Por Carlos Rodríguez En el área metropolitana hay
todavía 500 pasos a nivel 182 de ellos sin barreras, a pesar de que esos
cruces han sido prácticamente eliminados en todas las grandes ciudades del mundo por su
peligrosidad. Mientras el Instituto de Seguridad Vial (ISEV) precisó que el año pasado
hubo 361 accidentes graves por choques entre trenes y automotores, las empresas
ferroviarias aseguraron que deben reparar, cada semana, unas 120 barreras que son
atropelladas, cuando están bajas, por automovilistas impetuosos.
En ese marco, el vocero de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), Osvaldo Rossi,
lamentó la demora de un año y medio que lleva la ejecución de algunos
proyectos, entre ellos el que elimina la barrera del Ferrocarril Sarmiento sobre la calle
Boyacá, en Flores, porque tres vecinos se oponen al interés de tres millones de
personas. Hugo Clausse, en nombre del gobierno porteño, coincidió en la necesidad
de eliminar los pasos a nivel para el bien común, no sólo el de las empresas,
facilitando el tránsito sin dejar de contemplar el interés de los vecinos.
Un estudio realizado por el ISEV determinó que el 91 por ciento de los vecinos que
viven entre Caballito y Liniers, cerca de las vías del ex Sarmiento, son
partidarios de eliminar los pasos a nivel. De ese total, el 44 por ciento propicia que se
utilice el método de la trinchera (el tren circula bajo nivel), el 41 por
ciento se inclina por el túnel (los autos pasan por debajo de la vía) y el 15 por ciento
por el puente aéreo para los automotores. Rossi, de TBA, dijo a Página/12 que el
proyecto de la calle Boyacá está aprobado por el gobierno porteño, está el
dinero para hacerlo y sería beneficioso para el tránsito, pero sigue parado por la
oposición de tres comerciantes que piensan en su interés particular.
Clausse, secretario de Obras y Servicios Públicos, Transporte y Tránsito del Gobierno
porteño, confirmó que algunos vecinos, la mayoría comerciantes, se oponen a la
construcción de túneles o puentes porque creen que la duración de las obras perjudica
su negocio. El funcionario recordó que, al principio, eran las empresas
ferroviarias las que tomaban con indiferencia la eliminación de barreras, contemplada en
los contratos, pero ahora han cambiado de opinión porque eliminándolas pueden
incrementar las frecuencias de sus servicios y obtener mayores ganancias.
Según Clausse, los comerciantes que pueden ser floristas, dueños de kioscos de
diarios y hasta de pinturerías se quejan porque las barreras a veces
facilitan la venta porque los automovilistas se detienen en forma obligada frente a su
negocio y en otros casos porque el espacio libre que suele rodear a esos cruces les
permite tener lugar disponible para que estacionen sus clientes. Estimó que la
solución debe llegar por el consenso, luego de realizar una audiencia pública para
analizar todos los proyectos y contemplando las necesidades de todos.
La empresa TBA, que tiene 280 pasos a nivel en Capital Federal y Gran Buenos Aires,
afirmó que debe reparar entre 90 y 100 barreras por semana. Ellas son
destruidas por automovilistas que cruzan cuando están bajas. Rossi precisó
que la barrera de Nazca, sobre las vías del Sarmiento, en Flores, es uno de los lugares
donde más barreras son dañadas. El vocero de TBA sostuvo que la empresa tiene el
firme propósito de cumplir con el plan de obras para eliminar 70 pasos a nivel, pero
antes tiene que haber un acuerdo con los vecinos.
Benjamín von de Becke, jefe de prensa de la empresa Metropolitano, precisó que
unas veinte barreras son destruidas por los automovilistas, en coincidencia
con lo señalado por TBA. La mayoría de esas roturas son producidas por camiones y
vehículos de gran porte. Esta empresa tiene 328 pasos a nivel en el área
metropolitana, de los cuales 118 no tienen barreras. Tanto el ISEV como la Asociación
Civil Luchemos por la Vida, coincidieron en apoyar la eliminación de los pasos a nivel.
Hugo Fernández, del ISEV, declaró a este diario que los cruces ferroviarios provocan
congestionamiento en el tránsito, contaminación ambiental porque los vehículos
producen más gases cuando detienen su marcha con el motorencendido y un aumento de la
accidentalidad por el cruce de vehículos y de peatones.
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