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LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, EN OLIVOS CON EL PRESIDENTE MENEM
“Queremos ver a los nietos antes de morir”

Estela Carlotto y Rosa Roisinblit, de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, recibieron de Carlos Menem la promesa de que la Comisión por el Derecho a la Identidad tendrá un funcionamiento autónomo.

Estela Carlotto recibida por Menem en Olivos con la presencia de Alicia Pierini.
La primera vez fue en julio de 1992. Corach, Kohan y Pérez Suárez también estuvieron.

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Por Victoria Ginzberg

t.gif (862 bytes) ”Nosotras no hemos encontrado a nuestros nietos y no queremos morirnos sin abrazarlos”, le dijeron Estela Carlotto y Rosa Roisinblit a Carlos Menem. El Presidente recibió ayer a la presidenta y a la vice de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo en la quinta de Olivos y allí prometió que la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, que actualmente funciona bajo la órbita de la Subsecretaría de Derechos Humanos, se convertirá en un organismo autónomo. Las representantes de las Abuelas plantearon la necesidad de recuperar con urgencia a los niños robados por los militares y de coordinar con los países del Mercosur una estrategia de cooperación con ese fin.
Roisinblit y Carlotto entraron a Olivos acompañadas por la ex subsecretaria de Derechos Humanos y actual legisladora porteña, Alicia Pierini, quien también participó del encuentro. Cerca de las siete y cuarto, las recibieron el Presidente, el ministro del Interior, Carlos Corach, el secretario de la Presidencia, Alberto Kohan y la actual subsecretaria de Derechos Humanos, Inés Pérez Suárez.
Al inicio de la reunión, el Presidente felicitó a Carlotto por la Legión de Honor, distinción que otorga la embajada francesa y que recibió recientemente la presidenta de Abuelas. El encuentro duró alrededor de media hora y la mayor parte del tiempo estuvo dedicado a realizar un balance de la reunión que las Abuelas de Plaza de Mayo habían mantenido con el Presidente hace siete años, el 15 de julio de 1992.
En aquella oportunidad, las Abuelas solicitaron la creación, en el ámbito estatal, de un organismo que se encargara y ayudara en la recuperación de los menores apropiados. De esa demanda nació la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (ver aparte). Ayer, el Presidente prometió que el organismo será autónomo y que en el próximo presupuesto se incluiría una partida especial para concretar ese objetivo. Además, reivindicó la gestión de Pierini, en la que se creó la Comisión. La petición por la autonomía de la Comisión respondía a la necesidad de que este organismo no dependiera de las vicisitudes políticas ni del ministro de turno.
Las Abuelas, además, le pidieron al Presidente que el Gobierno impulse la ratificación del Tribunal Penal Internacional y que se planteen en la próxima reunión del Mercosur los casos de los bebés apropiados en el marco del Plan Cóndor. “Si hubo cooperación en la represión, debe haberla en el esclarecimiento de los hechos”, afirmaron las representantes de las Abuelas. Durante la conferencia de prensa que se realizó luego, dentro de las residencia de Olivos, Carlotto mencionó los casos de dos chicos apropiados en Argentina que están en Paraguay y el del hijo de la ex detenida Sara Méndez, que está en Uruguay.
Carlotto y Roisinblit también plantearon la existencia de temas pendientes y le mencionaron a Menem que sus metas son la verdad y la justicia. Según los protagonistas la reunión fue “cálida” y “afectuosa” y los asuntos no resueltos fueron tratados en buenos términos. Uno de esos puntos, que se había pedido también en el ‘92, fue la necesidad de acceder a los archivos sobre la represión ilegal que se encuentran en instituciones estatales. En referencia a los papeles clasificados se mencionó que la CIA desclasificará sus documentos acerca del golpe de estado contra Salvador Allende en Chile y Menem aseguró que “bien podrían abrir los de Argentina”.
En relación a la urgencia de las Abuelas para encontrar a sus nietos, las representantes de la institución pidieron al Presidente que intermedie para que los militares que tienen información sobre el destino de los hijos de los desaparecidos la proporcionen a la institución de derechos humanos. Carlotto aseguró que se habló de la necesidad de llegar a “acuerdos” en este sentido, como –arriesgó al pasar– “una reducción de condena para aquellos que colaboren con la verdad y la justicia”. Antes de finalizar la reunión, el Presidente afirmó que cuando termine su mandato irá a visitar a las Abuelas en su sede.
Las Abuelas tienen previsto próximamente entrevistarse con los candidatos presidenciales y gobernadores de las provincias más importantes del país. El objetivo de la institución es que todos los partidos incluyan en su plataforma una ratificación de la defensa de los derechos humanos y un reconocimiento a la tarea que realizan los organismos en ese sentido. El resto de los organismos de derechos humanos sólo se entrevistó con el Presidente en el inicio de su mandato, para pedirle que no dictara los indultos. En esa oportunidad, Menem dijo que iba a hacer lo que consideraba mejor para el pueblo. Luego de la firma de los decretos, elPresidente fue expulsado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, de la que formaba parte.

