Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Finanzas

Banco de Datos

El Baúl de Manuel

E-mail

Volver

Las críticas al ministro de Economía apuntan a su falta de coraje para enfrentar al ala política y a su inacción frente a la crisis. Cash consultó a dos de los economistas más respetados de la city para que fijen posición.

Ricardo López Murphy quiere un
ministro más agresivo para la crisis

“DEBERIA SER
MAS FUERTE”

Ricardo López Murphy

Melconian de M&S afirma que Roque
encaja con el actual estilo de gobierno

“NO SERVIRIA
UN CAVALLO”

Por Maximiliano Montenegro Por Alfredo Zaiat

El economista jefe de FIEL Ricardo López Murphy cree que Roque Fernández puede salir fortalecido después de bajarles el pulgar a los proyectos de autopistas y aumento a docentes del ala política del Gobierno. Pero advierte que si los anuncios no se extienden a la reforma laboral o no se traducen en medidas concretas, Roque puede perder lo que le queda de su mellada reputación ante el establishment. Aunque no prevé una espiralización de la crisis a nivel mundial, en esta entrevista con Cash anticipa una fuerte desacelaración de la economía, a tasas inferiores al cuatro por ciento hacia finales del año. Y advierte que será necesaria una nueva vuelta de tuerca en el ajuste sobre los salarios, precios y el gasto público para recobrar la competitividad de la economía.

-¿Argentina está en peligro con la nueva ola de la crisis internacional?
-Yo veo la crisis complicada. Japón va a tener que capitalizar el sistema financiero, lo cual implicará cerrar algunas entidades, fusionar otras y asumir las pérdidas. Hasta tanto, la inestabilidad en la economía mundial va a continuar. Vamos a tener semanas de relativa calma y semanas con movimientos fuertes en las bolsas del mundo. Esto afecta a Argentina por tres canales: uno es el problema de competitividad; toda Asia está procesando la crisis devaluando sus monedas. En segundo lugar, hay una fuga hacia la calidad (hacia los activos en Estados Unidos), lo cual nos afecta de dos maneras: por un lado, revalúa el dólar, al cual estamos vinculados, y por otro, quita financiamiento a los mercados emergentes. Tercero, la crisis afecta a una economía como la brasileña, que está más frágil que la Argentina, debido a un déficit fiscal de una gran magnitud.
-¿Entonces?
-Hay que prepararse para un menor ingreso de capitales, lo cual nos va a hacer reducir el gasto agregado. Es decir, menor consumo y menor crecimiento.

Ajuste: “Hay que prepararse para un menor ingreso de capitales, lo cual nos va a hacer reducir el gasto agregado. Es decir, menor consumo y menor crecimiento.”

-¿Este escenario contempla una eventual devaluación de China, o de Hong Kong, lo cual agravaría la crisis?
-No, eso complicaría mucho más las cosas. Pero yo estoy pensando en un escenario más de “aterrizaje suave”. Suponiendo que la situación internacional se mantiene bajo control, ya hoy este proceso nos lleva inexorablemente a menor ingreso de capitales y a una sensible desaceleración de la economía. Esta corrección va a implicar también un deflación de precios y salarios.
-¿Es decir que vuelve el tema de mejorar la competitividad de la economía local reduciendo precios y salarios, para hacer sostenible el déficit comercial?
-Debido a las devaluaciones asiáticas y a la caída del precio de las commodities, implica la necesidad de una baja de los precios internos de la economía argentina. Ahora, cómo se coordina esto con el nivel de salarios y del gasto público es todo un tema. Si la caída de precios internacionales y las devaluaciones hubieran sido pequeñas, Argentina lo podría contrarrestar con aumentos de productividad. Pero como las caídas desde octubre del año pasado fueron fuertes, va a haber un grado mayor de trauma y tensiones en lo social.
-¿Cómo evalúa la actitud de Roque Fernández ante esta situación?
-Está corrigiendo errores que él mismo había cometido. El Plan Laura, el aumento a docentes con un impuesto a los autos y la reforma laboral son un dislate en este contexto. Roque debería ser más fuerte. Debería presionar para retirar la reforma de Erman, el que es contradictorio con el programa firmado con el Fondo y con las necesidades de la economía.
-¿Fernández recuperó oxígeno dentro del gabinete nacional o sigue cercado, como dice Cavallo?
-Si se toman las noticias como aparecen creo que ha recuperado. Pero debo confesar que todavía no he visto el decreto del Poder Ejecutivo para retirar los proyectos del Parlamento. Si esto no ocurre, el ministro de Economía va a sufrir un deterioro de su credibilidad, de su reputación.
-Pero mucha reputación a Roque no le queda, porque antes de los anuncios parecía que se caía...
-Lo que algunos llamaron piloto automático yo prefiero catalogarlo como una situación de descuido por algún tiempo. El equipo económico perdió el tiempo durante ocho meses, durante los cuales se colaron los proyectos de obras de infraestructura y en materia laboral que restan credibilidad al programa. Roque puede salir fortalecido de esta situación, no es fácil reemplazarlo. Cuando arrecia la tormenta, Menem sabe que debe concederle más poder, porque no tiene otro remedio. Si no lo hace ahora, más adelante va a ser peor.

