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EL GOBIERNO Y LOS SENADORES TIENEN POSICIONES DISTINTAS SOBRE EL DICTADOR
Menem casi más pinochetista que Pinochet

Mientras el Presidente atacó la decisión inglesa y respaldó  lasquejas chilenas, el Senado –incluido el bloque del  PJ– afirmó que el ex dictador traicionó la causa latinoamericana.

Carlos Menem junto a Augusto Pinochet en el viaje presidencial a Chile en 1990.
“Nos guste o no, Pinochet ha sido el presidente que gobernó a Chile durante 17 años.”

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Por Adrián H. Mouján

t.gif (67 bytes) La posibilidad de que tribunales extranjeros enjuicien a ex dictadores argentinos no es precisamente el mejor de los panoramas que Carlos Menem pudiera desear. Quizás motivado por eso, el Presidente reiteró su respaldo al gobierno de Eduardo Frei en contra de la decisión de la Cámara de los Lores británica de no conceder la inmunidad diplomática a Augusto Pinochet. Curiosamente, los senadores oficialistas igual suscribieron una declaración de condena al dictador chileno refrendada por toda la Cámara.
Horas después de concretar una operación en conjunto mediante el cual logró birlarle dos bancas a la oposición, la Casa Rosada y la bancada oficialista en la Cámara alta exhibieron posiciones encontradas respecto de la figura de Pinochet. Mientras el Gobierno volvió a respaldar al presidente chileno Eduardo Frei en sus cuestionamientos a la decisión británica, los senadores aprobaron por unanimidad una declaración repudiando al senador vitalicio detenido en Londres.
“Nuestra solidaridad es total con el gobierno chileno, con el que coincidimos en los principios jurídicos genéricos y específicos sobre el caso Pinochet”, fue la frase con la que en la Casa Rosada dejaron en claro su apoyo al reclamo del gobierno chileno para que Gran Bretaña respete “el principio de territorialidad”. La reacción de la Cámara de Senadores se situó en la vereda opuesta: emitió una declaración en la que consideró a Pinochet como “un traidor a la causa latinoamericana”.
Con la derrota que le asestaron los grupos defensores de los derechos humanos al conseguir el arresto de los ex represores Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera, sumado a la posibilidad de que esta situación se extienda al ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri y al tucumano Antonio Domingo Bussi, el Gobierno utiliza el caso de Pinochet para adelantar los argumentos que podría esgrimir si algún represor argentino es reclamado desde el exterior. “La defensa de la territorialidad, la irretroactividad y la figura de la cosa juzgada”, son los tres pilares en los que se apoya la estrategia oficial luego de que los jueces españoles Baltasar Garzón y Manuel García Castellón iniciaran la caza de ex dictadores latinoamericanos.
En su declaración, la Cámara alta hizo hincapié en “la irrestricta defensa de los derechos humanos y en el repudio a todos los que los han violado, entre ellos el general Pinochet”. Los senadores del oficialismo, que apoyaron la iniciativa, chocaron con la posición que marca la Casa Rosada y que acató otro legislador, el titular del bloque de diputados justicialistas, Humberto Roggero, quien señaló que “si se acepta el principio de extraterritorialidad se sentaría un mal precedente”.
El diputado por el PJ cordobés rechazó el hecho de que Pinochet pueda ser juzgado en España al señalar que “es la Justicia chilena la que debe actuar, así como lo hizo la argentina cuando los magistrados decidieron detener a Jorge Rafael Videla y Emilio Massera”, aunque olvidó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, además del posterior indulto decretado por Menem, que les permitió a los represores recuperar su libertad hasta que los jueces argentinos sacaron a relucir las causas por apropiaciones de bebés, un delito expresamente dejado de lado en las sucesivas leyes de perdón.
“Lo que hace el juez Garzón, jurídica, política y moralmente es correcto. No hay otro lugar en donde pueda estar Pinochet que no sea la cárcel. En el caso de violaciones a los derechos humanos no se puede hablar de territorio o jurisdicción, los genocidas tienen que estar en la cárcel”, afirmó el riojano Jorge Yoma, fijando a la vez su posición y defendiendo lo actuado por la Cámara.
Otros miembros del bloque oficialista explicaron que “una cosa son los partidos y los legisladores, y otra cosa es el Estado. El gobierno del presidente Menem, que en estos momento representa al Estado, ha decididopor una cuestión política y geoestratégica apoyar a Chile en su reclamo por el tema de la territorialidad, pero eso no quiere decir que nosotros tengamos que pensar igual”. Los senadores justicialistas explicaron que “esa declaración no es más que una forma de congratularnos por lo que le está sucediendo a Pinochet y a otros dictadores o represores”.
Yoma aseguró que “el espíritu y la letra de la declaración la compartimos todos los miembros del bloque. Aunque algunos colegas abrieron el paraguas sobre el tema de la territorialidad”. “La pregunta es si los países del Tercer Mundo podremos juzgar en algún momento a algún genocida francés, británico o norteamericano que haya violado los derechos humanos en la guerra de la ex Yugoslavia o en Ruanda, por ejemplo”, dijeron los legisladores.
La iniciativa la presentó el radical riojano Raúl Galván antes del viaje de Menem a Gran Bretaña pero acordó con el justicialismo “dormirla” hasta el regreso del Presidente. En ese lapso, Galván arregló con sus pares justicialistas endurecer el párrafo en el que se repudiaba a Pinochet por las violaciones a los derechos humanos. Es que en sus primeras líneas, la declaración repudia “las acciones desplegadas por el ex dictador Augusto Pinochet Ugarte, en apoyo a las acciones armadas de Gran Bretaña en la guerra de 1982 por las islas Malvinas”. Por esa razón el Senado consideró a Pinochet “un traidor a la causa latinoamericana”.
Con la clara intención de amortiguar el impacto de su respaldo a Pinochet, a quien Menem dijo “respetar”, el Gobierno utilizó la pantalla de su “entusiasta apoyo” a la creación de la Corte Internacional que comenzará a trabajar con la imposibilidad de revisar muchos casos del pasado, excepto los casos de la ex Yugoslavia, ya que algunos países europeos tienen pensado que el primer criminal que se siente en el banquillo de los acusados sea el serbio Radovan Karadzic.

