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Los palestinos reclaman un tiempo para pensar

El líder palestino, Yasser Arafat, decidió tomarse dos semanas para considerar las modificaciones al acuerdo de Wye, pedidas por el premier israelí Ehud Barak en la cumbre de ayer.


t.gif (862 bytes)  Quince días es el plazo que estableció ayer el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat. La decisión fue la primera respuesta que recibió Ehud Barak después de proponerle la modificación parcial del acuerdo de Wye firmado el año pasado en Estados Unidos. El líder palestino y el primer ministro israelí se reunieron por primera vez en la ciudad fronteriza de Erez para intentar acercar posiciones y reanudar el suspendido proceso de paz en Medio Oriente, que involucra además a Siria y el Líbano. Barak pretende retrasar el cumplimiento de la tercera fase de la retirada israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza para incluirla en la negociación sobre el estatuto final de los territorios. Pero los palestinos dicen que ya esperaron demasiado con el anterior gobierno de Israel, y temen que otra demora los relegue a un segundo plano en el proceso de paz que Israel busca renovar en varios frentes.
“Los palestinos van a analizar nuestras propuestas, pero si insisten en que se cumpla el acuerdo de Wye tal como fue firmado, cumpliremos los compromisos asumidos por Israel”, aseguró Barak después de las casi tres horas que duró el encuentro cumbre en la base militar de Erez, en el límite entre Israel y la Franja de Gaza. El premier israelí aclaró así que Israel seguirá adelante con las negociaciones para sellar la paz en la región incluso si Arafat rechaza los cambios.
El acercamiento de Barak –que a menos de un mes de haber asumido el poder propuso un plazo de 15 meses para cumplir con el acuerdo– acelera los tiempos de diálogo con la Autoridad Palestina. Pero Arafat repitió ayer que no quiere más demoras ni suspensiones como bajo el gobierno de Benjamin Netanyahu. Por eso, anunció que interpretará cualquier retraso como una señal de que Israel tiene dudas sobre el proceso de paz con los palestinos.
Barak busca que la tercera y última etapa del repliegue de Cisjordania sea retrasada hasta que ambas partes hayan sellado un acuerdo de paz casi definitivo. El argumento es que esa salida no implicaría tantos riesgos para su flamante gobierno como los que supone cumplir inmediatamente con el acuerdo. El premier teme que la entrega de los territorios ocupados -prevista en el acuerdo firmado y suspendido por Netanyahu– abra otro frente de inseguridad para Israel, al dejar aislados a los 15 asentamientos judíos en medio de un territorio controlado por los palestinos.
Arafat dijo que hoy comenzarán las reuniones de una comisión especial para estudiar la propuesta israelí. Pero reiteró que otro aplazamiento sería un obstáculo al proceso de paz. El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, dijo que espera que la comisión conjunta palestino-israelí acuerde un mecanismo para cumplir con el acuerdo y detener los asentamientos israelíes en Cisjordania y Gaza. “Hay muchos puntos que no se han implementado aún, como la liberación de prisioneros, el corredor de seguridad y el puerto de Gaza. Es imposible combinar esos puntos que ya fueron negociados y acordados con otros temas que no han sido tocados”, adelantó.

 

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