Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL REPORTAJE DE PAGINA/12 A ROCCA DESATO UNA FUERTE POLEMICA
Firme como una rocca quieren al peso

“El tipo de cambio es un problema”, le dijo a Página/12 Roberto Rocca, el industrial más poderoso de la Argentina. También había afirmado que “el uno a uno no es para siempre”. Así, provocó una conmoción en el mundo empresario y político. Todos salieron a respaldar el 1x1.

Roberto Rocca, titular del poderoso grupo Techint. Pese a las presiones ratificó todos sus dichos a Página/12.
“Cuando se logre una estabilidad perdurable podría analizarse ir a un régimen de fluctuación”, insistió.

na03fo01.jpg (8534 bytes)

Por Maximiliano Montenegro Desde Córdoba

t.gif (862 bytes) Las polémicas declaraciones de Roberto Rocca, titular del poderoso grupo Techint, cuestionando la viabilidad del tipo de cambio fijo en el futuro, provocaron un terremoto. Por la mañana de ayer, el industrial más poderoso de la Argentina ratificó todos sus dichos, adelantados por Página/12, aunque en esa oportunidad utilizó un tono apenas más cauto. Hacia el mediodía, el pope de Techint ya había recibido los críticas del Gobierno, la Alianza y el duhaldismo. Miguel Kiguel, subsecretario de Financiamiento, lo calificó de “desatinado”. El candidato aliancista Fernando de la Rúa se atajó manifestando que “hay que mantener la convertibilidad” y que preferiría bajar el costo argentino como remedio. Su adversario, Eduardo Duhalde, fue más dramático: “Convertibilidad o muerte”, declaró.
“Mi confesión al periodista de Página/12 fue decir que si yo fuera político tampoco se me ocurriría plantear la posibilidad de devaluar, porque sería como hacer estallar un polvorín. Lo que digo es que la devaluación es un problema psicológico y que cuando se logre una estabilidad perdurable podría analizarse ir a un régimen de fluctuación” (cambiaria), dijo Rocca por la mañana ante un grupo de cronistas, en uno de los pasillos del Sheraton. Luego, insistió con que “este no es el momento para pensar en modificar la Convertibilidad” y agregó que “tiene que haber un país estable y en crecimiento para sacar el régimen cambiario, entonces un país puede permitirse jugar con los factores psicológicos como el valor de su moneda”. Más aún, ahondó en su idea de lo que significa la flotación cambiaria: “En el largo plazo una fluctuación cambiaria como tiene todo el mundo, entre un 5% más o menos, puede servir para evitar presiones especulativas y psicológicas que afectan la confianza”, explicó.
Ayer, este diario publicó declaraciones exclusivas del empresario. Entonces, había dicho que “el tipo de cambio fijo es un problema”. Consultado por si había que devaluar, Rocca había contestado que “no hay que devaluar en este momento”. Pero también había asegurado que “la devaluación es un problema psicológico” y que “una vez consolidado el próximo gobierno no habría problemas para anunciar, con tranquilidad, un régimen de fluctuación” cambiaria.
Desde el ala política del Gobierno, el equipo económico, el duhaldismo y la Alianza, todos condenaron las palabras de Rocca como una herejía (ver aparte). Además, entre los empresarios, sorprendidos por los dichos del industrial, avivó la interna, que venía manteniendo la discusión sobre el tipo de cambio a puertas cerradas. La mayoría de los empresarios consultados relativizaron la declaración de Rocca, pero el propio secretario de la UIA, Ignacio De Mendiguren, salió a avalarlo, al decir que la paridad 1 a 1 peso-dólar “es transitoria”, lo que seguramente provocará otro revuelo (ver aparte).
Es lógica la reacción que provocó Rocca. No sólo es hoy dueño del principal holding industrial argentino sino que además buena parte de su negocio, basado en el sector siderúrgico, se orienta a las exportaciones. Para colmo, en la década pasada, Techint fue identificado como uno de los grupos que más presionaba en el mercado cambiario.
Tal vez habiendo meditado lo anterior, cuando la avalancha de críticas se hacía sentir, Rocca decidió enviar una señal al candidato De la Rúa, tratado aquí como virtual sucesor de Menem, de que lo suyo no apuntaba a condicionarlo en caso de ser Presidente. Resignado a esa altura de que sería ya muy difícil explicarse, prefirió apelar al tradicional “mesacaron de contexto”. Por las dudas, consultado por el tema, De la Rúa se atajó: “hay que mantener la Convertibilidad” porque “hay mucho endeudamiento interno en dólares”, aseguró.
Justamente, Rocca había sugerido que el problema de la devaluación era psicológico, apuntando a la memoria inflacionaria de los argentinos cada vez que se mueve la paridad cambiaria. Sin embargo, quien mejor explicó que el problema no era sólo psicológico fue el economista de la Alianza Pablo Gerchunoff. “La razón por la que no se puede devaluar con efectos benéficos es que el 93 por ciento de la deuda pública y el 70 por ciento de la privada está en dólares. Hay que olvidarse de esta herramienta”, afirmó. Curiosamente, Gerchunoff y José Luis Machinea dirigieron hasta hace poco el Instituto de Desarrollo Industrial de la UIA, presidido hasta el año pasado por Rocca. Hoy al frente del IDI, con el beneplácito de Rocca, está Roberto Favelevic, quien no tiene tanto problemas en decir que “hay que pensar en serio en cómo levantar la restricción cambiaria”.

