto al que se le suma su descontento en el trabajo y el temor al padre.
Una breve indagación de las resonancias actuales de Kafka se encuentra con la admiración de algunos, el rechazo de otros, la no lectura mayoritaria de su obra (algunos libreros comentan: “se lee poco”, “es antiguo”). Sin embargo, en la jerga habitual, expresiones como “kafkiano”, o “burocracia kafkiana” –en el sentido de retorcido, laberíntico, absurdo, inacabable–, incorporan el universo literario de Kafka al mundo cotidiano. Su uso no atestigua necesariamente la lectura de la obra. Sí la presencia en la cultura no tanto de un personaje –como sucede con el “Quijote”– sino de un “mundo”, identificado por el nombre de su creador, de su autor, que queda así envuelto por su obra.
Kafka se convierte en un personaje, su obra en un enigma, su estilo en paradoja.
Se constituye así el mito de Kafka. Sujeto a múltiples interpretaciones, integral, a pesar de provenir de los fragmentos dejados y los rescatados por su amigo Max Brod, en una escritura que sólo parecía tener un significado personal, o limitado, y que, sin embargo, después de la Segunda Gran Guerra Mundial, se proyectó universalmente. Escritura que “exhala una angustia por momentos casi intolerable, pues, ¿cómo no decirse sin cesar: ese acosado soy yo?”, dice a su vez André Gide, en su Diario de Guerra.
Antes de toda interpretación se plantea, no obstante, la cuestión del disfrute, de la fruición de Franz Kafka. Surge así una estética de lo desagradable, habitual desde el romanticismo para acá. Un más allá del principio del placer que no será independiente del desarrollo de las máquinas, del golem y el robot (término checoslovaco) y de la posición del cuerpo frente a ello.
En 1938, posado ya en tierra americana, gracias a Guillermo de Torre, ¿qué nos viene a decir ese “kavka”, ese “grajo”, ese pájaro negro revulsivo para sí mismo? En 1968 Mario Lancelotti, tras aducir su afinidad con él –por su formación jurídica y por la influencia de un padre despótico– se pregunta cómo puede entenderlo el argentino (poco propenso a las alegorías, dice, atraído pánicamente por las noticias del instante y los rumores, y habitante de una pampa sin castillos, aunque con unos tribunales kafkianos, y sin la experiencia de la guerra).
Sin embargo, hemos tenido desde entonces nuestro “Proceso”, nuestros “desaparecidos” (Verschollene) en América (otra obra de Kafka) –con el triste privilegio de haberse incorporado como término sin traducción a otros idiomas– y hemos tenido nuestras guerras, vividas con extraño distanciamiento brechtiano, con su secuela de “Juicios”, anulados luego en las paradojas de la “obediencia de-vida”. La herida absurda de la vida se ve multiplicada por la saga de funcionarios menores que recuerdan qué peligroso es responder a un timbre después de hora. Enigmas de un Diktat que nos manda sumergirnos en el río del olvido –el de la Plata, lleno de cadáveres–. Angustia de los sobrevivientes.
Así, en medio de la economía universal de mercado, del fetichismo de la mercancía, tenemos nuestros puentes sobre los que pasan ómnibus (final de “La condena”). La mercancía de las mercancías, el dinero, no puede poner precio al valor de uso de un cuerpo. Se le puede, sí, poner un nombre insensato. Tode des Ertrunkens: “muerte por ahogo”, sentencia del padre al hijo en Das Urteil (“La condena”).
Efectivamente, borracho (ertrunken) de literatura, condenado a la muerte del letrado (Kafka era abogado), el poeta da fe del poder de la palabra, literalmente, desesperadamente. Diario del 15 de setiembre de 1917: “Ahora tienes la posibilidad, por cierto siempre limitada, de empezar de nuevo. No la desperdicies. Si penetras dentro de ti mismo no podrás evitar la inmundicia que harás desbordar. Pero no te revuelques en ella. Si la enfermedad pulmonar es sólo un símbolo, un símbolo de la herida, toma este símbolo” (Kafka morirá de tuberculosis).
Dar cuerpo al símbolo, haciéndolo duro y conciso, restallante como un látigo y absurdo como una injuria injustificada. Este fue el estilo de Kafka. Su oficio de abogado y escritor le permitió hacer fluir en él el cuerpo de su sufrimiento.
Así, su concepción de la literatura, que se le hizo existencialmente necesaria, lo lleva a un lugar paradigmático: “Obedecer a las parábolas es convertirse en ellas y ahorrarse las fatigas diarias. Decir que esto es una parábola es de un realismo burdo”. Notable coincidencia con una frase de Lacan: “Si el síntoma es una metáfora, no es una metáfora decirlo”.
El efecto fuerte de Kafka en el lector no es ajeno al contexto expresionista praguense, inclinado a épater le bourgeois, con cierto morbo decadente al que él dio una forma en cierto modo clásica. Se podría decir de él que es tan necesario y típico de su época y al mismo tiempo tan universal como lo fueron Goethe y Dostoievsky.
El corazón doble del hombre, dice Marcel Schwob, se mueve entre el terror egoísta y la piedad del sufrimiento compartido, sentimientos, que, según Aristóteles, supo evocar la tragedia. Pero, la inercia actual del corazón del hombre, ¿puede compensarse con alguna piedad? ¿Hay algo que pueda llevarlo a compartir el terror de Kafka? Se explica así la poca lectura invocada por los libreros, pero, al mismo tiempo y contradictoriamente, su alto poder de penetración: otros escritores y artistas de nuestra época lo han leído, han sufrido intensamente su influencia y la transmiten en su obra.
Alguien que leyó mucho a Kafka, el argentino José Isaacson, habla de escritura de los límites, de asalto a las fronteras, de expansión de la conciencia a golpes, que pone de relieve la condición de la existencia. Pero la escritura misma es un límite, un litoral, una tarea de borde sobre una hoja, que saca a la luz las palabras que se han inscripto en un sujeto. Palabras a través de las cuales ese sujeto puede hacer deslizar el poco de libertad que la creación le permite.
“Vivo completamente en cada idea, pero al mismo tiempo la colmo, y no sólo me parece haber llegado al límite de mí mismo, sino también al límite de la humanidad en general” (Diario, 28 de marzo de 1911). Límite donde el deseo se deshumaniza. Enorme paradoja de Kafka que, en un gesto abarcativo, señala el horizonte deshabitado del ser, pero no con la virtud alusiva de la interpretación –como dice Lacan en “Dirección de la cura”-, sino con el golpe de la letra: la única literatura que sirve, dice, es como “un hachazo en un mar de hielo” (Diarios).

