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MENEM HABLO CON DUHALDE Y BENDIJO LA PROCLAMACION DE LA FORMULA DEL PJ
Hoy un juramento, mañana una traición

Los dos popes del PJ compartieron una tensa reunión previa y un frío acto.El Presidente prometió encolumnarse tras la fórmula. Los duhaldistas sospechan que apuesta a la derrota en las elecciones para ser jefe de la oposición.

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Por Felipe Yapur
y Diego Schurman

t.gif (862 bytes)  Faltaron Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota. Faltó también euforia. Sobraron formalismo y frialdad. Carlos Menem proclamó la fórmula presidencial que integran Eduardo Duhalde y Ramón Ortega levantando las manos de ambos en un acto que no tuvo el color ni el calor propio de los encuentros peronistas. Más frialdad aún (y es decir mucho) se vivió unos minutos antes cuando el Presidente y el gobernador bonaerense, con los mandatarios justicialistas de testigos, intercambiaron algunos reproches y otros tantos pedidos especiales. Formalmente Menem “hizo los deberes”: anunció que se convertirá “en un colaborador más” y que dejará a Duhalde manejar la campaña electoral. Pero casi todos los operadores del duhaldismo desconfiaron de la buena voluntad presidencial: “Menem siempre jugó a nuestra derrota. ¿Por qué confiar en él ahora?”, se preguntaron.Durante la última semana, los mentideros políticos se inundaron de versiones que daban cuenta de un inminente encuentro entre los popes del PJ. Pero la cumbre finalmente no se realizó. Ayer, Duhalde y Menem se vieron cara a cara después de tres meses y el encuentro –según los testigos de uno y otro sector– distó mucho de ser emotivo. Hubo un abrazo de compromiso, de cortesía, e inmediatamente comenzaron los reproches. El primero salió de la boca del bonaerense: “Tenemos que rever este Consejo partidario. Es trucho. Yo ni siquiera conozco a los representantes de mi provincia”, se quejó Duhalde, según confió uno de los participantes del encuentro. Menem no pronunció palabra y continuó serio. El gobernador insistió: “Quiero garantías para manejar la campaña y el partido a mi disposición”. El Presidente asintió por primera vez y los gobernadores presentes acompañaron con la cabeza la afirmación presidencial.A partir de allí fue el turno de Menem. El riojano insistió con su intención de participar en algún acto público e hizo hincapié en dos puntos que para él son fundamentales. En primer lugar reiteró que no lo quiere a Domingo Cavallo como aliado del justicialismo y que evite “las molestas referencias al modelo económico”. Oficialmente no hubo acuerdo, a pesar de las sonrisas que fingieron para la foto. Pero los discursos de ambos, luego de que se leyera la proclamación de la fórmula, dieron cuenta de que hubo, al menos, un principio de coincidencias. Por lo pronto, Duhalde no golpeó el modelo menemista, habló sólo de “pensamiento peronista” y afirmó que continúa vigente a pesar de la recesión. Luego anunció la formación de “un ejército de paz que libre la batalla definitiva contra la desocupación”, y a renglón seguido dijo que “sobre esos cimientos (establecidos por el gobierno de Menem) en los próximos años vamos a construir un nuevo Estado que tenga como meta principal lograr el trabajo de los argentinos”.Menem se mostró amigable. Llamó “compañero” a Duhalde y “amigo y compañero” a Palito, a quien hacía mucho tiempo no destinaba ni en público ni en privado una palabra amable. Sin estridencias presagió la victoria del PJ. Pero, significativamente esta vez, no brotó de su boca el famoso latiguillo: “A triunfar, a triunfar, a triunfar”. Delegó en Duhalde todo el peso y la responsabilidad de la campaña y la política de alianzas y se autoproclamó como “un colaborador más que seguiré cumpliendo mis funciones como Presidente hasta el último día de mi mandato”. La fórmula y Menem presidieron el acto bajo la atenta mirada del senador Eduardo Bauzá, el jefe de Gabinete Jorge Rodríguez y los ministros Carlos Corach y Raúl Granillo Ocampo, los gobernadores Rubén Marín (La Pampa), Jorge Busti (Entre Ríos), Ramón Puerta (Misiones), Gildo Insfrán (Formosa), Jorge Escobar (San Juan), Néstor Kirchner (Santa Cruz), Juan Carlos Romero (Salta), Angel Maza (La Rioja), Jorge Obeid (Santa Fe) y Eduardo Fellner (Jujuy). Los electos Julio Miranda (Tucumán) y Carlos Manfredotti (Tierra del Fuego). En cambio, se notó el faltazo del cordobés José Manuel De la Sota y del santafesino Carlos Reutemann (ver aparte). Cuando ambos dirigentes terminaron de hablar, los aplausos fueron tan tibios como los discursos y, como reconoció uno de los participantes delencuentro previo, “la temperatura fue baja, tanto en la reunión como en la proclamación que, si la medimos del uno al diez, apenas superó el dos”. Fue así que en el pequeño anfiteatro, con más periodistas que peronistas, un grupo de duhaldistas intentó darle un toque de campaña al gritar “se siente, Duhalde Presidente”. No tuvieron suerte, ni el Tula y sus bombos se plegaron a la consigna. Entonces decidieron retirarse, sofocados por el calor y el amontonamiento.Ya sin los candidatos y sin el Presidente en la sede del PJ, llegó el turno de los operadores. Los duhaldistas estuvieron al borde de la unanimidad: casi nadie creyó en la sinceridad de Menem. “Primero quería la reelección. Después se opuso a la candidatura de Duhalde, y cuando éste la alcanzó, apostó a la derrota”. Otros fueron más apocalípticos al sostener que el Presidente “entregó todo, el partido y la campaña con la intención de responsabilizar a Duhalde ante una posible derrota”. Los menemistas no tuvieron el mismo grado de coincidencias. Los “gurkas” no anduvieron con vueltas cuando este diario los consultó: “Menem está trabajando para ser el jefe de la oposición”. Sin embargo, el grupo que transcurre sus días en el Congreso de la Nación y que usualmente es el más conciliador tuvo una interpretación más optimista: “Se rompió el hielo entre ellos. Y el Presidente dio la señal que esperábamos, la de encolumnarnos detrás del candidato presidencial para triunfar en octubre”. Un pensamiento positivo pero ciertamente muy minoritario entre los que estuvieron en el local de Matheu 130.