 

Brasil vuelve a meter miedo

Brasil renunció ayer a la ayuda extraordinaria que el Fondo Monetario le había otorgado a principios de año. La decisión del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en medio del recrudecimiento de la crisis de la economía brasileña, pretende ser una señal de fortaleza a los financistas. Aunque en la city creen que la jugada podría terminar siendo un boomerang, en caso de que las complicaciones se multipliquen y Brasil necesite de fondos frescos. Ayer, el real volvió a devaluarse, esta vez un 1,64 por ciento, creando a 1,938 por dólar. De los 41.000 millones de dólares que el FMI se comprometió a otorgar al país vecino para que enfrente la crisis, Cardoso utilizó menos de la mitad: 19.200 millones. Pero ahora renunció a recibir el resto. “La inflación está bajo control; la economía se recupera y los números fiscales son los deseados”, señaló Daniel Gleizer, director del BC brasileño al momento de realizar el anuncio. Sin embargo, la presión sobre el real volvió a hacerse evidente. Signo de la desconfianza de los financistas en la marcha de la economía y de la pérdida de popularidad de Cardoso, la moneda brasileña cerró a 1,938 por dólar, el peor nivel desde marzo. En lo que va del mes, el real ya se depreció el 6,9 por ciento. “Los inversionistas están detectando debilidades políticas en Brasil, que ponen en duda la viabilidad del ajuste fiscal”, aseveró a este diario Guillermo Perry, economista jefe del Banco Mundial.
Pese a la nueva caída del real, que podría terminar complicando aún más a la economía argentina, ayer las acciones terminaron con signo positivo. El índice de papeles líderes MerVal se anotó un alza del 0,4 por ciento, aunque los títulos públicos cayeron medio punto en promedio. La baja de los bonos se debió a las dudas que genera Brasil y a rumores sobre una moratoria en Ecuador.


 

JOSE IGNACIO DE MENDIGUREN, SECRETARIO DE LA UNION INDUSTRIAL ARGENTINA
“La paridad del 1 a 1 es transitoria”

Por M.M. Desde Córdoba

t.gif (862 bytes) El secretario de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, salió ayer a calentar todavía más la polémica desatada en torno de la paridad fija del tipo de cambio. Dijo que “la convertibilidad tiene una paridad transitoria 1 a 1” y afirmó que, si los candidatos presidenciales no quieren modificarla, entonces “nos van a tener que demostrar qué es lo que van a hacer para que esta situación sea sostenible”. De Mendiguren se preocupó en aclarar que hablaba en nombre de un sector de la UIA, dejando al desnudo las internas que también sobre esta cuestión envuelven a la entidad. La otra polémica interna se refiere a si es necesario suspender o no el Mercosur (ver página 4).
–¿Qué opina de las declaraciones de Rocca?
–Sobre este tema, como en el del Mercosur, hablo a título del Movimiento Industrial Nacional, que es la mitad de la UIA. Para mí, es un apreciación válida la de Rocca. La convertibilidad tiene hoy una paridad transitoria de uno a uno. Por ejemplo: si cuando nosotros adoptamos la convertibilidad en vez de haber elegido el dólar hubiéramos elegido el oro, hoy la Argentina sería un 30 por ciento más competitiva.
–¿El próximo gobierno podrá implementar un régimen de flotación?
–Los técnicos de los dos (candidatos) dicen que no. Nosotros decimos que nos van a tener que demostrar qué es lo que van a hacer para que esta situación sea sostenible.
–¿La paridad del 1 a 1 peso-dólar es transitoria?
–Es claro que hay serios problemas. Miremos la rentabilidad de los sectores transables; no la tienen. Miremos la producción, no hay. Entonces, ¿qué vamos a hacer? O nos muestran un plan de medidas concreto para deflacionar costos o que nos digan qué hacemos. No se puede plantear que el 1 a 1 es para siempre en estas condiciones. Lo que se puede plantear es que la convertibilidad es buena.
–¿Son cosas distintas?
–Por supuesto. Una cosa es la convertibilidad, que uno vaya al banco y le den dólares por sus pesos. Pero otra cosa distinta es cuál es la paridad. En su momento se fijó el uno a uno por las condiciones que había.
–¿Hoy hay presiones devaluacionistas?
–No. Lo que sí hay es mucha ansiedad y necesidad por recuperar rentabilidad productiva.

