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Por J.N.  El candidato a gobernador
de Catamarca por el Frente Cívico y Social, Oscar Castillo, recibió a Página/12 ayer
por la tarde en el Comité Nacional de la UCR. Aunque en un principio las encuestas
marcaron un avance del justicialista Ramón Saadi, en los últimos días Castillo amplió
la diferencia y es hoy el dirigente con más posibilidades de suceder a su padre, el
actual gobernador Arnoldo Castillo, en las elecciones que se realizarán el próximo
domingo.–Teniendo en cuenta la historia de Catamarca, las críticas al nepotismo de los Saadi, ¿no es contradictorio que el candidato del Frente Cívico sea el hijo del gobernador? –Uno no hace siempre lo que quiere, muchas veces hace lo que las circunstancias le indican. Yo me siento muy orgulloso de ser hijo de quien soy, pero en muchas épocas hemos estado en caminos antagónicos. Mi padre fue gobernador del proceso militar, que sirvió en Catamarca porque mientras él gobernó no hubo presos políticos. Pero mientras tanto yo estaba preso por ser dirigente universitario. –¿Usted hubiera aceptado ser gobernador del Proceso? –No, bajo ningún aspecto, he discutido mucho con él por ese tema. Yo he tenido una vida política propia desde los 17 años, llevo tres períodos consecutivos como autoridad nacional del Comité Nacional, he sido vicepresidente de la UCR dos veces. Tengo mi propio perfil. Estos últimos años hemos coincidido. Yo he sido un colaborador incansable del Frente Cívico como diputado nacional, hoy presido el radicalismo de Catamarca, he ganado internas para estar en esta elección. –¿Cómo cree que impactó la presencia de Carlos Menem en la campaña de Catamarca? –No pasa desapercibida, porque puede confundir a la gente. Menem tiene una buena imagen en Catamarca, pero tampoco es trasladable. Yo diría que electoralmente nos puede perjudicar, pero no ha tenido el resultado que ellos han creído. A nosotros nos hubiera gustado que fuera una campaña más provincial, porque creemos que es una elección de Catamarca y que es cosa de los catamarqueños. Se ha inmiscuido el gobierno nacional en todo esto: los viajes del Presidente, mucho dinero en ATN, en subsidios, y en una provincia chica y pobre como la nuestra este tipo de cosas no pasan desapercibidas. –¿Tienen datos de cuánta plata invirtió Ramón Saadi en su campaña? –Hay muchas versiones sobre esto, pero ninguna baja de los cuatro, cinco millones de dólares, una barbaridad. –Después del caso María Soledad, de la intervención, ¿cómo se explica que Saadi siga en carrera? –Es un fenómeno del propio peronismo. A través de haber tenido el gobierno hace tantos años, Saadi tiene una estructura partidaria que no deja que surjan nuevas personalidades, nuevos dirigentes. Lo inexplicable es que el peronismo nacional siga en esta tesitura, que le hace daño. –¿Por qué no se conformó la Alianza en Catamarca? –El Frente Cívico es anterior al Frepaso, es del ‘91. En el ‘97 un grupo de partidos se separa del Frente Cívico y sacan 9 puntos. Hoy, de esos seis partidos que se habían ido, cuatro vuelven al Frente. La mayoría de los partidos que conforman el Frepaso forman parte del Frente Cívico y Social. Quedan dos afuera: el Partido Intransigente y un partido que creó el actual diputado nacional Mario Fadel. No hay alianza porque Fadel es amigo de (Alberto) Flamarique. La Alianza es en definitiva la superación de los partidos políticos tradicionales, es una nueva visión de la sociedad. Para nosotros la Alianza en Catamarca es el Frente Cívico y Social. A los ciudadanos de Catamarca, el Frepaso formado por tan sólo esos dos partidos no los representa. Lo dicen las encuestas. –Usted nombró a Flamarique, uno de los dirigentes más cercanos a Carlos “Chacho” Alvarez. ¿Cómo cree que operó la conducción nacional del Frepaso para la conformación de la Alianza en la provincia? –Todos intentamos hacer la Alianza. Yo no echo la culpa a nadie, creo que todos pusimos nuestra mejor buena voluntad. Lo que pasa es que estos sectores del Frepaso tuvieron una oposición muy fuerte hacia el Frente Cívico. Entraron en un callejón sin salida del que es difícil volver. Fadel fue ministro de Hacienda de Saadi y después de muerta María Soledad fue candidato a intendente en el ‘91. Tiene una posición muy errática. –Después de las elecciones, ¿se acelerarán los tiempos para formar la Alianza? –Yo voy a hacer una convocatoria, porque si gano lo primero que me va a importar es la gobernabilidad de la provincia. Hay gente en el Frepaso de muy buena trayectoria que vamos a llamar para conformar un gobierno. –Cuando Fernando de la Rúa anunció la convocatoria a un plebiscito en la Capital Federal, adelantó que la idea era que el resto de los gobernadores radicales se sumaran a la medida. ¿Cuál es su opinión? –No estoy de acuerdo con que haya que hacer plebiscitos. Soy respetuoso de De la Rúa o de quienes, en cada uno de sus distritos, hayan tomado la decisión. Yo creo que no se puede plebiscitar una norma tan clara de la Constitución o dejar una especie de rendija para que se vuelva de nuevo con el tema de re-reelección. Si yo fuera gobernador de Catamarca, no lo hubiera hecho. Yo soy respetuoso del pensamiento que pueda haber, pero me parece que es darle un lugar de escape, justo cuando me parecía que Menem estaba acorralado se le abrió de nuevo una ventanita para que pueda salir. Y seguimos tratando este tema cuando vemos en forma alarmante la caída del producto bruto, la falta de recaudación, la desocupación que va a volver a crecer. Es como si el país estuviera sólo pensando en este tema y no ocupándose de las cosas más importantes. –Si usted gana el domingo que viene y la Alianza se impone en octubre, va a convivir con un gobierno radical... –Catamarca vive con el paso cambiado, porque mientras Raúl Alfonsín era presidente gobernaba Saadi. Y ahora que gobernamos nosotros está Menem. Sería una extraordinaria y hermosa coincidencia. Al menos no seríamos discriminados como fuimos durante estos años. La Rioja ha recibido 1300 millones de dólares en Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Y Catamarca, una provincia muy parecida, apenas cuatro millones.
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