Por Victoria Ginzberg Esta es la última
oportunidad de que nos den Justicia. Ese es su trabajo. La historia los convocó para eso,
por nuestros hijos y por los suyos, les dijo a los jueces de la Cámara Federal de
La Plata Marta Ungaro al terminar su testimonio. La mujer declaró por la desaparición de
su hermano Horacio, secuestrado el 16 de septiembre de 1976, en la Noche de los Lápices.
También se presentó ante el tribunal el ex detenido Mario Féliz, quien reconoció las
fotos de varios desaparecidos que compartieron su cautiverio en la comisaría quinta de La
Plata. Este testigo acompañó una inspección ocular en el lugar, en donde reconoció la
celda en la que estuvo encerrado junto a otras treinta personas.
El caso de mi hermanito es de apropiación de un menor, porque tenía 17 años y fue
arrancado de los brazos de su madre, aseguró Marta Ungaro. Horacio fue secuestrado
junto a su compañero Daniel Rasero. Estaba en quinto año del Colegio Nacional Número 3.
Ungaro narró que, aunque su familia vivía en un complejo de cuatro monoblocks de 200
departamentos, nadie quiso testificar acerca del secuestro de Horacio y Daniel. También
faltaron abogados que acompañaran el pedido de hábeas corpus.
El 30 de septiembre de 1976 fue detenida Nora Ungaro otra hermana de Marta. La
mujer estuvo desaparecida veinte días y pasó por los centros clandestinos de detención
de Arana y Pozo de Quilmes. Durante su cautiverio, habló con gente que había visto a
Horacio y supo que éste había estado en el centro de Arana y posiblemente en Quilmes y
Banfield.
Marta nombró como algunos de los responsables de la desaparición de su hermano al
coronel Campoamor, al fallecido comisario Luis Vides, a los comisarios Carlos Nogara y
Miguel Etchecolatz y al oficial Raúl Vargas. Este último se presentó ayer ante el
tribunal, pero se negó a declarar. Cuando se retiraba fue insultado por algunos
familiares de desaparecidos y ex detenidos. El secuestro de Horacio fue realizado por
efectivos del Ejército y miembros de la Concertación Nacional Universitaria (CNU). Entre
los miembros de esta organización ultraderechista se mencionó a Néstor Beroch, quien
fue expulsado de su cargo como profesor del colegio Albert Thomas, hace dos años, luego
de la denuncia de los organismos de derechos humanos. Sin embargo, continuaría cumpliendo
funciones como empleado administrativo en la Dirección General de Cultura y Educación de
la provincia.
Marta, quien juró decir la verdad sobre la foto de su hermano y por la memoria de él, su
madre y los 30 mil desaparecidos, recordó que según el testimonio brindado ante la
Conadep por el policía Carlos Hours, Horacio habría sido asesinado en diciembre de 1976
en el polígono de tiro de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Luego de la declaración de Ungaro, el tribunal convocó a Rosalía de Simon, de 77 años.
La mujer se presentó por las desapariciones de su hijo Carlos y su nuera Patricia, ambas
ocurridas el 7 de febrero de 1977. La foto de Carlos Simon fue reconocida luego por
Féliz, quien estuvo detenido en la comisaría quinta. El hombre también identificó a
Miguel Iglesias -cuya madre fue la última testigo de ayer. Los jueces pidieron una
descripción minuciosa de las características físicas de Simon e Iglesias, lo que indica
que se está investigando si algunos de los certificados de defunción de NN que posee la
Cámara pertenecen a estas personas.
Una vez terminadas las declaraciones, se realizó una inspección ocular en la comisaría
quinta. A pesar de las modificaciones que se produjeron allí, Féliz reconoció el lugar
de unos 4 por 4 metros donde estuvo detenido junto con otras treinta personas.
Allí funciona actualmente un archivo de la dependencia policial.
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