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ALUMNOS Y DOCENTES QUIEREN REFORMAR LA CURSADA
Ingeniería cambia de curso

En la sede de la UBA todos aceptan que el   régimen actual es desordenado y alarga la carrera. Pero no acuerdan qué modificar.

Por Marina Caporale
na17di01.gif (15354 bytes)
t.gif (862 bytes) Los estudiantes, docentes y graduados de la Facultad de Ingeniería (UBA) tienen algo en claro: el régimen de cursada de las materias no sirve ni a unos ni a otros. “Es un desastre. Las fechas de finales se superponen con la cursada y la carrera se estira mucho”, protesta Carolina Fuentes, estudiante de Sistemas. Pero las coincidencias se disipan a la hora de acordar una reforma. En el consejo directivo de la facultad ya se instaló el debate y, por el momento, hay dos propuestas concretas y una tercera en camino. Una de profesores y graduados, y otras dos de los consejeros del claustro estudiantil. Más allá de las disidencias, las estadísticas parecen darles la razón a los impulsos reformistas: a nivel nacional, los estudiantes de Ingeniería son los que más tardan en recibirse. Según los datos oficiales, demoran un 80 por ciento más del tiempo previsto.
El plan del ’86 –todavía vigente– planteaba que, después de cursar una asignatura, la nota final debía obtenerse por medio de un coloquio. “Pero se fue degenerando. Ahora hay finales clásicos. Y, para que los chicos lleguen a rendirlos, están distribuidos durante casi todos los meses del año”, dice el estudiante Hernán Ons. “Queremos ordenar el estudio, que haya un tiempo para cursar y otro para rendir los exámenes integradores”, explica Horacio Rojo, representante de los docentes. “Ordenarlo está bien, pero eso no significa reducir las posibilidades de evaluación y establecer un régimen de correlatividades más severo”, argumenta Ernesto Yáñez, consejero estudiantil por la Alianza.
El desorden de las fechas de finales también genera problemas con las correlatividades. “Como hay un tiempo de entre seis meses y un año para aprobar una materia, los alumnos se inscriben en la correlativa posterior (por si aprueban) y en la misma materia, para ya estar anotados en caso de tener que recursar. Entonces, hay un 50 por ciento de alumnos fantasma que no tienen interés en la materia”, explica Juan Carlos Fernández, consejero docente. Y agrega: “Hay que garantizar que los alumnos no cursen una materia sin antes haber aprobado el final de la correlativa anterior”. Pero los estudiantes disienten: “Con un régimen de cuatro materias por cuatrimestre, y teniendo en cuenta que el 60 por ciento de los alumnos trabaja, esta exigencia es inaceptable. Proponemos que se prolongue a dos años el tiempo para dar finales y que tener aprobada la cursada de una materia sea suficiente para ano-
tarse en la próxima”, dice Yáñez.
Ante un sistema que perjudica por igual a estudiantes y profesores (que están continuamente tomando exámenes), las autoridades de la facultad decidieron precipitar una reforma que se viene gestando desde hace tres años. Los dos proyectos presentados ante el consejo (uno por los docentes y otro por la Alianza estudiantil) suponen, por cada cuatrimestre, un período de clases de 16 semanas y otro de siete para las evaluaciones integradoras. La diferencia entre ambas propuestas radica en la cantidad de oportunidades para rendir. Los alumnos demandan que se mantengan dos recuperatorios por parcial y un plazo de dos años para dar los finales. Los profesores quieren reducir las instancias de recuperación a una por examen y que los finales se rindan antes de los seis meses. Los graduados simpatizan con la propuesta docente: “El método de correlatividades que quieren los chicos no tiene ninguna ventaja para ellos –asegura la consejera Fabiana Ferreira–. Ya lo aplicamos hace unos quince años y fracasó, porque la cursada se volvió fácil y el final muy pesado. Los alumnos acumulaban finales y se les extendía mucho la carrera.”
El consejero estudiantil por La Nueva Corriente, Guillermo Rocha, tampoco está de acuerdo con sus pares de la Alianza. “Preferimos que se evalúe dentro del semestre y no dejar colgado un examen durante dos años. Así, el énfasis se pondría en que el alumno pueda terminar las materias que empieza”, dice. Su propuesta todavía no tiene forma de resolución, pero ya está clara: “Que el final sea oral o un trabajo práctico, como estipula el plan ’86. De esa forma, habrá que aprobar dentro del mismo semestre y se va a evitar estar pensando en varias materias a la vez”. El consejo directivo tiene prevista una reunión extraordinaria el próximo 24 para evaluar los distintos proyectos. “Esperamos poder lograr el consenso con los estudiantes, porque sin su apoyo no podemos hacer nada. Y ya veo que todo va a quedar igual que ahora”, se lamenta Ferreira. Los estudiantes, por su parte, aseguran que no “transarán” con los docentes. “Preferimos el régimen actual antes que esa propuesta”, desafía Yáñez.

 

Para el tiempo libre... (si queda)

Política. Osvaldo Bayer, Norberto Galasso y otros debatirán sobre “Política nacional e internacional”. Mañana, a las 18, en el aula 108 de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), Puán 480.
Ciudad. Dentro del ciclo “La ciudad en la literatura argentina”, Horacio González hablará sobre “Ciudad positivista: los signos extraños”. Mañana, a las 19, en 25 de Mayo 217.
Danza. Los sábados de este mes, a las 19, se presenta el grupo de danza El peldaño, en la Facultad de Psicología (UBA), Independencia 3065.
Arte. Mañana, a las 19.30, se inaugurará el Espacio de Arte de la Universidad Nacional de Lanús. La cita es en Habana 568 (Valentín Alsina).
Sociología. Entre hoy y el sábado se realizarán las Jornadas de Sociología “La cuestión social hoy”. Informes: Ciencias Sociales (UBA), Marcelo T. de Alvear 2230, of. 206, tel. 508-3819/3800.
Filosofía. Hoy, a las 19, el filósofo español Félix Duque hablará sobre “Topos, territorios y lugares: una encrucijada del pensamiento contemporáneo”. En la UCES, Paraguay 1338, tel. 815-3290.

 

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