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Por Nora Veiras El día comenzó agitado. Parecía inminente el anuncio del levantamiento de la Carpa Blanca a casi mil días de su aparición frente al Congreso. El optimismo era tal que el equipo del presidente Fernando de la Rúa convocó a una conferencia de prensa a las cuatro de la tarde en la Casa Rosada. La idea era que a los cinco días de asumir, el nuevo gobierno junto con la titular de la Federación de Trabajadores (Ctera), Marta Maffei, mostraran que el camino estaba allanado para solucionar el conflicto salarial. La foto deseada se frustró porque en Diputados nada estaba cerrado. Recién después de las diez de la noche, por absoluta mayoría, aliancistas y peronistas votaron que Rentas Generales destinará 660 millones de pesos para el Fondo de Incentivo Docente. Las estacas de la carpa empezaron a removerse.Esta es la llave para abrir un espacio de negociación diferente. Ahora falta que el Senado lo apruebe y queremos ver las condiciones que establezca el decreto reglamentario, dijo a Página/12 Maffei después de un día de idas y vueltas en el Congreso. ¿Es decir que la Carpa se levanta antes de Navidad? Ojalá se pudiera, me apena por los compañeros que tengan que pasar otras fiestas en la Carpa. Pero hasta que la cosa no esté zanjada claramente, que esté todo garantizado, no podemos adelantar nada. Mañana (por hoy) tenemos un plenario de secretarios generales y el 22 de diciembre se reúne el congreso del gremio, la única instancia que puede resolver el levantamiento de la Carpa. ¿Cuando se pagaría la segunda cuota de incentivo? Apenas se conoció la designación de Juan Llach como ministro de Educación de la Alianza, la Ctera criticó sin tapujos la elección del ex viceministro de Domingo Cavallo. El sociólogo y economista había criticado en su último libro la Carpa Blanca y manifestó su oposición a la nacionalización del conflicto salarial porque los docentes dependen de las provincias. Sin embargo, tuvo que adaptarse al discurso del gobierno al que se integró. De la Rúa y su vice Carlos Chacho Alvarez habían sido asiduos visitantes de la Carpa Blanca. Al malestar provocado por el nombramiento, que dejó en el camino más de un compromiso previo con la tropa propia, el nuevo gobierno no podía sumarle una confrontación con un sector que sustentó su triunfo.Llach mantuvo entonces una extensa reunión con Maffei, que acordaron no difundir. Ambos se midieron y trataron de limar desconfianzas mutuas. El diputado radical, Andrés Delich, fue entonces el encargado de acercar posiciones. Por entonces, el gremio contaba con la Ley de Incentivo Docente, impulsada durante la gestión de la ex ministra Susana Decibe, pero casi sin garantías. El clima preelectoral había permitido que, a pesar de las polémicas por el impuesto sobre autos, aeronaves y embarcaciones, los docentes cobraran en la primera quincena de agosto la primera cuota semestral de incentivo por 360 pesos. El rechazo de los empresarios del transporte a ese gravamen llevó a modificaciones de la ley que, virtualmente, vaciaron de contenido al fondo. Con al derrota del 24 de octubre, el menemismo se desentendió del tema, la AFIP no se ocupó de recaudar y se llegó a diciembre con poco más de 40 millones en las arcas, cifra que transformó en irrisoria la posibilidad del pago de la segunda cuota. La convicción en el nuevo gobierno de que nada se podrá intentar en Educación sin una tregua con los docentes aceleró los tiempos. Con la luz verde de De La Rúa y del ministro de Economía, José Luis Machinea, se avanzó en un primer proyecto de derogación del Fondo de Incentivo Docente no sólo del impuesto automotor, con el compromiso de que la Nación pondría 540 millones de pesos y las provincias aportarían 120 millones del incremento de recursos coparticipables. Los diputados José Gabriel Dumón, Adriana Puiggrós, Eduardo Maccaluse, Irma Parentella y Alfredo Bravo,junto con la Ctera y Delich, consiguieron que no se derogara el fondo sino sólo el impuesto. Todo parecía atado. Llach había acordado un primer encuentro público con Maffei nada menos que en la Casa Rosada. Al mediodía, Maffei llamó al ministro para informarle que gran parte de los diputados no estaban dispuestos a votar los 120 millones de pesos y que, por lo tanto, el acuerdo como tal no estaba incluido en el paquete del Presupuesto. Llach partió raudo al Congreso. Una tensa reunión en el despacho del titular del bloque radical, Horacio Pernasetti, con Maffei, su adjunto Hugo Yasky y Llach hizo temer un fracaso. En la sesión, el radical mendocino Raúl Baglini propuso la derogación del impuesto automotor y su reemplazo por los 540 millones de pesos de Rentas Generales y 120 de recursos coparticipables. La peronista de Santa Cruz, Cristina Fernández de Kirchner, rechazó la erogación de las provincias. Nosotros pagamos los mejores salarios, se exaltó, y consideró que no es equitativo que paguen los desaguisados de otras administraciones.Ustedes pagan también la mayor parte de los sueldos en negro y el presentismo más alto le retrucó Maccaluse, el flamante diputado que proviene de la conducción de la Ctera.El ex titular de la Comisión de Presupuesto, el peronista Oscar Lamberto, fogoneó también el rechazo a esa propuesta. En cambio, la ex directora de Escuelas bonaerense, la duhaldista Graciela Giannettasio, se inclinaba por dar vía libre al acuerdo. La discusión se empantanó y se suspendió la sesión. Un desesperado llamado de Dumón a De la Rúa y Machinea logró destrabar el tema. Finalmente, por 194 votos a favor y 13 abstenciones cavallistas y demócratas mendocinos, los diputados aprobaron que los 660 millones de pesos los aportará la Nación. A 12 días de cumplir los mil días de la instalación de la Carpa Blanca, gremialistas y aliancistas se abrazaron para festejar. Los peronistas se culpaban por el costo político que pagaron cuando el ex presidente Carlos Menem vetó la garantía del Tesoro para los 700 millones de pesos del fondo. La Ctera ahora quiere que le garanticen que ningún docente cobrará menos de 60 pesos por mes de incentivo y que no le pondrán condiciones para pagarlo. La negociación sigue.
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