Por Gabriela Carchak  El Consejo Directivo de la
Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) decidió no hacer lugar a la apelación presentada
por los jugadores del club Curupaytí y de Los Pumas, Pedro Sporleder y Mario Ledesma
–avalada por el presidente del club Constantino Riganti–, y por lo tanto no
podrán participar en el próximo Mundial de Gales en octubre.
Los jugadores fueron sancionados por el Comité de Disciplina de la URBA tras los
incidentes protagonizados hace dos semanas, cuando agredieron verbalmente al árbitro del
encuentro que disputaron frente a Chamapagnat, Marcelo Pilara, por la zona que clasifica a
cuatro equipos para jugar el año próximo en primera división. Los jugadores presentaron
una nota en la que apelaban la sanción de suspensión de cuatro meses para Sporleder y
seis meses para Ledesma, pero agregaron un párrafo en el que solicitaban que si la
presentación era desestimada se les permitiera cumplir la pena luego del Mundial. Ninguna
de las presentaciones fue aceptada.
El argumento de la apelación, según dijo ayer Sporleder a Página/12 no incluía una
reducción de pena. “Yo quiero que me dejen jugar el Mundial, no pretendo que me
bajen la pena, yo la voy a cumplir, pero pido que me dejen ir a Gales”, aseguró el
segunda línea.
Lo curioso de la decisión es que la URBA ya había establecido una serie de
consideraciones especiales que comenzaron hace dos semanas cuando el Comité de Disciplina
dio a conocer la sanción. Normalmente, cuando un jugador es expulsado o informado, el
organismo se expide 10 días después de presentado el informe, la Comisión lo hizo la
misma semana de la presentación. Esta medida fue tomada para que el nuevo entrenador de
Los Pumas supiera inmediatamente qué iba a suceder con los jugadores y podría contar o
no con ellos en el Mundial, además con la publicación también se otorgó tiempo al club
para presentar con bastante tiempo de antelación la apelación. Sporleder es el único
jugador argentino que fue expulsado en un Campeonato del Mundo. Sucedió en 1991, en
Inglaterra, en el tercero y último partido que Los Pumas disputaron y perdieron frente a
Wester Samoa.
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