 

Solá dixit

Felipe Solá, el candidato a vicegobernador por el PJ en Buenos Aires, se mostró contrario a lo que suele afirmar su candidato presidencial, Eduardo Duhalde, acerca de que en la provincia se va imponiendo por “700 mil votos” sobre Fernando de la Rúa. El compañero de fórmula de Carlos Ruckauf se atrevió a asegurar que, en la compulsa por el sillón de Rivadavia, el PJ está “perdiendo en el territorio bonaerense”. Pero la drástica apreciación del “caballero audaz” tiene una segunda parte. El ex secretario de Agricultura dijo que “la fórmula para la gobernación está empatando con la de la Alianza”. Lo que Solá no dijo, aunque sin duda no ignora, es que históricamente la suerte de la fórmula bonaerense está siempre atada a la de los candidatos presidenciales.


LA ESTRATEGIA DEL PRESIDENTE PARA EL 2000
El arte de ganar perdiendo

Por D. S. y F. Y.
t.gif (862 bytes) ”El 25 de octubre todos se van a dar cuenta de que Menem apostó a la derrota de Duhalde.” La frase no pertenece a un empedernido operador duhaldista. Ni siquiera a un menemista arrepentido. Se escuchó ayer, en la Casa Rosada, de boca de un alto funcionario, que suele compartir la intimidad del Presidente. Menem se imagina, tras las elecciones del 24 de octubre, como jefe de la oposición. El panorama, a su entender, es bastante sencillo: el PJ tendrá mayoría en el Congreso, conservará la mayoría automática en la Corte Suprema y también una CGT deseosa en convertirse en punta de lanza de las protestas frente a un gobierno de color político distinto al justicialismo.Duhalde no será un escollo. Menem está convencido de que una derrota del PJ relegará al gobernador de la actividad política y lo deja a él como protagonista exclusivo. No coincide, como aseguran todos los duhaldistas, que la derrota del justicialismo será también interpretada como su derrota. En este caso, el Presidente apelará a lo que Duhalde vino haciendo hasta ahora con él: la política de la diferenciación. Por eso muchos presagian que ni siquiera se asomará en los actos de campaña. “Si Duhalde pierde que se haga cargo de la derrota. Si no quiso trabajar con nosotros mejor que después no ande llorando y nos responsabilice por su derrota”, dicen los menemistas. La frase no es casual. En los comicios del ‘97, cuando Graciela Fernández Meijide derrotó a la lista duhaldista en las provincia de Buenos Aires, en el entorno del gobernador se dijo que el resultado era producto de las políticas nacionales.Menem juró venganza a Duhalde por haberle impedido aspirar a una segunda reelección. Claro que pelear por la presidencia en el 2003 no es un sueño exclusivo. También lo tienen José Manuel De la Sota y Carlos Reutemann, dos de los hombres considerados “exitosos” dentro del PJ (ver página 4). El cordobés por el derrotero triunfalista que lo coronó gobernador en un bastión radical. El Lole, porque ni la Alianza ya duda de su triunfo en Santa Fe, el próximo domingo.


Lole y De la Sota, dosfiguritas muy difíciles

Brillaron por su ausencia. Los dos están convencidos de que la Alianza ganará las elecciones y se reservan para el 2003.

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Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota, dos que suenan con la pole position para el 2003.

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Por D. S. y F. Y.
