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DUHALDE Y ORTEGA OFICIALIZARON LA FORMULA CON UN LAPSUS DE COLECCION
Palito aún sigue soñando con los Menem

“Y esta carta es la fórmula presidencial Eduardo Menem y Ramón Ortega.”
El tucumano cometió el furcio cuando anunciaba el binomio luego de un
sentido monólogo. Duhalde lo corrigió entre carcajadas generales. César Aráoz será jefe de campaña. La semana que viene convocarán al congreso del PJ.

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Por Felipe Yapur

t.gif (862 bytes)  Y sí, al final fue una sorpresa y Palito fue el encargado de develarla: “Sé perfectamente que esta carta de triunfo la va a apoyar todo el movimiento justicialista, y esta carta es la fórmula presidencial Eduardo Menem y Ramón Ortega”, dijo con tono solemne a su numerosa audiencia de la sala Pablo Neruda del Complejo La Plaza. Sin embargo, el acto fallido del tucumano convirtió lo que debió ser un aplauso en carcajada general. El gobernador bonaerense fue el encargado de traducir los dichos de su actual compañero de fórmula al corregir, con énfasis, el apellido que encabezará la boleta y que Palito debió pronunciar: “¡Duhalde!”. Cuando los invitados lograron recuperarse, el lanzamiento formal del binomio continuó y Ortega convocó a todos los justicialistas a encolumnarse detrás de “la fórmula que ganará las elecciones”. Sólo entonces llegaron los aplausos para dar comienzo formal a la campaña nacional.
El lanzamiento de la fórmula comenzó tal cual había sido programado. El salón, con capacidad para quinientas personas, se fue llenando lentamente. El ala derecha estuvo reservada a la militancia orteguista, la izquierda para el duhaldismo y el centro para los invitados especiales. La primera fila fue ocupada por la fórmula bonaerense, Carlos Ruckauf y Felipe Solá, los gobernadores Jorge Busti (Entre Ríos) y Néstor Kirchner (Santa Cruz) y la diputada y esposa de este último, Cristina Fernández de Kirchner. En la segunda fila se sentaron los hijos y nietos de Duhalde y cuatro de los seis vástagos de Ortega.
Las siguientes filas fueron ocupadas por los ministros de la Gobernación bonaerense, diputados provinciales y nacionales que responden al binomio. Ese fue el lugar dedicado también para los candidatos a gobernador Julio Miranda (Tucumán), Héctor Maya (Entre Ríos), Francisco García (Mendoza) y Carlos Rovira (Misiones). Estos dos últimos llegaron como enviados especiales de los actuales mandatarios de su provincia, Arturo Lafalla y Ramón Puerta, que no se hicieron presentes respondiendo a un pedido especial de la Casa Rosada (ver aparte).
Cuando todos estuvieron ubicados en sus lugares, el locutor anunció la llegada del dueto acompañado de sus respectivas esposas. El telón se abrió y aparecieron Duhalde de la mano con Hilda González y Ortega con Evangelina Salazar. Cada candidato ocupó su atril, el detalle fue que el del bonaerense tenía una disimulada tarima para estar a la misma altura de su compañero. Ortega abrió el acto afirmando que no claudicará con su sueño de ser presidente: “Hoy vengo a decirles a los que me acompañan que sigan soñando y abrazando esa utopía porque la política tiene sus tiempos y quienes conducen los movimientos deben saber hacer un paréntesis y esperar, porque hoy postergó un proyecto personal porque está en juego la unidad del justicialismo”. Luego vinieron el fallido y las risas, claro.
Duhalde quiso salvar el error de Ortega diciendo que “no obstante de haberme querido bajar hasta último momento tengo el honor de ser escoltado por un hombre de la capacidad y humildad de Ramón” y agregó que “estamos orgullosos de haber participado en la construcción de los cimientos de la estabilidad pero ahora llegó el tiempo de lo social, de refundar la justicia social”, siguiendo con su política de diferenciación de la administración Menem. Ambos repitieron la mecánica de hacer uso de la palabra de manera intercalada –denominado “efecto Pimpinela”–. Luego llegó el momento de las fotos, los abrazos y los exagerados agradecimientos entre Duhalde y Ortega: “Tu suerte es mi suerte”, fue la última frase del tucumano y nuevamente el telón se abrió para que las dos parejas se retiraran dando por finalizado el espectáculo.
Pero allí no terminó todo: la fiesta continuó en el restaurante El Mangrullo, en Ezeiza, adonde a los invitados les esperaba otra sorpresa. En la puerta estaban Duhalde y Ortega recibiendo a cada uno de los comensales con amplias sonrisas. El senador tucumano explicó cientos de veces la razón de su fallido: “Estaba muy cansado y no me di cuenta.Cuando vi que se reían, Evangelina me tomó de la mano y me dijo: Dijiste Menem. Pero ya era tarde”.
“Parece un casamiento”, dijo una de las damas visiblemente orteguistas. Y efectivamente lo parecía, porque una vez que todos se sentaron para degustar un jugoso asado, los candidatos comenzaron a recorrer las mesas donde no faltaron las fotos de ocasión. El tono festivo lo puso el diputado nacional Telmo Pérez, que cantó y recitó acompañado de un par de guitarristas, pero como no logró mucha aceptación del público lanzó una propuesta superadora: “Que cante Palito”, gritó y logró el consenso de toda la concurrencia. Ortega demoró un poco en decidirse, pero cuando lo hizo fue acompañado por Duhalde. El tucumano dijo que cada momento de la vida tiene una determinada canción y le dedicó una estrofa del tango “Por una cabeza” a su compañero de fórmula. Después intentó darle un tono intimista y de seriedad al volver a anunciar el orden de la fórmula y trastabilló cuando nombró al bonaerense. Finalmente el dúo entonó “Yo tengo fe” y fueron acompañados por todos, incluidas Chiche y Evangelina. Las hijas de Duhalde, visiblemente entusiasmadas con el arrebato artístico del padre, enarbolaron las servilletas como émulas de Soledad Pastorutti.
Cuando todo terminó, cada candidato se fue por su lado. Los invitados continuaron comentando los detalles de la reunión y rogaban que, durante la campaña, Palito memorice el apellido de su compañero de fórmula.

