Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


GUADAGNI TARDO 6 AÑOS EN HACER LA LISTA DE PRECIOS DE MEDICAMENTOS
"¿Qué explicación puedo dar?"

El secretario de Industria, Alieto Guadagni, tenía la obligación desde 1992 de elaborar un ranking comparado de los valores de los remedios. Recién lo hizo la semana pasada abriendo un saludable debate. Propone la prescripción de genéricos.

Gasto: "La clase media alta destina a medicamentos el 20 por ciento de su gasto en salud. En los estratos populares, el 50 por ciento. Y el 90 por ciento de ese gasto es ambulatorio."

na11fo01.jpg (7077 bytes)

Alieto Guadagni durante la entrevista con Página/12. "La gente pobre gasta mucho en medicamentos", apuntó.
"No lo hicimos antes (hacer la lista), correcto. Lo hacemos ahora, ¿cuándo quieren que lo hagamos?"


Por Pablo Ferreira

t.gif (67 bytes) "Hemos hecho lo que marca la ley y no estábamos cumpliendo", admitió el secretario de Industria, Comercio y Minería, Alieto Guadagni, ante Página/12. El funcionario aludió así a la lista de precios comparados de medicamentos que difundió la última semana. Guadagni descalificó los argumentos de los dueños de los grandes laboratorios preocupados por el incipiente blanqueo de ese millonario negocio. En cambio, el funcionario no pudo justificar su demora en cumplir el mandato legal de publicitar esos precios, que data de 1992. En la entrevista con Página/12, además, el secretario admitió que, más allá de la extraordinaria dispersión de valores --superiores al 500 por ciento-- también existe una fuerte escalada de precios desde que se liberalizó el sector en 1991. Piensa que es necesario avanzar con la prescripción de genéricos. Ese escenario tiene una clara connotación social considerando que impide el acceso a los remedios "a más de la mitad de la población", aseguró.

Guadagni, por otra parte, sugirió que es inevitable el veto a la ley que estableció topes a las tasas de las tarjetas de crédito y a las comisiones que deben pagar los pequeños comerciantes. Al mismo tiempo anticipó que la ofensiva de transparentar los precios será extendida en 1999 a la medicina prepaga y al financiamiento de los automotores. Además, piensa poner bajo control los mercados de agua mineral y de los alimentos light.

--¿Cuál es el panorama del mercado de medicamentos que ahora está en debate?

--En primer lugar estamos en presencia de un mercado de más de 6000 millones de pesos anuales. Además, es uno con el consumo per cápita más alto de América latina, lo cual no quiere decir que el consumo físico sea el más alto. Y, también hay una cuestión social, porque más de la mitad de la población paga íntegramente los medicamentos de su propio bolsillo al carecer de cobertura. Entre ellos figuran los marginados, los trabajadores informales, muchos ancianos que no tienen protección del PAMI y los pobladores rurales. Ese es el único sector de la economía que quien consume --el paciente-- no elige el producto, el que lo prescribe --el médico-- no lo paga, y que a veces lo paga un tercero que es una obra social o una prepaga.

--¿Qué parte del gasto en medicamentos corresponde a los sectores de menores recursos?

--La gente pobre gasta mucho en medicamentos. Una persona de clase media alta destina a medicamentos el 20 por ciento de su gasto en salud, el resto es tratamiento, médico y estudios. En los estratos populares ese gasto trepa al 50 por ciento. Y el 90 por ciento de su gasto en medicamentos es ambulatorio porque va al hospital sólo cuando está en una enfermedad grave o tienen un accidente.

--¿Piensa que la publicación de los listados de precios va a solucionar las graves distorsiones de este mercado?

--Creo que la medida va a ser efectiva y va a generar un debate responsable sobre el tema.

--Muchos piensan que las listas no modificarán nada. Dicen que los organismos de control no garantizan que los medicamentos más baratos tengan la misma eficacia terapéutica que sus similares mucho más caros. --Desde el punto de vista legal el problema no es así. La normativa establece que para que pueda habilitarse la venta de un medicamento tienen que cumplirse ciertos requisitos de calidad de producto y de técnica de producción. En todo caso se están expresando dudas acerca de la eficacia del control de calidad del gobierno. Esa no es nuestra jurisdicción. Nosotros tomamos los datos de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que clasifica los genéricos.

--¿Los laboratorios lo acusan de avanzar hacia el control de precios? --Acá no se está innovando nada. Hay una resolución del año 1992 que obliga a publicar el listado terapéutico "por clasificación farmacológica de genéricos" con sus correspondientes marcas comerciales agrupadas según concentración y dosis. Esa resolución, además, especifica que la lista debe contener los precios sugeridos de venta al público. Si alguien puede hacer una crítica es porqué no lo hicimos antes.

--¿Por qué no lo hicieron?

--¿Cuál es el momento? No lo hicimos antes, correcto. Lo hacemos ahora, ¿cuándo quieren que lo hagamos?