* Psicoanalista, profesor de la UBA. El texto fue extractado de su libro Cuerpo y símbolo, de próxima aparición (Lugar Editorial).

Posdata

Penetración. “Cuando la penetración es difícil”. Curso sobre alteraciones masculinas y disfunciones femeninas en el Cetis, hoy a las 19, Darregueyra 2247. Gratuito.
Bebés. Escuela de observación de bebés en Fundaih. Clase presentación el 1º de diciembre a las 21. 827-0980.
Tertulia. “Marcas e inscripciones” con Cristina Calcagnini en Tertulias Clínicas, el 13 de 19.30 a 22. 803-5755.
Padre. Presentación del libro Del padre a la letra, con Pura Cancina, Santiago Kovadloff e Isidoro Vegh, el 13 a las 20.30 en Córdoba 946. Gratuito.
Laboral. “Integración psicodiagnóstica en psicología laboral” por Agustina Fernández Dabusti en Asociación de Psicología Laboral, el 13 de 19 a 21. 954-2483.
Danzaterapia. Seminario de formación con María Fux, el 14 y el 15.
371-5667.
Etica. Seminario “La ética y el psicoanálisis”, por Manuel Barcia en Centro Psicoanalítico Argentino, desde el 13 a las 18.30. Gratuito. 822-4690.
Revistas. Actualidad Psicológica sobre disfunción sexual, con Sapetti, Volnovich, Gindín y otros. Topía, con Galende, Carpintero y otros. El Foro, del Foro de Instituciones de Profesionales en Salud Mental de Buenos Aires.
Cuerpo. “Creatividad y cuerpo en la clínica psicoanalítica”, con Enrique Carpintero y Mario Buchbinder, hoy a las 20.30. 775-5424.
Posdata
Subvierte. Seminario “¿Qué subvierte un análisis? Lo real de la clínica”, por Daniel Piasek en la EFBA, jueves a las 20.30. 802-1803.
Familiar. “Terapia familiar. Clínica sistémica relacional”, en Cefyp, el 14 de 9 a 14.30. 801-3485.
Pareja. “Introducción al psicoanálisis de pareja”, por Marta Effron en la Asociación de Psicólogos, los miércoles a las 15. 334-0750. Gratuito.
Taoísta. Charla sobre sexología taoísta por Ron Diana, el 19 de 19 a 22, y seminario intensivo de tao curativo, en Córdoba, del 20 al 25. 225-2929.
Historiales. “Actualidad clínica de los historiales freudianos”, el 14 de 9 a 16, con Cristina Marrone y Pablo Kovalovsky, en Convocatoria Clínica. 831-5947/5237.
Símbolo. Presentación de Cuerpo y símbolo de Teodoro Lecman, el 16 a las 20 en Uriburu 1345, 1º, con Gerardo Pasqualini, Héctor Libertella y Pablo Bilar.
Filiación. “Identidad y filiación, con Adelfa Jozami, Gladys Salvattore y una representante de Abuelas de Plaza de Mayo, el 17 a las 20 en Sarmiento 1551. Gratuito.
Borges. “Volver a Borges”, con Jorge Pinedo y Eduardo Laso en Sociedad Porteña de Psicoanálisis, el 17 a las 21. 961-0996.
Concurrentes. Jornada de Concurrentes de Psicología de la Ciudad de Buenos Aires, el 14 y 15 de noviembre en el Hospital Rivadavia. 802-4053/5578.



