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UNA LINEA DE SERVICIO CONTRA LA PRENSA INDEPENDIENTE

Toma, Galimberti, Nadra, Ramos

El diario "Ambito Financiero" sirvió en los últimos meses de recipiente a una serie de ofensas e infundios contra Horacio Verbitsky. La respuesta del periodista de Página/12 punto por punto.

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Por Horacio Verbitsky


t.gif (67 bytes)  El 23 de julio, en una línea perdida de un comentario sobre otro tema, el diario Ambito Financiero sostuvo que "Horacio Verbitsky escribió en una revista de la Aeronáutica militar" durante la dictadura. El 31 de julio esas palabras dieron pie a una extensa nota de casi una página, con el título "Acotaciones sobre la izquierda y militares", firmada por Rodolfo Nadra. No se trataba de una revista sino de un libro del comodoro Juan José Güiraldes, publicado por el Círculo de la Fuerza Aérea, mientras en la Mansión Seré se torturaba y desaparecía a militantes, corrigió Nadra. Luego citó a presuntos "ex compañeros de militancia de vertiente derechista" que me habrían acusado de "pertenecer a algún servicio de inteligencia". Añadió que "desde la extrema izquierda" la organización Quebracho habría asegurado que le robé "los originales del libro sobre la masacre de Ezeiza" a Rodolfo Walsh. Todo ello explicaría tanto cómo sobreviví durante la dictadura cuanto la precisa información de mis artículos periodísticos. Nadra declara que su motivación es el sentirse "atragantado por las ofensas e infundios" publicados después de la muerte de su padre en Página/12, que atribuye, entre otros, a "la pluma de un turbio personaje como Verbitsky".

De atrás para adelante:

1. Publiqué una incidental referencia a Fernando Nadra, no después sino mucho antes de su muerte, en la página 27 de mi libro Civiles y Militares, de 1987. Luego de mencionar las respuestas de Raúl Alfonsín, Juan Carlos Pugliese, Angel Robledo y Rogelio Frigerio para un suplemento del diario La Opinión de 1977 sobre los políticos y la dictadura, escribí que "Nadra repudió la interferencia de Estados Unidos en los asuntos argentinos, se quejó porque en el exterior se informaba del terrorismo de ultraderecha y no del de ultraizquierda y se presentaba a las Fuerzas Armadas como pinochetistas, ignorando que había en ellas sectores muy democráticos. Nadra elogió a Videla por haber marcado las diferencias entre los gobiernos de Chile y la Argentina". Como se ve, se trata de afirmaciones críticas pero respetuosas, vertidas en el contexto de un análisis general sobre aquel período. Tan respetuosas que, lejos de atragantarse, Fernando Nadra me envió dedicado con palabras de aprecio su libro autocrítico, La religión de los ateos, sobre el estalinismo aborigen, publicado dos años después que Civiles y Militares. También mantuvimos una cordial conversación acerca de su libro, en el que Nadra (y no yo), dice que su partido cometió el error nefasto de "sostener que entre los militares golpistas de 1976 había pinochetistas y no pinochetistas, o democráticos" y proponer con ellos "una convergencia cívico-militar". Años después volví a citar aquellos reportajes de La Opinión, y añadí que el Partido Comunista no tuvo intendentes durante la dictadura pero que, en 1978, Athos Fava y Nadra viajaron a Estados Unidos y explicaron "a los legisladores que proponían cortar la ayuda económica y militar a la Argentina que Videla no era fascista", es decir, lo mismo que él sostuvo en La Opinión, en 1977, y autocriticó en su libro, en 1989. Fava envió una carta aclarando que había ido a Estados Unidos con "el afiliado" Fernando Nadra para poner a prueba la política de Jimmy Carter sobre los derechos humanos y que sólo el PC "se ha hecho cargo de sus complicidades vergonzantes con el Estado terrorista". Por supuesto, Página/12 la publicó de inmediato. Porque así entendemos en este diario el periodismo y la democracia, esa carta ocupó más espacio que la breve mención que respondía. Al introducirla expresé simpatía hacia los esfuerzos "por romper con un pasado que condena" a aquel partido y que efectivamente "no es común en el resto de la clase política argentina". Las motivaciones del hijo deben ser otras de las que dice.