Clavado: “Tal vez disminuya algo, pero con una fuerte desaceleración de la economía lo más probable es que el desempleo se estabilice.”

-¿Cómo se puede resolver la negociación con el Fondo Monetario?
-El trasfondo de la negociación con el FMI tenía el tema del plan Laura, el impuesto a los automotores y la reforma laboral. Si se retiran todas estas iniciativas, el clima de diálogo es más fecundo. Al fin, los del Fondo no eran tan imbéciles, o tan ignorantes como pensaban los legisladores del oficialismo. En lo fiscal, la recaudación viene bastante abajo de lo esperado, porque a lo que Roque tendrá que prestar atención es a ajustes por el lado del gasto público.
-¿Esta segunda ola de la crisis truncó toda aspiración de reelección de Menem?
-A mí me parece que terminó con el optimismo exacerbado que había en el oficialismo, incluyendo al equipo económico. Yo siempre dije que íbamos a crecer mucho menos que el año pasado, que fue una verdadera fiesta, y vamos a terminar en el segundo semestre con tasas de crecimiento inferiores al cuatro por ciento. El año próximo tampoco hay que esperar nada espectacular: el PBI irá convergiendo a una tasa de crecimiento con ese techo del cuatro por ciento.
-Con un crecimiento muy inferior al 8,6 por ciento del año pasado, ¿tampoco espera mejoras en el nivel de desempleo?
-Para la medición de mayo sí habrá una reducción de la desocupación, porque la situación económica estaba jugada antes de esta segunda ola. En esta medición la tasa puede bajar a lo sumo hasta el 12 por ciento. Lo que no espero es una baja adicional en octubre. Tal vez disminuya algo, pero con una fuerte desaceleración de la economía lo más probable es que el desempleo se estabilice. -Suponiendo este escenario en el que la crisis no se potencia a nivel mundial, ¿cuánto tardará Argentina para recuperar tasas superiores al 5 o 6 por ciento, necesarias para reducir el desempleo?
-Una recuperación así no va a ser tan fácil. Primero, porque los términos del intercambio que hasta mediados del año pasado jugaron muy a favor de Argentina ahora vienen muy desfavorables. Y segundo, porque se me ocurre que Brasil nos va a seguir perturbando. El nivel de incertidumbre que existe en la economía brasileña nos contagia. Por eso, hasta que Brasil no resuelva su problema fiscal y despeje las dudas sobre la estabilidad del real, Argentina va a seguir complicada.