LOS PSICOLOGOS JOVENES Y LAS CONCURRENCIAS
El día después de la graduación

Por Patricia Mónica Sierra *

t.gif (862 bytes) La formación universitaria de grado nos presenta diversos enfoques psicológicos que intentan dar cuenta de la personalidad. Cada corriente nos provee un particular marco teórico a partir del cual serán entendidos el diagnóstico, la dirección del tratamiento y la técnica a utilizar.
El hospital se nos presenta como un espacio de aprendizaje y práctica, pero ingresar a él implica una nueva instancia: el examen de Residencia, cuya aprobación sólo consagrará con la renta, tan anhelada como acotada en el tiempo, a un porcentaje mínimo de los aspirantes.
Ciertas características de este examen –la bibliografía se conoce unos dos meses antes, la importante variación de los textos de un año al siguiente, el sistema multiple choice– hacen que en condiciones diferentes se pueda lograr un buen puntaje. Pueden obtenerlo por ejemplo: quienes conocían por su propio recorrido los textos solicitados, quienes tuvieron más tiempo libre para leer durante ese lapso, quienes tenían un promedio alto (en la carrera) que compense el obtenido en el examen.
Además intervienen múltiples y azarosas variables: la cantidad de postulantes (que determina la posición en el ranking), las instituciones disponibles, pero sobre todo se ponen en juego las posibilidades económicas personales de cada postulante para sostener una concurrencia. Así, los concurrentes que ingresamos al hospital ya obtuvimos el indispensable título y rendimos el examen de Residencia que de algún modo revalida una capacitación previa. Sin embargo cada uno posee un nivel diferente de formación y de práctica; para algunos será una primera experiencia, otros habrán comenzado antes a transitar el camino.
Con relación a la situación laboral de los psicólogos, cito la hipótesis del “Estudio de las estrategias de inserción profesional de los psicólogos de la UBA durante el primer año posterior a su egreso”, realizado por Eduardo Gosende entre 1990 y 1993: “En la profesión del psicólogo se asiste a un proceso de precarización laboral que afecta gravemente a los egresados recientes y que se extiende a los profesionales ya en ejercicio”. Proceso en principio asociado al incremento del número de egresados y a la elevada preferencia por la inserción en el área clínica.
Algunas de las conclusiones de ese trabajo son:
* El 59 por ciento de las inserciones logradas son en el área clínica.
* Esas inserciones tienen características precarias en cuanto a ingresos, estabilidad y posibilidad de desarrollo profesional.
* El ciento por ciento de los recién egresados han recibido tratamiento psicoterapéutico o psicoanalítico durante la carrera.
* Las inserciones más redituables se deben tanto al establecimiento temprano de una estrategia clara como al trabajo simultáneo en diferentes áreas de la profesión.

* Concurrente en el servicio de psicopatología del Hospital Ramos Mejía. El texto corresponde a un trabajo presentado a las Jornadas de Concurrentes de Psicología de la Ciudad de Buenos Aires, que se efectuarán el próximo fin de semana.

Posdata

Subvierte. Seminario “¿Qué subvierte un análisis? Lo real de la clínica”, por Daniel Piasek en la EFBA, jueves a las 20.30. 802-1803.
Familiar. “Terapia familiar. Clínica sistémica relacional”, en Cefyp, el 14 de 9 a 14.30. 801-3485.
Pareja. “Introducción al psicoanálisis de pareja”, por Marta Effron en la Asociación de Psicólogos, los miércoles a las 15. 334-0750. Gratuito.
Taoísta. Charla sobre sexología taoísta por Ron Diana, el 19 de 19 a 22, y seminario intensivo de tao curativo, en Córdoba, del 20 al 25. 225-2929.
Historiales. “Actualidad clínica de los historiales freudianos”, el 14 de 9 a 16, con Cristina Marrone y Pablo Kovalovsky, en Convocatoria Clínica. 831-5947/5237.
Símbolo. Presentación de Cuerpo y símbolo de Teodoro Lecman, el 16 a las 20 en Uriburu 1345, 1º, con Gerardo Pasqualini, Héctor Libertella y Pablo Bilar.
Filiación. “Identidad y filiación, con Adelfa Jozami, Gladys Salvattore y una representante de Abuelas de Plaza de Mayo, el 17 a las 20 en Sarmiento 1551. Gratuito.
Borges. “Volver a Borges”, con Jorge Pinedo y Eduardo Laso en Sociedad Porteña de Psicoanálisis, el 17 a las 21. 961-0996.
Concurrentes. Jornada de Concurrentes de Psicología de la Ciudad de Buenos Aires, el 14 y 15 de noviembre en el Hospital Rivadavia. 802-4053/5578.

 

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