Se prenden las luces y los estudiantes ya están ubicados en el centro de la escena, listos para empezar la clase. Así se estudia en el primer ámbito universitario donde hay butacas en lugar de bancos y escenario en lugar de aulas con pizarrones. Es el Teatro Universitario de Arte, la flamante adquisición de la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD), un espacio para que sus 500 alumnos puedan aprender en un escenario real. “La escuela necesitaba un lugar adecuado para formar a sus estudiantes. Sólo en un teatro verdadero pueden desarrollar aspectos básicos para un actor, como proyección de la voz, enfrentamiento con el público y manejo del espacio escénico”, explica Horacio Medrano, rector interino de la ENAD. Durante esta temporada se van a presentar funciones teatrales, conciertos, espectáculos para niños y talleres de danzas. Todo gratuito y abierto al público.
“Un escenario para un egresado de teatro es como un bisturí para el que se recibe de médico”, festeja Andrea Juliá, coordinadora de la sala. “Nos venía bien un lugar así. Nosotros tenemos una sala chiquita, pero es sólo para la escuela. Ahora también van a poder dar espectáculos los que asisten a las demás escuelas de arte”, se entusiasmó Leonardo Basso, un alumno que integra el centro estudiantil. Además de los estudiantes de la ENAD, el teatro está disponible para el resto de los ocho mil alumnos del Instituto Universitario del Arte (IUNA), que agrupa a siete institutos artísticos nacionales (ver aparte). “Todos pueden dar funciones en este escenario. Los que más vienen son los estudiantes, docentes y egresados de teatro, danzas, folklore y música. Los que hacen cerámica y bellas artes, en cambio, exponen sus obras en el hall de entrada”, cuenta Juliá.
El teatro –que está en Pichincha 53 (a metros de Rivadavia) y fue inaugurado hace un poco más de un mes– pretende ser un espacio gratuito que vincule el trabajo de formación de las distintas escuelas con la comunidad. “Al teatro lo subvenciona el IUNA, con aportes de un bono contribución (voluntario) de tres pesos que se cobra a los espectadores. La dirección y la preservación están a nuestro cargo. Además de presentar espectáculos de cada arte, queremos integrar las distintas áreas y hacer proyectos que unan varios lenguajes”, dice Medrano. “El problema es que tenemos un solo espacio y mucha gente. Durante la semana la sala está ocupada con los estudiantes del último año de la carrera de Actuación. Y el fin de semana se reserva para las presentaciones artísticas”, describe Juliá.
Con 214 butacas y un escenario de seis metros por ocho, el hoy Teatro Universitario nació bautizado Teatro Marconi y tuvo su época de esplendor en la década del ‘50. “Era muy lujoso. Tenía palcos y dos pisos de butacas”, describe Medrano. Años después fue vendido y demolido. Y en el mismo predio fueron construidos un edificio y el Teatro Armando Discépolo. “En los ‘70, el Discépolo convocó a muchos actores hoy conocidos –cuenta el rector–. Pero, después, los dueños lo alquilaron.” Así fue como, en los ‘80, el teatro siguió siendo escenario de música en vivo y de monólogos, pero de feligreses evangelistas. “Mi fantasía se cumplió cuando vi el cartel de alquiler. Ahora vuelve a ser un espacio de difusión del arte y un lugar abierto al barrio”, se alegra Medrano.
“La cartelera se inauguró con Soles y lunas, una obra actuada por egresados y dirigida por Alfredo Alcón –cuenta Juliá–. Para agosto y setiembre se van a organizar recitales de Susana Rinaldi.” Este sábado, a las 18, habrá un espectáculo de danza clásica y contemporánea, del Instituto María Ruanova. Y, a las 20, un concierto del conjunto de flautas del Conservatorio López Buchardo. En las vacaciones de invierno habrá un ciclo infantil: del 20 de julio al 1º de agosto se presentará En cuentos encantados (a las 15) y El circo sabelotodo (a las 16.30). El sábado 17 y el martes 20, a las 20, se ofrecerá un espectáculo de canto y danza del Instituto de Folklore. Y los sábados (21.30) y domingos (20.30), entre el24 de este y el 1º de agosto, alumnos del último año de Actuación presentarán la obra Zucco.

HOMENAJE POR LA AMIA, EN SOCIALES
La masacre y la impunidad

“La masacre de la AMIA y la impunidad en la Argentina” es la consigna bajo la que hoy un grupo de estudiantes de la UBA organizará un acto para recordar los cinco años del atentado a la mutual israelita (se cumplirán el 18 de julio) y para repudiar “la cadena de encubrimientos” que impide hallar a los responsables.
“La Justicia, las fuerzas de seguridad, los servicios y el poder político son los encubridores de este crimen. Repudiamos la falta de investigación por parte del Gobierno y exigimos que se acabe con la impunidad”, denunció Daniel Kersffeld, integrante de La Voluntad (Jóvenes contra el antisemitismo, la discriminación y la xenofobia), la agrupación que, junto con el Frente Independiente de Ciencias Sociales, organizó el homenaje.
El encuentro será a las 21, en el aula 201 de la sede Parque Centenario de la Facultad de Ciencias Sociales (Ramos Mejía 841), y participarán Laura Ginsberg, Gladys Cabezas, Madres de Plaza de Mayo, HIJOS, y el profesor de la UBA Atilio Borón, entre otros. El periodista Horacio Embón coordinará y la actriz Soledad Silveyra va a leer textos de David Viñas. Antes, un cantor litúrgico entonará dos canciones en hebreo.

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