 

La Comisión que busca identidades

La Comisión Nacional por el derecho a la identidad, fue formada en 1992 –después de la reunión entre el presidente Carlos Menem y las Abuelas de Plaza de Mayo– por iniciativa de la entonces subsecretaria de Derechos Humanos, Alicia Pierini. En 1998 quedó formalizada a través de una resolución del ministro del Interior, Carlos Corach. La Comisión funciona bajo la órbita de la Subsecretaría y está presidida por la subsecretaria Inés Pérez Suárez. Claudia Carlotto, hija de la presidenta de Abuelas, es la coordinadora del organismo y junto con Luisa Abdala, encargada de Investigación y genética, representa a las Abuelas dentro de la Comisión. Además, participan del cuerpo la Procuraduría Nacional y la Asesoría de Menores de Cámara. La Comisión es la encargada de recibir a los jóvenes que tienen dudas acerca de sus orígenes y sospechan que pueden ser hijos de desaparecidos. Dentro de sus atribuciones está la posibilidad de solicitar estudios genéticos sin tener que recurrir a la Justicia. El caso de la hija de los desaparecidos uruguayos Aída Cecilia Sanz Fernández y Eduardo Gallo Castro, que recuperó su identidad la semana pasada, se tramitó a través de esta Comisión. La joven se había sometido a estudios genéticos en 1986, pero a raíz de un vínculo que estableció con una chica que buscaba a su hermana desaparecida, se acercó al organismo y allí le volvieron a realizar los análisis, que esta vez aseguraron su pertenencia a la familia Sanz-Gallo. “Se ha constituido en un lugar invalorable para encontrar respuesta a los casos de los jóvenes que buscan su identidad. Allí se han registrado más de cincuenta casos que las Abuelas no tenían dentro de sus denuncias y que han llegado por familiares o a través de los pedidos de las indemnizaciones. Se realiza un trabajo serio, por eso es importante la autonomía que nos prometió Menem”, aseguró Estela Carlotto. La Comisión, sin embargo, no se limita a los casos de los chicos que fueron apropiados durante la última dictadura militar, sino que tiene competencia para intervenir en cualquier hecho en el que esté implicada la identidad de un menor, por ejemplo, en tráficos de bebés.


EL JUICIO PLATENSE:
Nacimiento en cautiverio

Una testigo confirmó ayer ante la Cámara Federal platense que Daniel Mariani, hijo de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, falleció en un operativo militar el 2 de agosto de 1977 y reveló que su cuñada, quien permanece desaparecida, habría dado a luz en un centro clandestino de detención. La declaración de Hilda Noemí Aued se produjo ayer en el marco de la causa que investiga el destino de unas 2000 personas que desaparecieron en jurisdicción de La Plata durante la última dictadura militar.
Aued aportó dos datos claves: confirmó que la muerte del hijo de María Isabel Chorovit de Mariani se produjo durante un operativo militar realizado el 2 de agosto de 1977 y reveló que posee informes que atestiguan que su cuñada, Graciela Medici, dio a luz en un campo clandestino de detención tras ser apresada en forma ilegal por fuerzas de seguridad en esa misma fecha. La testigo fue convocada por el tribunal platense para testimoniar sobre la desaparición de su hermano Roberto Aued y de la esposa de éste, sucedida el 2 de agosto de 1977 tras un operativo conjunto de fuerzas militares y policiales en la casa de la calle 132 y 35, de la capital provincial.
En un operativo anterior, del 11 de marzo de ese mismo año, fue secuestrado también su ex compañero, Alberto Arias, quien permaneció detenido en forma ilegal durante 48 horas en la comisaría cuarta de La Plata, aunque luego recuperó su libertad. El dato sobre el destino de Mariani fue inmediato: “Los vecinos de la calle 132 —dijo Aued— nos aseguraron que horas antes del allanamiento ilegal que realizaran fuerzas conjuntas a la casa de mi hermano, habían atacado a balazos a Daniel Mariani, quien volvía al domicilio de Roberto y Graciela después de haber ayudado a mudarse a Laura Carlotto (asesinada durante la dictadura; hija de Estela, titular de Abuelas de Plaza de Mayo), quien vivió un tiempo en esa casa”.
El hermano de Aued y Graciela Medici, de acuerdo con los datos que aportó un amigo de la familia que también estuvo detenido-desaparecido, fueron llevados a la Brigada de Investigaciones de La Plata, donde permanecieron durante tres meses. Luego de ser trasladados a diferentes centros clandestinos de detención, el último destino que se les registra es en 1981 en el llamado Pozo de Banfield. Pero Aued sumó un dato más: dijo que el testigo que vio a su familia en el centro clandestino reveló que Medici estaba embarazada de cinco meses. La información condujo a las representantes de Abuelas de Plaza de Mayo a anunciar que reclamarán ante los organismos oficiales el registro de todos los nacimientos sucedidos alrededor de la fecha tentativa en que habría alumbrado Medici, y en especial aquellos que hayan sido suscriptos por el médico policial Héctor Bergés. Dan por cierto que, si se produjo el alumbramiento, el niño o niña sería un nuevo caso de menores hijos de desaparecidos separados por la fuerza de su familia biológica.

 

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