Por David Cufré Roque Fernández trasladó a
una veintena de bancos la crisis del Gobierno por las deudas del PAMI. Les dijo que la
única salida para resolver el conflicto que puso al borde de la renuncia al equipo
económico era que concedieran un préstamo a la obra social de los jubilados. El ministro
y sus colaboradores más cercanos se comunicaron con las principales entidades
financieras, pero sólo nueve accedieron a habilitar la línea crediticia. El monto total
que prestarán es 100 millones de dólares, a cinco años de plazo. Otros doce bancos se
negaron a socorrer al PAMI, entre ellos los poderosos JP Morgan, Bank of America, Chase
Manhatan Bank, ING Baring y Deutsche Bank. Ni siquiera la fuerte presión de Roque
alcanzó para obtener los 200 millones solicitados, y por ahora la obra social deberá
conformarse con la mitad de ese monto.
Los fondos estarán disponibles de inmediato, señaló un vocero del ministro
de Economía. El PAMI les debe 50 millones a las clínicas bonaerenses que cesaron la
prestación de servicios, por lo que podrá resolver su problema más urgente. Sin
embargo, la gestión demostró la debilidad del Gobierno. A pesar de que Roque arrojó
sobre la mesa la amenaza de renuncia, negándose a aumentar la asignación de recursos a
la obra social y condicionando su permanencia en el Poder Ejecutivo a que Carlos Menem no
lo forzara a elevar el déficit fiscal, fueron más los bancos que desistieron de
prestarle al PAMI que aquellos que finalmente lo hicieron.
Además de Roque, Pablo Guidotti y Miguel Kiguel números dos y tres del Palacio de
Hacienda explicaron a las entidades financieras la gravedad de la situación.
La crisis del PAMI exige una solución inmediata. No vamos a aumentar el gasto
público. Es inviable políticamente reasignar partidas dentro del Gobierno. Tampoco se
pueden aumentar los descuentos salariales, porque el Congreso no lo aprobaría. Los
únicos que pueden aportar recursos son ustedes, dijeron los máximos funcionarios
de Economía en sus conversaciones con los banqueros. Y agregaron que, si se precipitaba
su salida del Gobierno, el cimbronazo económico resultaría más dañino para todos.
Nueve entidades aceptaron los argumentos. El Galicia, BBV-Francés y Río concederán
préstamos por 22 millones cada uno, mientras que el Citi y el Scotia Bank-Quilmes
pondrán 10 millones, la Banca Nazionale del Lavoro y el Credicoop se anotaron con 5
millones, y los bancos de Río Negro y Comafi darán créditos por 2 millones. En total,
la asistencia alcanza a 100 millones de dólares. Más allá de respaldar con los
préstamos a la conducción económica, los bancos harán un excelente negocio. Las tasas
de interés terminarán de acordarse hoy en nuevas reuniones con los funcionarios de
Economía y el PAMI, pero trascendió que serán bastante más elevadas que las que paga
el Gobierno.
Sin embargo, once bancos consideraron que la incertidumbre política genera un riesgo más
elevado que la oportunidad que brinda la operación, y rechazaron la oferta oficial de
prestarle al PAMI. Fueron el Chase Manhatan Bank, JP Morgan, BankBoston, ING Baring,
HSBC-Roberts, Bank of America, Deutsche Bank, Bisel, Ciudad de Buenos Aires, ABN Amro y
Mercantil. El Nación también fue invitado a participar, pero se negó porque hace un mes
habilitó un crédito para el PAMI por 60 millones. Otro hecho llamativo fue que el Banco
Provincia no colaboró. Aunque la entidad no fue convocada por Economía,
Duhalde había ofrecido anteayer hacer un aporte a la obra social.
La decisión de ese grupo de once bancos también obedece a la falta de garantías que
presentó el Gobierno para el cobro de los préstamos. El aval surgió de un decreto de
necesidad y urgencia que establece que si el PAMI no afronta sus compromisos, el Estado
cubrirá la deuda con las partidas que correspondan al organismo. También dispuso que si
el PAMI desaparece como institución, el Gobierno asumirá la deuda. No obstante, los
bancos objetaron que esa garantía está respaldada por un decreto, que para colmono fue
refrendado por el Congreso como marca la ley. Por lo tanto, evaluaron que el sustento
legal era insuficiente.
Más allá de eso, quedó en evidencia que los acuerdos que se suscriban con un Gobierno
al que le quedan menos de cinco meses de gestión ya no atraen a poderosas instituciones
financieras. Tampoco se preocuparon de que su negativa pusiera en riesgo la continuidad
del jefe de Economía, como él mismo les dijo.
Los préstamos por 100 millones forman parte de un primer tramo de desembolsos.
Ahora empezarán las negociaciones por otros 100 millones, dijeron en Economía. Fue
la salida elegante a la que apelaron los Roque boys para disimular que sus gestiones
sirvieron apenas para salvar el momento más candente de la crisis.
Lo echaría Eduardo Duhalde y Graciela Fernández Meijide reclamaron ayer la destitución
del presidente del PAMI, Víctor Alderete. Si fuera presidente, no dudaría en
echarlo, enfatizó el gobernador bonaerense, mientras que la candidata por la
Alianza a sucederlo dijo que reclamamos urgente la renuncia de Alderete, porque es
un funcionario al que no le quedan despropósitos por hacer. Fernández Meijide
consideró que el alejamiento de Alderete será el primer paso para sanear la obra
social y evitar que sus fondos sigan siendo utilizados como la caja chica del
Gobierno. Duhalde, diferenciándose claramente de Carlos Menem, quien sostiene a
Alderete a pesar de todo, remarcó que el PAMI tiene que estar en manos de los
jubilados, no puede ser un coto de casa político. El candidato justicialista
afirmó que el PAMI siempre funcionó mal porque no se lo han dado a quienes son sus
principales beneficiarios: los jubilados. |
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