-¿Roque es un ministro débil?
-No. Tiene un estilo diferente al de Cavallo. También lo tiene el Gobierno. Con la salida de Cavallo se fue un virtual jefe de Gabinete. Con Fernández, más allá de las personalidades, empezó a haber un estilo de conducción diferente en Economía. Así, la reforma laboral es un tema de Trabajo; las privatizaciones de Defensa las maneja ese ministerio; la relación con las provincias queda en parte en Interior.
-¿Por eso no pelea nada?
-Qué significa que no pelea nada. Hay que entender que también cambió la situación política. El poder para imponer y sacar cosas que tenía la dupla Menem-Cavallo en el período 1991-1994 ya no existe. Es un dato objetivo. Eso se da por desgaste y, fundamentalmente, porque las demandas de la sociedad son diferentes.
-Pero no se juega a enfrentar al ala política.
-Fernández es una persona de un temperamento y perfil diferente al de Cavallo. El cree que el Ministerio de Economía tiene funciones más ligadas a las de la hacienda pública (recaudación, gasto y financiamiento) que a otras áreas de Gobierno.
-¿Fernández no tiene que preocuparse en mejorar la competitividad de la economía, tarea que excede al estricto control de caja?
-Lo más importante que tiene que hacer es brindar condiciones para que se mantenga la estabilidad macroeconómica. Y lo está haciendo. El más importante apoyo procompetitividad que puede hacer -y que se hizo en la gestión de Cavallo- es la reducción de impuestos, especialmente los distorsivos. En el período ‘91/’94 se bajaron impuestos contra nada, que eran ganancias de competitividad pura para el empresariado y, al mismo tiempo, subía la recaudación.

Tarea: “Lo más importante que tiene que hacer Fernández es brindar condiciones para que se mantenga la estabilidad macroeconómica. Y lo está haciendo.”

-¿Y ahora?
-En la Argentina modelo 1998, si se bajan los impuestos se tiene un mayor agujero fiscal. Ese es un dato de la realidad. La crítica que puedo hacer aquí es que en los últimos años se han perdido los saltos de recaudación tributaria.
-¿Qué prefiere, el estilo Cavallo o el Fernández?
-Son cuestiones subjetivas. Pensar que Fernández se tiene que meter en la reforma laboral es añorar el estilo de Cavallo ‘91/’94. Vale recordar que cuando Cavallo se peleaba con otras áreas lo criticaban por esa intromisión. Estamos acostumbrados a pensar que el mejor jugador de fútbol es el que está en el banco de suplentes.
-¿Roque busca que el FMI diga lo que él no se atreve?
-El acuerdo con el Fondo lo asume todo el Gobierno, no sólo Economía.
-¿Por qué, entonces, tardó tanto en frenar el Plan Laura, el impuesto para los docentes y en imponer como prioridad la reforma tributaria?
-Fue un show periodístico, que le encantó y fogoneó el Ministerio de Economía. No había de qué alarmarse. ¿Cuáles son los efectos nefastos del Plan Laura en el corto y mediano plazo? Ninguno. Es un proyecto que recién empezaría en el 2001. No tenía ninguna importancia.
-¿Y por qué le importa tanto al FMI y a Roque?
-Fernández se montó al show periodístico. Aquí hay muchas cosas para analizar. Había show con el tema docente, que fue al Congreso y no salía. Había show con la regulación de las tarjetas, que fue al Congreso y no salía. Había show con el Plan Laura, que fue al Congreso, que el Presidente dijo que se iba a hacer y que en el mejor de los mundos aparece en el 2001. Entonces, discutir el calentamiento de la economía de este año y del próximo por el Plan Laura es de una ignorancia enorme. Roque aprovechó todo esto, y logró poner en pole position la reforma tributaria, que sí le interesa que se apruebe rápido. Y es lo único a rescatar del show de la última semana.
-¿La misión del Fondo es ignorante y sobreactúa los problemas?
-El FMI es un jugador ortodoxo, que siempre pidió lo mismo desde que mi abuela era soltera. ¿La Iglesia podría no incluir en sus mensajes un párrafo dedicado a la defensa de los pobres? ¿Quién puede esperar que el Fondo le guste que se hagan rutas en todo el país, o que las obras sociales sean manejadas por los sindicatos o que acepten una reforma laboral no ortodoxa? La meta relevante con el Fondo es la fiscal, que es la única que podría gatillar un problema.
-¿Por qué a los empresarios y banqueros les gusta más el estilo de Cavallo?
-Son los mismos que cuando Cavallo se peleaba con todo el mundo, y los mercados bajaban, me decían por qué no se dejaba de embromar. Ahora lo extrañan. Hoy Cavallo en Economía, con su vehemencia y personalidad, sería contraproducente. No duraría ni un día en el cargo.
-¿Qué debería hacer el equipo económico ante la crisis internacional?
-Antes hay que ver qué hizo hasta ahora y cuál es el impacto de la crisis. El impacto de esta última crisis de Japón y Rusia ha sido eminentemente bursátil. También, que viene la crisis anterior de octubre de Hong Kong y Brasil, en los precios de los commodities. En el resto de las variables como riesgo país, depósitos, tasas de interés activas y pasivas, crecimiento económico, comercio exterior el efecto ha sido casi nulo.