--Sigue sin quedar claro el porqué.

--¿Qué explicación puedo dar? Fuimos tomando los temas de a uno. Comenzamos con las tasas de las tarjetas de crédito, luego con los combustibles, después seguimos con los créditos hipotecarios.

--¿Tomarán alguna medida por las extraordinarias subas en los precios de los medicamentos?

--Me parece muy importante la pregunta. Si se sigue el debate vamos a llegar a una cuestión de fondo: la receta por genéricos.

--¿Cuál su opinión respecto de la prescripción de genéricos?

--Es una inquietud mundial. En muchos países se hacen las recetas por genéricos. Y son países serios como Alemania, Francia, Canadá y Estados Unidos, donde el 60 por ciento de los medicamentos vendidos son genéricos. La normativa inicial de 1992 establecía la primacía del genérico. Después se modificó.

--¿Por qué?

--No lo sé. No es mi jurisdicción.

--¿Qué piensa hacer el año próximo en materia de defensa del consumidor?

--Transparentar dos mercados importantes como los de medicina prepaga y financiamiento de automotores. La idea es continuar en la línea de lo que hemos venido haciendo: definir igualdad de servicios y difundir ranking de costos.

--Además de la difusión de precios, ¿qué otros mercados con problemas tienen en la mira?

--Tal como procedimos con la sidra, que se hacía sin manzana, y la miel, que no era de abejas, ahora vamos a controlar el agua mineral y los productos light. También en los productos eléctricos vamos a exigir que figure el consumo de energía. Y como se viene el año 2000, queremos saber si las computadoras que se están vendiendo podrán cruzar la barrera del cambio de siglo.

 

SUBRAYADO
Entre "Yira yira" y "Cambalache"
Por Julio Nudler

Que Estados Unidos arrojase durante cuatro días 250.000 kilos de explosivos sobre Irak fue un hecho que la economía mundial ni siquiera registró. Si hay algo a lo que los mercados están siempre atentos es al riesgo, y en la operación Zorro del Desierto no lo había de ninguna clase. No se trató de una guerra, sino de la salvaje paliza que un grandote le propinó a un pigmeo, ante la indiferencia de los circunstantes. Bagdad ni siquiera amagó un contragolpe. La alta tecnología bélica norteamericana probó sus inventos contra blancos indefensos, incluyendo seres humanos, hasta que por declarado respeto a la fe musulmana, o porque de cualquier forma no se evitó el impeachment, cesó el ataque. La Argentina quedó una vez más del lado de los que aplaudían al hegemónico agresor, de nuevo secundado por la pérfida Albion, sin recordar ya que pocos años atrás fueron esos mismos aliados anglosajones los que se unieron contra ella en la guerra colonial del Atlántico Sur.

Los terribles bombardeos interrumpidos anteayer desnudaron el desquicio del orden internacional, puesto que Washington ni tomó en cuenta a las Naciones Unidas. Esto marca una perspectiva inquietante porque, tarde o temprano, otros polos de poder surgirán en el mundo, llámense Unión Europea o China, con suficientes intereses estratégicos como para no conformarse con opinar vagamente y no hacer nada. La acción unilateral de Estados Unidos, sobre todo en sitios más o menos neutros, no implica hoy un peligro de desestabilización mundial por su clara supremacía, pero todos estos balances de fuerzas son provisorios. Dentro de algunos años, esta misma acción puede volver a ser tan peligrosa como cuando existía la Unión Soviética.

Como si anticipara ese futuro paisaje geopolítico, la economía mundial no es unipolar. Aunque le falte una institución que fije reglas al devastador movimiento de capitales, el juego está repartido entre varios países y bloques. Aun así, la economía internacional también tiene sus "iraquíes". Son los países a los que no les está permitido hacer lo que en cambio sí se permiten los poderosos: proteger su mercado, subsidiar exportaciones, incurrir en déficit fiscal. Cualquiera de esas actitudes puede valerles represalias o golpes especulativos. Así como a Saddam Hussein no se le tolera que acumule arsenales letales, que las potencias albergan, agrandan y modernizan a su antojo, y hasta Carlos Menem debió desmantelar su único misil, los países ricos y los grandes capitales no miden a todos con la misma vara.

Más allá de lo deleznable del régimen de Bagdad, que en eso no parece estar solo, el padecimiento iraquí bajo la cohetería norteamericana deja planteadas cuestiones políticas y éticas. ¿Tiene sentido en este mundo ser un Saddam, ni siquiera en versión benigna? ¿O es preferible sumarse a la corriente, adular al más fuerte, obedecer sus instrucciones y buscar con hipocresía el mayor provecho nacional y personal? ¿Queda algún lugar para el camino propio, para la dignidad, para la defensa de algunos ideales mínimos? Después del reciente espectáculo en el Golfo Pérsico, lo único que queda en pie es el cálculo de intereses.

 

PRINCIPAL