 

Una semana de ensayo

Por F.Y.

El acto del lanzamiento de la fórmula justicialista se organizó durante toda la semana. El lunes, Duhalde y Palito almorzaron en el hotel Alvear. Estaban presentes Pablo Fontdevila y Jorge Telerman. Los cuatro hablaban sobre cómo Ortega tenía que presentar el orden del binomio, pero no había acuerdo, fue en ese instante que llegó Hilda González y Palito recurrió a “su sensibilidad” y Chiche no dudó: “Ramón, vos tenés que decir que tu sueño de ser presidente está intacto, pero hay un momento para ceder. Decilo así”. Palito asintió y cumplió.
Lo que faltaba por definir era si se hacía un acto “tradicional”. Fontdevila era partidario de que cada uno hiciera un discurso y nada más. El martes, luego de que todos jugaran un partido de fútbol en la quinta de Duhalde, en San Vicente, el bonaerense se decidió y dijo: “Sigamos con zapping, uno habla y el otro responde”. Todos aceptaron. El jueves, otra vez en la quinta, Fontedvila opinó que Ortega tenía que decir que todos colaboraron en la construcción de los cimientos de la estabilidad, pero Palito lo interrumpió y dijo que “esta frase la tiene que decir Eduardo”.
Una vez que todos se retiraron, Ortega se recluyó en su departamento para retocar el discurso: “Me quedé despierto hasta las 3 de la mañana pensando lo que iba a decir. Estaba nervioso y por eso me pasó lo del furcio”, se justicó ante este diario Palito Ortega.



Aráoz, jefe de campaña

Por F.Y.

En medio de la fiesta por el lanzamiento de la fórmula Duhalde-Ortega las cuestiones políticas no quedaron de lado. Durante la semana que transcurrió se determinó, entre otras, que el nuevo jefe de campaña será el embajador argentino ante la OEA, Julio César Aráoz. También decidieron que en una semana se realizará un congreso partidario para convocar a las internas para el último domingo de mayo.
Según los duhaldistas la presencia del actual diplomático y ex interventor de Tucumán no significa el desplazamiento de quien hasta hoy era el titular de la campaña, Alberto Iribarne, quien integrará la mesa de campaña junto al orteguista Pablo Fontdevila. La presencia del cordobés obedece a un pedido de Duhalde porque “Chiche sabe mandar”.


LOS LAPSUS SEGUN VOLNOVICH Y RODRIGUEZ ARIAS

Cuando traiciona el subconsciente

Por R.C.

t.gif (862 bytes) En 1983, Deolindo Felipe Bittel, candidato a vicepresidente por el PJ, aseguró en un acto en Vélez Sársfield que “entre la liberación y la dependencia” su partido optaría “por la dependencia”. Pero no quiso decir eso. O sí. “En los lapsus el inconsciente se pone en evidencia y traiciona lo que voluntariamente queremos expresar”, explica el psicoanalista Juan Carlos Volnovich. Otro psicoanalista, Miguel Rodríguez Arias, empezó a recopilar los fallidos de los políticos argentinos –y de algunos extranjeros– en la época en que Bittel renegaba de la liberación. “En ese momento, los diarios no se hicieron eco de lo que había ocurrido porque no se atendía al discurso. Ahora, la gente tiene una escucha mucho más aguda”, explicó a este diario el creador de Las Patas de la Mentira, y recordó algunas perlitas de su vasta colección.
* Augusto Alasino, 1990. “El aumento del número de miembros de la Corte Suprema va a ayudar a mejorar el funcionamiento del Poder Ejecutivo.”
* Graciela Fernández Meijide, 1998. “El peronismo es mucho más delincuente que nosotros.”
* Eduardo Duhalde, 1997. “Estamos recurrando la provincia de Buenos Aires.”
* Carlos Menem. “Eliminaremos totalmente la educación primaria” –luego explicó que había querido decir “precaria”.
* Adelina de Viola, 1992. “Los corruptos tienen que ser perseguidas.”
* José María Aznar, de visita en la Argentina en pleno desarrollo de las privatizaciones (antes de ser electo presidente). “Las medidas cambiarán la economía de nuestro país, perdón, de la Argentina.”
* Moisés Ikonicoff, 1995. “Julio César Aráoz está en un congreso de narcos.” Luego, Ikonicoff se corrigió. Apuntó que el entonces secretario de Lucha contra el Narcotráfico se encontraba en un simposio destinado a combatir ese delito.
* Carlos Corach, a cuatro meses de la investigación del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. “Soy muy pesimista. Perdón, optimista.”
* Armando Cavalieri (1990). “Algunos casos los vamos a hacer con el criterio de la derecha y otros por izquierda.”
* Carlos Menem. “Si hay alguien que depende, perdón ... que defiende la soberanía, ése soy yo.”
* Rodolfo Terragno (1995). “Discursos a favor de la corrupción dicen todos.”
* Carlos Menem, en la inauguración de La Rural (1990). “Me duele que perdure la industria entre nosotros” –quiso decir la injusticia–.
* Carlos Menem, 1988 (cuando le gana la interna a Cafiero). “Yo había dicho que no ganar era una posibilidad de ciencia ficción. Hoy ganamos ... es de ciencia ficción.”

 

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