Corrida: “Voy a ser contundente. La chance de corrida contra el peso es cero. No existe posibilidad de que se gatille por el déficit de cuenta corriente.”

-¿Piensa que la crisis no puede repercutir en la Argentina?
-Digo que la está afectando en la Bolsa y en los precios de commodities que la Argentina vende al exterior. Por ese motivo, el volumen de exportaciones es record pero el saldo de ventas en monto este año será igual o levemente negativo respecto del anterior.
-¿Fernández no tiene el deber de prever una extensión de la crisis?
-Lo ha hecho. En el sistema bancario -aumentando su solvencia-, en la política de financiamiento -adelantando colocaciones de deuda- y en la política del gasto público -frenando las erogaciones-. Esas tareas son las que este equipo económico siente como propias de su deber. De todos modos, pese a haber hecho bastante, existe la sensación de que no hicieron nada.
-¿Qué le faltaría?
-La tarea incompleta que tienen es aumentar la recaudación para cumplir con las metas que se han fijado.
-El escenario financiero internacional es un polvorín. ¿Piensa que le puede tocar a la Convertibilidad?
-Vamos a empezar a definir la extensión y calidad de esta crisis. Primero, el mundo no está en crisis. El 70 por ciento del PBI del mundo (Estados Unidos y Europa) está en el mejor momento de los últimos cincuenta años. En el resto está Latinoamérica, que está en una situación intermedia. No está en crisis. Asia es la que está en su peor momento. Segundo, la crisis llegó a América latina con caídas bursátil y de precios de los commodities. Y no a todos por igual. A Venezuela, Colombia y Ecuador les pegó más. A la Argentina, México y Chile están mejor. Y Brasil es el más sospechado de que puede tener problemas.
-¿Cómo sería el peor de los mundos?
-Si el yen se va a 160 dólares, a China se lo llevan puesto los especuladores, se cae Rusia y lo atacan a Brasil. Entonces hay que parar y barajar de nuevo. Habría una crisis global.
-¿Qué probabilidad le asigna a esa alternativa?
-Si todo el problema de Japón es la recesión, no habrá una crisis internacional. Si se produce una fuerte devaluación del yen, que arrastra a China y Hong Kong, la situación se complica. Pienso que es más probable el primer escenario.
-¿Y Brasil?
-Cuando fue atacado el año pasado se puso como argumento que había sido por sus elevados déficits de cuenta corriente y fiscal. Paradójicamente,luego del ajuste que hicieron son las dos variables que no han mejorado. Si Brasil es atacado, va a repeler y va a aguantar.
-Con el déficit de cuenta corriente superando el 4 por ciento y desbalance comercial creciendo, la Convertibilidad se convierte en blanco.
-Voy a ser contundente. La chance de corrida contra el peso es cero. No existe posibilidad de que se genere por esos gatillos. Sólo puede haber una corrida si se complica el resto del mundo, con crisis en Japón, China, Rusia y Brasil. Esa sería otra historia. Y otro reportaje.