t.gif (862 bytes) La foto quedó incompleta. Con una sonrisa estudiada, Eduardo Duhalde aparecerá hoy en los diarios de la mano de Carlos Menem. Pero no se lo verá en ningún retrato con José Manuel de la Sota y Carlos Alberto Reutemann. Las dos “caras del triunfo” del PJ decidieron ausentarse del acto de la consagración de la fórmula del justicialismo. Las excusas formales fueron diferentes, pero las reales los emparientan: el gobernador de Córdoba y el candidato a mandatario santafesino tienen sus propios sueños presidenciales para el 2003 y están convencidos de que el bonaerense no logrará torcer la tendencia a favor de Fernando de la Rúa. Para cuidar las formas, De la Sota le envió a Duhalde una breve y cordial carta donde evita un apoyo personal para prometerle el respaldo del justicialismo cordobés. Y, de paso, escuda su ausencia en “la cantidad y variedad” de actividades oficiales en su provincia.La excusa sonó a despecho por aquella oportunidad en la que Duhalde pegó el faltazo a la asunción de De la Sota. El bonaerense dijo públicamente que no acostumbraba a ir a ese tipo de actos, cuando en verdad temía una foto con Menem, que igualmente se concertó ayer.Sin dejar de reconocer su condición de neomenemista, el cordobés quiere crecer en su provincia con un perfil propio y lanzando propuestas de impacto, como la ya anunciada reducción de impuestos. Después de convertirse en la revelación del año, al haber vencido un bastión radical, De la Sota ahora no deja de soñar con su candidatura presidencial para el 2003.Pero Duhalde no se rinde. Intentará contactarse esta misma semana con el gobernador para afianzar sus chances en Córdoba, donde el justicialismo está por debajo de la Alianza. El bonaerense deberá operar en persona, ya que su jefe de campaña, el cordobés Julio César Aráoz, mantiene una vieja inquina con De la Sota.El mandatario cordobés no cree en la posibilidad del triunfo de Duhalde. En su entorno se escucha una frase que suele repetir por estos días Domingo Cavallo: “Si la gente quiere cambio vota a la oposición”. De la Sota lo sabe, ya que venció por primera vez al radicalismo después de 16 años de la reinstauración de la democracia.Reutemann, a quien todos los sondeos dan como seguro ganador el próximo domingo en Santa Fe, no deja de tomar distancia de Duhalde. Lo cuestionó y lo sigue cuestionando duramente por haber separado a Menem de la campaña. Y no recurrió a la formalidad de una carta o un telegrama, como se había anunciado, para justificar su ausencia ayer en la reunión del Consejo Nacional Justicialista.Ni siquiera tuvo empacho en mostrar distancia con el candidato del PJ: “Después del 8 de agosto la máxima responsabilidad en Santa Fe para trabajar por el triunfo del peronismo a nivel nacional es del actual gobernador Jorge Obeid”, dijo ayer desde su provincia.El Lole nunca dejó de pensar en su candidatura a presidente. Desistió de ella convencido de que Menem lograría habilitar la re-reelección. Y aún por estos días entre sus hombres se hace circular la idea de su salida al ruedo para pelear en estas mismas presidenciales, una versión cuyo origen el duhaldismo ve en las usinas de la Casa Rosada.La foto con De la Sota y Reutemann es para Duhalde una imagen suficientemente fuerte. Se trata de los dos “ganadores” del PJ entre tantas encuestas que presagian derrotas, inclusive la del propio candidato justicialista.Curiosamente, en Córdoba y Santa Fe al PJ le va mal y bien a la vez. Gana a la hora de elegir gobernadores –en verdad Reutemann está a punto de ganar– y se muestra perdedor para las presidenciales. Por eso Duhalde está convencido de que la foto garantizaría, al menos, la tracción de los votos de De la Sota y el Lole a su favor.