 


 

“La devaluación sería una opción desastrosa”

Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) “Me parece que está equivocado”, le dijo ayer a Página/12 el economista en jefe del Banco Mundial para América latina, Guillermo Perry, aludiendo a la propuesta impulsada por el industrial Roberto Rocca de abandonar el dólar fijo. El experto fue uno de los panelistas del Congreso sobre Política Económica Argentina organizado por la Universidad Torcuato Di Tella en el Banco Central.
–¿A Argentina le conviene devaluar?
–Por supuesto que no. Esa opción sería desastrosa para Argentina.
–¿Qué piensa de la idea de pasar a un tipo cambio flotante como planteó el presidente de Techint?
–Me parece que está equivocado. Creo que hay que hacer todo lo contrario. Hay que mantener la convertibilidad, que es una opción preferible a la dolarización.
–Pero esa no es una receta que predique el BM para todos los países de la región, ¿por qué?
–No hay un sistema cambiario que sea mejor para todos los países en todas las circunstancias. Estoy convencido de que a Brasil, México y Chile o Colombia les conviene más el régimen flotante. En el caso de Brasil, por ejemplo, con un mercado financiero muy desarrollado, donde las empresas tienen mucho más endeudamiento en moneda local que en dólares, la flotación es una alternativa interesante, como lo está siendo.
–¿Y en Argentina?
–En el caso de Argentina no existe la opción de la devaluación. Y es así porque causaría mucho daño al sector empresarial y profundizaría la actual recesión.
–¿Por qué?
–Argentina se distingue de otros países de la región en que debido a su pasado de hiperinflación, la economía se dolarizó muchísimo. Ahora más de la mitad de los depósitos en los bancos son en dólares, y los pasivos de las empresas están en una aún mayor proporción en esa moneda. La otra diferencia es que la adopción de un régimen de convertibilidad fue esencial para recuperar credibilidad y así bajar la inflación y volver a tener la confianza de los inversionistas.
–¿Qué piensa de la dolarización?
–Creo que las dos opciones que hay, y es lo que estamos discutiendo, son mantener la convertibilidad o dolarizar. La diferencia es que algunos piensan que conviene dolarizar de inmediato, y otros pensamos que a la Argentina le convendría un acuerdo monetario con Estados Unidos. Por eso creo que es mejor seguir con el cambio fijo y tomar otras medidas para afianzar la economía.
–¿Qué medidas?
–Una es la consolidación fiscal; otra fundamental es la flexibilización del mercado laboral y, finalmente, desarrollar el sistema financiero, que ni el tipo de cambio fijo ni la dolarización garantizan.
–¿Cuándo cree que comenzará la reactivación?
–Los indicadores tienden a confirmar que la recuperación comenzará en el último trimestre del año. El PBI crecerá entre el 3 y 4 por ciento el año próximo.
–¿Cómo ve la transición?
–La vemos con mucha tranquilidad porque pensamos que en Argentina hay un consenso muy amplio sobre las características básicas del régimen: una economía abierta a los flujos comerciales y la inversión extranjera, con reformas estructurales mejorando la eficiencia de la economía. Nos parece que las diferencias en las propuestas de los partidos son más que todo de detalle.

OPINION

 

PRINCIPAL