 

Conflictos de soberanía

El jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y precandidato presidencial de la Alianza, Fernando de la Rúa, prefirió dar un paso más allá respecto de la decisión de la Cámara de los Lores británica de no conceder la inmunidad diplomática al ex dictador chileno Augusto Pinochet. “Como hombre de la democracia, me alegro con la detención de Pinochet. Pero la comunidad internacional tiene que resolver cómo se solucionan jurídicamente estos temas, porque pueden haber conflictos con la soberanía”, afirmó De la Rúa, refiriéndose a la cuestión de la extraterritorialidad en los juicios a los que cometieron crímenes de lesa humanidad. En ese sentido, existe la avanzada internacional de crear un tribunal internacional que se ocupe del enjuiciamiento a los que cometieron crímenes contra los derechos humanos (ver nota central).


Concepción universalista

La precandidata presidencial de la Alianza y diputada por el Frepaso, Graciela Fernández Meijide, afirmó que la detención y posible extradición a España del ex dictador chileno Augusto Pinochet es una victoria para los derechos humanos. Y utilizó la ironía imaginando la decepción del general al verse detenido en un país que consideraba deudor con su persona por su accionar durante la guerra del Atlántico Sur.
“Yo me imagino la sorpresa de un Pinochet que se debe haber creído que lo recibirían como un héroe nacional en Inglaterra, porque había ayudado a los ingleses en la guerra por las islas Malvinas, y de repente se encuentra detenido. Esto es gracias a esta tendencia que gana cada día más terreno en todo el mundo, que es la concepción universalista de los derechos humanos”, afirmó Fernández Meijide, en referencia a los crímenes de lesa humanidad que podrían ser juzgados en un país distinto al que fueron cometidos.
La diputada frepasista evaluó además que la prisión preventiva del ex dictador argentino Eduardo Emilio Massera demuestra “la inutilidad de los indultos dictados por el presidente Carlos Menem”.

