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CENA DE JUECES CON PIOTTI DE ANFITRION
La Justicia sentada

Un grupo de jueces y ex jueces se reunieron el jueves a cenar y debatir sobre el país que viene. Piotti y Servini de Cubría fueron los más notorios. Osvaldo Lorenzo no llegó.

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Por Susana Viau
t.gif (862 bytes)  “¡La Justicia sentada!”, dijo a manera de saludo el fiscal federal Raúl Plee. “Sentada, no: hecha mierda”, fue la bienvenida con que le respondió Manuel Blanco, titular del Juzgado Federal 1 de La Plata. Era la noche del jueves y la mesa más íntima de El Mesón Navarro había sido tendida para una docena de comensales, miembros y ex miembros del Poder Judicial. Dos invitados eran aguardados con especial expectación: María Romilda Servini de Cubría y el flamante ministro de Justicia y Seguridad de Buenos Aires, Osvaldo Lorenzo. La jueza llegó. Lorenzo, pese a los anuncios, no se hizo presente en el restaurante ubicado frente a la Plaza Roma, muy cerca de los tribunales de Comodoro Py.
Alberto “el Tano” Piotti, ex juez federal de San Isidro y ex secretario de Seguridad de Eduardo Duhalde, con su brazo izquierdo en cabestrillo, fue alma mater de la reunión: recibía en la mejilla, como un godfather, los besos de los recién llegados. Mientras la mesa se completaba, hablaron de negocios, del nuevo country edificado entre Mar del Plata y Camet, cuyo precio –50 pesos el metro cuadrado– y su vigilancia con control satelital (“Además, le podemos hablar a Lorenzo”, bromearon) le daban el carácter de espléndida oportunidad. El arribo de la única dama, Servini de Cubría, abrió formalmente el manducaje y la charla política.
Piotti, en camisa y con tiradores clásicos, dirigía la batuta.
–¿Va a haber ballottage? –preguntó, para recibir un “Nooo” coreado por unanimidad.
–¿Cuánto dura De la Rúa? –volvió a insistir.
Después llegó el turno de la especulación sobre los futuros cargos y ahí tomó la palabra Servini de Cubría.
–Pasan muchos por mi despacho –contó–. ¿Y saben qué es lo que más les interesa?: el Banco Central.
La jueza con competencia electoral agregó:
–De la Rúa va a hacer lo mismo que Alfonsín. Alfonsín en los primeros tiempos se entretuvo con los juicios a los militares y De la Rúa se va a entretener con juicios contra Menem por corrupción.
La opinión de María Romilda Servini de Cubría no fue compartida por sus pares, entre quienes estaban también el camarista de San Isidro Fernando Mancini y el titular del Juzgado Federal 3 de Mar del Plata, Mario Robbio. “Para eso va a tener que ir a negociar con el Senado a cada rato”, comentó alguien. “A Menem no lo va a tocar. De ahí para abajo puede tocar a cualquiera”, sentenció una segunda voz. Otro comensal, no individualizado, pero sentado a la siniestra de Servini, festejó la conclusión: “¡Aguante el sultanato!”. La jueza no pudo evitar medirse con figuras femeninas y cambiando de tema arremetió con la candidatura de Lidia “Pinky” Satragno. “Yo no podría manejar La Matanza. Podría hacerme cargo de la intendencia de San Nicolás –afirmó con convicción la jueza, oriunda de San Nicolás– pero de La Matanza... ¿Cómo va a poder manejar, ella, La Matanza?”.
A esa altura, los mozos habían alertado de la presencia de periodistas. “Anoten muchachos”, “Prendan los grabadores”, exclamó Piotti, vengativo. Al rato, se levantó de la cabecera para hacerse cargo de la consumición de arroces con mariscos y Navarro Correa de 25 pesos la botella. Al retirarse, con fastidio, trató de eludir al fotógrafo. Servini, mujer al fin, no se animaba a trasponer el umbral. Ya en la calle, corrió y subió a un taxi sin advertir que el móvil esperaba al reportero. Rabiosa, la magistrada volvió a bajar pegando un portazo indigno de su investidura.

 

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