Duhalde quiere sumarlos


Mingo duda
El candidato presidencial de Acción por la República, Domingo Cavallo, sabe que su cotización –que venía en baja a medida que bajaba su intención de voto nacional según las encuestas– aumenta dada la necesidad objetiva que tiene Eduardo Duhalde para sumarlo. Por eso, aunque niega acuerdos con el PJ sigue atacando al Presidente y al candidato de la Alianza. Y se mantiene lejos de Duhalde aunque sin cuestionarlo públicamente.“La actitud del presidente Carlos Menem de darles más poder a los sindicatos me hace pensar que trabaja para que triunfe Fernando de la Rúa”, afirmó ayer Cavallo, uniendo en una sola crítica al jefe de Estado y al candidato presidencial de la Alianza. El ex ministro de Economía consideró que Menem y Roque Fernández son “los responsables del pozo” en que cayó la economía argentina y por el problema de la desocupación”.Cavallo continúa condicionando la posibilidad de un acuerdo con cualquiera de las dos fuerzas mayoritarias a que se aplique su modelo económico. Pero De la Rúa lo ignora ostensiblemente. Y Duhalde, con quien se reunió la semana pasada, no encuentra la forma de convencerlo de que apoye su candidatura presidencial.

Beliz no quiere
“Tal como están las cosas hoy, llegar a un acuerdo con Duhalde es imposible”, repetían ayer en las oficinas de Nueva Dirigencia. De todos modos, los contactos en pos de un acercamiento existen, al punto tal que un importante colaborador del candidato presidencial del PJ tiene previsto reunirse un par de veces durante esta semana con Gustavo Beliz.Los belicistas están dispuestos a escuchar lo que Duhalde les proponga, aunque por el momento no los seduce la idea de subir al tren del bonaerense. “Contactos hubo, pero sin ningún grado de concreción. Estamos más cerca de mantener una posición independiente que de llegar a un acuerdo”, explicó a Página/12 un estrecho colaborador de Beliz.La candidatura de Beliz es uno de los puntos que los belicistas no están dispuestos a ceder en una negociación con Duhalde, de quien exigen además “un cambio en la forma de actuar y proceder que hasta ahora no se ha visto”. Como ejemplo de la distancia que los separa de Duhalde, en el entorno del líder de Nueva Dirigencia volvieron a cuestionar la designación de Chiche Aráoz como jefe de campaña duhaldista.

 

 

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