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Ahora La Mona es lustrabotas

La Mona Giménez lustró zapatos en la calle. Con lo que junta comprará pan dulce para los pobres. Entre la solidaridad y el show.

El más popular de los músicos cuarteteros salió a la calle.
Dice que en su campaña también hará de mozo y de taxista.

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t.gif (67 bytes)  No hubo música de cuartetazo pero sí show. El hombre se arremangó y empezó a lustrar, y, como era previsible, generó un caos. Su idea era reunir fondos para que “a fin de año toda la gente carenciada tenga un pan dulce en la mesa”. No eligió donar alguna porción de sus ingresos: Carlos “La Mona” Giménez optó por salir a recaudar dinero con el sudor de su frente y la iluminación de los flashes. “A las seis de la mañana le lustré los zapatos a un periodista de LV 3”, dijo con orgullo. Los que no debían estar tan contentos con la competencia eran los otros lustrabotas: a La Mona llegaron a darle hasta 50 pesos por una lustrada. El mediático cuartetero promete show para rato: también hará de mozo y canillita.
En su primera jornada, Giménez eligió ser lustrabotas y trabajó durante buena parte del día en distintos lugares del centro de la ciudad. A media mañana, con su cajón lleno de pomadas y cepillos, se instaló en la esquina de las avenidas Colón y General Paz provocando que una muchedumbre se agolpara a su alrededor. Estuvo una hora hasta que se enteró de que una movilización gremial de los médicos iba a pasar por allí y decidió cambiar su puesto laboral trasladándose a la Plaza de la Intendencia. “Hoy les lustré los zapatos a más de 250 personas. No sé cuánto se recaudó porque hubo gente que me dio cincuenta centavos y otros cincuenta pesos. De todos modos espero a que venga el escribano para abrir la alcancía y labrar un acta. Quiero que todo sea transparente”, dijo Giménez a Página/12, mientras almorzaba fugazmente en un comedor de chicos de la calle, a donde va habitualmente.
Para los cordobeses no es una novedad que Giménez haga donaciones para las fiestas de fin de año. “Ya regalamos casas, autos y taxis y este año, como la situación económica es muy mala pensé que antes de beneficiar a uno o dos, era mejor llevar una alegría a miles de personas carenciadas”, explica. El cantante tiene pensado concluir su campaña solidaria con un gran baile en el Estadio Córdoba el 22 de diciembre. La entrada será equivalente al valor de un pan dulce. “Después del baile me voy a ocupar personalmente de repartir las donaciones –dice Giménez–. Voy a ir a todos los hospitales de niños, a los asilos de ancianos, a la casa de los chicos de la calle y después a todas las villas de emergencia, donde está la gente más humilde.”
Giménez dice que no es la política lo que le interesa. “Yo no me meto en política porque vos sabés cómo es. Pero seguro que la semana que viene algún político va a aprovechar esta idea para que le lustre los zapatos o le venda el diario.”
La semana próxima el cuartetero voceará los diarios en las principales calles céntricas de la capital cordobesa y promete vestir el uniforme de mozo en un restaurante internacional “así les saco plata a los caretas” dice, riéndose.
Lo cierto es que ya sea para el asistencialismo social o el espectáculo, el público destinatario es el mismo: el que ayer se acercaba a poner dinero en la urna porque era La Mona quien lo pedía. Giménez dice que lo que le importa es “hacer feliz a la gente”.

Informe en Córdoba:
Daniel Rolando.

 

Las ventas

Como hace 30 años, Carlos “La Mona” Giménez sigue moviendo pies y caderas al ritmo del cuartetazo. Lleva vendidos más de un millón de discos y grabó casi 700 canciones en 62 ediciones sucesivas. Todos superan la marca del disco de oro, equivalente a 30.000 unidades, y hace un mes lanzó su último compacto, Beso a beso, que ya está a un paso de ser disco de platino. Esas cifras lo convierten en el número uno de la música popular argentina.
Hasta hace unos años La Mona casi no actuaba fuera de su provincia. Ahora la apuesta a la que está abocada su nueva discográfica, Warner, es promoverlo a nivel nacional. La nueva movida arrancó a principios de año con el lanzamiento del disco 61, La Mona y el hombre. Angel Kaminsky, gerente artístico del sello, considera que al más popular de los cuarteteros cordobeses “sólo le daban importancia en su provincia”, por lo que “era necesario apuntalarlo también en otras regiones”.

 

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