2. Un mes después del artículo de Nadra, Ambito Financiero publicó una carta de Lilia Ferreyra, la mujer y compañera de Rodolfo Walsh en los últimos diez años de su vida. En esa década, dice, "compartí y colaboré con sus proyectos políticos periodísticos y literarios. Entre los trabajos que Rodolfo planeaba a comienzos de 1977 no figuraba ninguna investigación sobre la masacre de Ezeiza, tema en el que sí trabajaba desde entonces Verbitsky. Los únicos que robaron originales de Walsh fueron los integrantes del grupo de tareas que arrasó nuestra casita en San Vicente. Por lo tanto, la versión que Nadra cita sobre la autoría del libro Ezeiza, carece del rigor y la verdad que siempre identificó el oficio periodístico de Rodolfo Walsh. En esa época de proyectos comunes entre compañeros, y Verbitsky era uno de ellos, muchos colaboraron en el seguimiento de información sobre nefastos personajes de la represión. Algunos de estos represores tuvieron un papel protagónico en los hechos de Ezeiza que investigó Verbitsky, quien reconoció el aporte de esos trabajos colectivos en la dedicatoria de su libro a la memoria de Piri Lugones, compañera desaparecida en diciembre de 1977".

3. El 12 de agosto, el comodoro (R) Juan José Güiraldes remitió al director de Ambito Financiero, Julio A. Ramos, una carta en la que refuta las afirmaciones de ambos artículos de su diario. "Me sorprende que se vincule mi libro El poder aéreo de los argentinos y, por carácter transitivo a Verbitsky, con el gobierno militar de 1976-1983. Cualquiera que haya tenido en sus manos ese volumen (cuyo único autor soy yo) sabe que es sólo un estudio sobre el transporte aerocomercial, donde vuelco mi experiencia como piloto de Líneas Aéreas del Estado y ex presidente de Aerolíneas Argentinas, propongo las rutas que consideraba económica y culturalmente convenientes para la entonces empresa nacional y los aviones más apropiados para volarlas. No trata tema alguno que tenga que ver con la Fuerza Aérea, de la que fui retirado en 1951, un cuarto de siglo antes de los sucesos con los que se procura asociar a Verbitsky. Me he honrado con la amistad de su padre, Bernardo Verbitsky, autor de un ensayo admirable sobre mi tío Ricardo Güiraldes. Entre las familias de los novelistas de Don Segundo Sombra y Villa Miseria también es América surgió, desde que Horacio era adolescente, un vínculo de afecto y aprecio, que lamento ver tergiversado sin apego por la exactitud de los hechos. Le ruego publicar estas líneas, en honor a la verdad", escribió Güiraldes.

4. Dos meses después, Güiraldes me comunicó que, pese a nuestras diferencias ideológicas, había escrito esa carta, pero que el director de Ambito Financiero se negaba a publicarla. "Ramos sostuvo que tu colaboración conmigo para dar a la imprenta el libro El Poder Aéreo de los Argentinos probaba tu relación con el Proceso de Reorganización Nacional. Le expliqué que era un libro técnico sobre la aviación comercial y que no tenía nada que ver con la Fuerza Aérea y menos aún con el gobierno de entonces. (Horacio, como te lo dije personalmente, aún agradezco tu consejo de no incluir en esas páginas ninguna referencia política y limitarme al tema de mi especialidad, que son los aviones y el transporte aéreo). Le pregunté si lo había leído y Ramos me dijo que no necesitaba leerlo porque dado que mi libro fue editado por el Círculo de Aeronáutica y que yo era un Comodoro (le aclaré que retirado en 1951) eso era evidencia suficiente de tu vinculación. Le pregunté por qué, con ese criterio, no me acusaba a mí de colaborar con los Montoneros. Entonces dijo que vería de publicarla, pero con una severa nota de la redacción en respuesta. Ha pasado tiempo suficiente y la carta sigue sin publicarse, en cumplimiento de la decisión que Ramos me anunció. Hasta aquí llegué. Por lo visto, carezco de capacidad de persuasión".

5. El 30 de agosto, Eduardo Van der Kooy escribió en Clarín que Rodolfo Nadra era el redactor de una carta pública de Menem contra la UCR y Alfonsín "de una dureza desconocida". En un reportaje a la revista XXI, Nadra dijo que "justo con ese discurso no tengo nada que ver", aunque admitió que coordinaba un equipo que ofrece ideas y frases al presidente, desde la Secretaría de Medios de Comunicación. "Fuentes de esa secretaría admiten, sin tantos problemas, que la pluma de algunos discursos presidenciales le pertenece", agrega XXI.

Con este último dato termina de entenderse el episodio. En definitiva, nuevas ofensas e infundios, como los de Toma, Guillermo Patricio Krueger, Galimberti o Romero Victorica, originados en uno de los servicios de inteligencia de la presidencia de la Nación y reproducidos por uno de sus órganos de propaganda (como de costumbre, sin espacio para respuestas que corrijan la falsedad de los hechos) contra el periodismo independiente que, desde los albores del menemismo, expuso los métodos y los nombres de la corrupción.

 

 

 

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