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OPINION
Un modelo para pocos

Por Daniel Cieza *

Los resultados del INdEC confirman que en la Argentina la cantidad de desocupados llega a casi 2 millones de personas. Situación preocupante no sólo por la cantidad de argentinos que no cuentan con un empleo, sino también por su tendencia ascendente. Un análisis real de la situación del empleo no puede dejar de incluir a los desalentados, es decir a aquellos que ya no buscan empleo porque no consiguen, que son aproximadamente 250 mil.
Si ahondamos, vemos que casi 4 millones de trabajadores asalariados no se encuentran registrados, deduciendo que no cuentan con aportes jubilatorios. De los trabajadores ocupados no asalariados, ocho de cada diez no pagan sus aportes, registrándose dentro de este grupo más de 2 millones con problemas de empleo. Queda fuera de este esquema, por carencia de datos disponibles, el empleo no registrado parcialmente, del cual se asientan y declaran remuneraciones inferiores a las realmente percibidas.
En conclusión, los argentinos con problemas de empleo –ya sea por no conseguir, por trabajar en negro o por, directamente, no buscarlo más porque no consiguen– llegan a una suma increíble en la historia de nuestro país: 8 millones de personas. Y esto, a meses de la finalización de la presidencia Menem, que había prometido llegar a una tasa de desocupación de sólo un dígito.
Con la mitad de la población activa con problemas de empleo, uno se pregunta, ¿en la gestión menemista quedan pendientes las cuestiones sociales, o se implementó un modelo de país que sólo favorece a unos pocos, en detrimento de la mayoría? Desde la Alianza nos inclinamos a creer lo segundo. Por eso pensamos que otro país es posible, donde las políticas que se implementen favorezcan principalmente a las grandes mayorías, donde el ciudadano que quiera trabajar lo haga sin los problemas que hoy lo aquejan.
Hoy no existen desde el Estado políticas que promocionen el empleo estable, que apoyen a las pymes, que son las que generan más puestos de trabajo, que fijen reglas claras para las grandes empresas y no a costa de la quita irracional de aportes patronales, cuya única consecuencia es aumentar su rentabilidad a parámetros que no alcanzan en ningún lugar del mundo. Con los nuevos datos de la EPH del INdEC se confirma que Argentina tiene que cambiar el rumbo, y estamos convencidos de que así va a ser a partir de diciembre de 1999, cuando asuma el gobierno de la Alianza.

* Presidente de la Comisión de Empleo de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.

 

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