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SEGÚN LOS ESPÍAS, LOS "FEDERICOS" MATARON A ROSSINI PORQUE SE LES METIÓ EN UN NEGOCIO
La SIDE acusa a la Federal por la muerte del custodio

Los agentes de la SIDE creen que fueron policías federales los que acribillaron al custodio de su jefe, Hugo Anzorreguy, porque creyeron que estaba en el negocio de la droga y de la prostitución infantil.

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Por Raúl Kollmann
        e Irina Hauser

t.gif (862 bytes)  La SIDE investiga el asesinato de su agente Daniel Rossini, acribillado el martes con tiros de ametralladora y pistolas 45, y de hecho apunta todos sus cañones a efectivos de la Policía Federal. Allegados a la pesquisa sostienen que hubo tres aprietes previos de federales contra Rossini: dos veces lo obligaron a bajarse del auto, lo revisaron a él y al vehículo, y en la tercera oportunidad le hicieron una denuncia por consumo de drogas. La trama del crimen se relaciona con la prostitución infantil y el narcotráfico: según la SIDE, los azules creyeron que Rossini se estaba metiendo en el negocio y por eso lo mataron. Además, sostienen que la menor que lo acompañaba, de 16 años, ejercía la prostitución y lo entregó a los federales. "Fue ella la que lo citó y cuando se acercaron los individuos al auto le dijo a Rossini que eran gente amiga", argumentan los investigadores de la SIDE.

En la Federal insisten oficialmente con que la muerte del agente --guardaespaldas del jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy-- se debió a un robo, pero en privado acusan a Rossini de estar en el negocio de la droga y la prostitución infantil, ligado a un sacerdote trucho muy conocido. "Pudo haber sido un ajuste de cuentas porque se quedó con un vuelto. El no era un santo como dicen en la SIDE. Si no, fíjese que andaba en un auto descapotable de 40.000 pesos, tenía una 4x4, una moto enorme y recientemente se compró dos propiedades. Eso no salía de su sueldo", le dijo a Página/12 uno de los hombres de la Federal. Sea como sea, el caso tiene en pie de guerra a las dos fuerzas, en tanto que el juzgado que encabeza el juez Alberto Baños trata de abordar equitativamente el caso: algunos medidas de la investigación se toman ahora al margen de la estructura policial.

Apenas habían pasado las diez de la noche del martes. Después de recibir llamados telefónicos insistentes, Rossini abandonó la cena y fue al encuentro de la chica, Solange, en su lujoso Renault Mégane descapotable blanco. En el momento actual de las investigaciones, tanto judicial como de la SIDE, está claro que el auto en el que iba la pareja estaba parado sobre la calle Viel, en el barrio de Parque Chacabuco. Allí los esperaban los atacantes. Según la versión oficial de la Policía, los individuos, armados con ametralladoras y pistolas, se acercaron y le exigieron a Rossini que entregara el auto y todo lo que tenía encima. En ese momento, el "culata" se bajó del descapotable y advirtió que era agente de inteligencia. Los tres atacantes, que habrían notado que estaba armado, le gritaron "vos sos rati (policía) y te morís" y empezaron a disparar a quemarropa. Las balas --siete en total-- de un arma calibre 45 y de una ametralladora Uzi de 9 milímetros le atravesaron el tórax y los brazos. Los desconocidos emprendieron la fuga de inmediato.

"Esa es la versión que da la piba", dicen en la SIDE. "Prácticamente no hay agente nuestro que se identifique. Está prohibido. Además, los tipos se fueron en un auto bordó, con las armas afuera. Fue una típica operación comando." Tanto en la SIDE como en el juzgado, Solange está en la mira. Se sabe que trabajaba en el boliche Coyote, en un local de strippers de Ramos Mejía y que ejercía la prostitución. "Ya el jueves estaba gateando otra vez y sabemos que tenía relación con los federales", sostienen los espías. Fuentes cercanas al juzgado que conduce Baños y la fiscalía de José María Campagnoli admitieron ayer que empezaron una investigación sobre la vida de Solange e incluso que se hará un seguimiento de las llamadas de la chica y de Rossini. Es otro síntoma de que no se investiga sólo un robo.

Una de las bases de la acusación de la SIDE es que Rossini fue "apretado" tres veces por federales de la misma seccional, la décima, en las semanas anteriores. La décima es la que corresponde a la zona en la que vivían el agente y la chica, y también la jurisdicción en la que se cometió el asesinato. "Evidentemente lo seguían y lo estaban acosando. No hay ningún ciudadano al que lo paren dos veces en poco tiempo, lo hagan bajar del auto, lo revisen de arriba abajo, le hagan abrir el baúl y no sabemos muy bien qué más. Parece que lo amenazaron. Sólo tenemos datos de que le hicieron eso hombres de la décima. Y después vino la cuestión del humo que le hicieron con drogas, porque el 22 (a Rossini lo llamaban así porque 22 es el loco) no consumía ni tenía nada que ver con drogas", aseguran los espías. En el barrio, sin embargo, tenía fama de adicto

--¿Pero entonces cuál fue el móvil? --preguntó este diario.

--El salía con la chica desde hace bastante. Estaba muy metido con ella y por supuesto sabía que era gato. Pero, usted sabe, a alguna gente le agarra la loca de pensar que la puede sacar de eso. Es posible que los tipos que lo mataron hayan pensado que él se estaba metiendo en el negocio y lo reventaron --respondió un alto cargo de la SIDE.

--En la Federal dicen que él estaba en el negocio de la prostitución y en la droga. Aseguran que el auto, la camioneta 4x4 Grand Cherokee, la moto Honda Vulcan y las dos propiedades nuevas no podían ser producto de su sueldo de custodio de Anzorreguy.