 


 

Mingo no quiere preso al dictador

t.gif (862 bytes)  El ex ministro Domingo Cavallo se mostró como un defensor de la soberanía de los países latinoamericanos al referirse a la detención del dictador chileno Augusto Pinochet en Londres. “Se está buscando un buen objetivo pero avasallando la soberanía de las naciones”, dijo el diputado.
“¿Podrá Chile o Argentina llevar a los tribunales a algún líder europeo?”, se preguntó Cavallo en declaraciones al programa radial “Punto de Encuentro”. El diputado se refirió al caso de la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, quien durante la guerra de Malvinas “violó las normas internacionales cuando dio la orden de hundir el crucero ‘General Belgrano’ que estaba en zona de exclusión”. “¿Cómo va a ser el ordenamiento jurídico internacional si seguimos con estas prácticas?”, se preguntó el ex ministro. Cavallo aseguró que “lo que necesitamos es un mundo con más juridicidad y más respeto por los derechos humanos, pero también por las normas legales” y dijo que la detención de Pinochet “le está creando un problema serio a Chile”, porque “está reabriendo heridas que habían empezado a cerrarse”. Y agregó: “me duele por Chile, no me duele nada por Pinochet”. Sobre el encarcelamiento del ex almirante Emilio Eduardo Massera, Cavallo opinó que “el sistema está funcionando bien” porque son los “jueces argentinos” los que lo ordenaron.

 

Encuentros cercanos

La relación entre el presidente Carlos Menem y el ex dictador chileno Augusto Pinochet es anterior a la llegada al poder del riojano y no sólo han sido cruces epistolares sino también varios encuentros.
ron2.gif (93 bytes)   En 1988 cuando en Chile se realizaba el plebiscito para resolver la continuidad de Pinochet en el gobierno, Menem, entonces candidato presidencial del PJ, le envió un telegrama de felicitación al dictador y otro a la Concertación, que luego llevó a la presidencia a Patricio Aylwin.
ron2.gif (93 bytes)   En marzo de 1990, Menem se reunió con Pinochet durante su viaje a Chile para asistir a la asunción de Patricio Aylwin. “No saludar a Pinochet sería faltarle el respeto al 40 por ciento de los chilenos (el porcentaje obtenido por el candidato pinochetista, Hernán Büchi en la contienda presidencial). Además, mal que mal, nos guste o no, Pinochet ha sido un presidente que ha gobernado durante casi 17 años a Chile.”
ron2.gif (93 bytes)   En agosto de 1992, Menem viaja a Santiago de Chile para asistir a la firma de un documento de parte de las autoridades chilenas sobre su respaldo al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas. Menem y Pinochet conversaron en una cena que se realizó en el Palacio de la Moneda, sede del gobierno y triste escenario donde el ex dictador derrocó al presidente Allende.
ron2.gif (93 bytes)   En septiembre de 1992, Pinochet viaja a la Argentina y Menem lo recibe en la Quinta presidencial de Olivos acompañado por el Jefe del Ejército argentino, general Martín Balza. “Fue un encuentro protocolar”, argumentaron, en ese entonces, en la Casa Rosada.
ron2.gif (93 bytes)   En junio de 1993, Pinochet realiza otro viaje a la Argentina y es condecorado por Balza, a pedido del presidente Menem.
ron2.gif (93 bytes)   En marzo de 1994, en su viaje a Chile para asistir a la asunción del presidente Eduardo Frei, Menem conversó telefónicamente con Pinochet.
ron2.gif (93 bytes)   En febrero de 1997, con motivo del abandono de la jefatura del Ejército chileno por parte de Pinochet, Menem le envía un saludo y una felicitación por su asunción como senador vitalicio, un cargo que el dictador diseñó a su medida para asegurarse un retiro impune.

 

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