--El sólo tenía el auto. Era un berrinche. Ahí puso toda su plata porque era un loco por las mujeres y por eso siempre andaba con buena pilcha y un autazo. Lo de la camioneta, la moto y las propiedades son mentiras de la Federal. El vivía en casa de la madre.

En la fuerza azul se defienden oficialmente con la versión del robo, a pesar de que distintos peritos balísticos muestran la incongruencia de esa hipótesis (ver aparte). Reconocer un enfrentamiento por drogas o por prostitución pondría a Rossini, pero también a la Federal, en el ojo de la tormenta. Ya hubo casos de agentes de la SIDE y hombres de la Federal mezclados en sonoras causas judiciales relacionadas con ambos temas. "En la Justicia no se descarta ninguna hipótesis, aunque todavía la principal es el robo", señalaron fuentes tribunalicias a Página/12. Allí ya saben del furibundo enfrentamiento que el asesinato produjo entre la SIDE y la Federal. Según pudo saber este diario, Solange tendrá que declarar en Tribunales los primeros días de esta semana, porque hasta ahora sólo lo hizo en el Departamento Central de la Policía Federal. En el juzgado no le restan trascendencia a que Rossini fuera custodia de la SIDE y que saliera con una menor de edad que ejercía el prostitución. Por eso, rastrearán los contactos telefónicos e indagarán en la vida de ambos. "Algunas de las medidas que delinee la investigación seguramente empezarán a realizarse por fuera de la Policía", le comentó a este diario una alta fuente de Tribunales.

En la central de la SIDE, en la calle 25 de Mayo, la prioridad fue calmar los ánimos. "Cuando te voltean a un hombre no puede ser gratis", dicen los espías. "Pero no podemos permitir que nadie haga justicia por su propia mano."

 

La opinión de los peritos

Uno de los más conocidos peritos y criminalistas, Eduardo Frigerio, cuestionó la teoría del robo en el asesinato del agente de la SIDE. "Hay contradicciones evidentes. Por un lado, se dice que los asaltantes tenían una ametralladora y que en el cuerpo se encontraron siete balazos calibre 9 milímetros y 45. Esa cantidad de balazos es grande, pero pudieron provenir de una ráfaga de ametralladora, probablemente Uzi, 9 milímetros, un arma que no se usa para robar autos. Es habitual que la lleven en asaltos a bancos o a supermercados, pero es un arma cara, difícil de conseguir, que puede valer unos dos mil pesos. El robo de un auto se puede hacer con una pistola que vale 150 pesos. De manera que si usaron ametralladora, lo más probable es que no fueron a matar, fueron a acribillar. La otra variante es que no le hayan disparado con ametralladora. En ese caso, que tenga siete disparos en el cuerpo es una enormidad. Lo habitual es que a uno le metan dos o tres tiros, que le hayan metido siete indica que fueron a matarlo".


Espías en la noche

Existe al menos un antecedente conocido en el que un agente de la Side quedó más que pegado con el mercado del sexo. Es el caso de Raúl Luis Martins, un ex espía que actuaba con el alias de "Aristóbulo Manghi" y que fue acusado en mayo del año pasado de regentear una red de prostíbulos de Buenos Aires, entre los que figuraban algunos famosos como The One, Veo Veo y Top Secret. Las ganancias de estos locales oscilaban al menos en aquel entonces entre 6000 y 7000 pesos por noche. En The One, se informó, se ofrecían habitaciones reservadas para los contactos sexuales, que aparentemente podían ser filmados para realizar extorsiones similares a las que sufrió el juez federal Norberto Oyarbide. Martins, que en el ambiente era conocido como "El Profesor" (de hecho era profesor de historia en un colegio católico) había ingresado a Inteligencia en 1974, de la mano de José López Rega, y se jubiló el 1º de octubre de 1987.

Martins fue denunciado por pagar coimas a funcionarios judiciales y policiales. Al menos un testigo señaló que "Oyarbide recibía dinero de Martins" para que el juez lo protegiera desde su cargo y su cercanía a la Policía Federal. Junto con el empresario Carlos Percivalle, implicado en varias causas, el ex espía fue señalado reiteradas veces como uno de los principales magnates de la prostitución de lujo en la Capital Federal. Percivalle, además, tiene una relación cuasi familiar con Oyarbide, ya que su hijo es ahijado del juez.


Azules prostibularios

La Policía Federal aparece reiteradamente en los expedientes judiciales que investigan redes de prostitución. Entre ellos sobresale el caso que involucró al ex comisario Roberto Rosa, ex jefe de Seguridad Personal, removido de su cargo a raíz de sus lazos con el empresario de la prostitución Luciano Garbellano, amigo del juez Norberto Oyarbide. En este escándalo, quedó claro que la fuerza azul le daba protección a Spartacus, el prostíbulo de alto nivel que frecuentaba el magistrado y otros conocidos. El affaire provocó un feroz enfrentamiento entre la Federal y la SIDE, ya que los primeros le adjudicaron a los espías la autoría intelectual de todo lo que hizo Garbellano.

La División Asuntos Internos de la Federal investiga a algunos de sus pares de la comisaría 38ª y a integrantes de Seguridad Personal por su presunta participación en la protección de prostíbulos dedicados a explotar dominicanas. A partir de la causa que instruye el juez Pablo Bruno, quedó al descubierto la existencia de un sistema internacional de tráfico de mujeres --muchas de ellas menores de edad-- que llegan con visa de turista, engañadas con promesas de empleo y matrimonio. Este negocio hizo ingresar a la Argentina en los últimos dos años a unas 4500 dominicanas.

 

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