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La Alianza pagó caro su nuevotriunfo en la FUBA

Los aliancistas volvieron a ganar la federación estudiantil. Pero la oposición los desconoce y perdieron un fuerte aliado.

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Por Cecilia Sosa

t.gif (862 bytes) La versión universitaria de la Alianza ratificó ayer su mayoría en el movimiento estudiantil de la UBA y fue reelegida como conducción de la FUBA. Pero, pese a que su candidato, Guillermo de Maya (Franja Morada), encabezará la federación el próximo año, el clima que primó en el congreso realizado ayer en la Facultad de Ciencias Sociales fue el desgano. Con toda la oposición ausente con aviso, el congreso sólo reunió a poco más de la mitad de los 130 delegados posibles. En la puerta, la izquierda agitó banderas, acusó de ilegítimo al encuentro y se retiró, tras anunciar que no reconocerá a la nueva conducción. Con todo, la sorpresa la dieron los socialistas del Movimiento Nacional Reformista (MNR): la principal fuerza del Frepaso universitario rompió su alianza con Franja. Aunque la cita era a las 12, aún a las 14 eran pocos los estudiantes que se habían acercado a la sede de Ramos Mejía 841, en Parque Centenario. Las acreditaciones de los delegados no comenzaron hasta las 20 y, al cierre de esta edición, todavía se estaba votando. “Este es el congreso más aburrido de la historia”, se quejó un militante morado, que deambulaba por la planta baja de la facultad. Quienes finalmente se presentaron para elegir presidente, secretario general y los titulares de las 13 secretarías de la FUBA fueron los 54 delegados de Alianza (Franja y el Frente Grande), 14 del MNR, y unos pocos del peronista Funap (Medicina), el LAI (Agronomía) y Quantum (Ingeniería). En realidad, el escenario del congreso no fue la facultad, que estuvo casi vacía hasta la noche, sino los bares de la zona. Allí, los distintos sectores de Franja cerraron los últimos acuerdos y desacuerdos. “La Alianza ahora es Franja-Franja. Somos lo más progresista de la Alianza y no se nos quiere dar espacio. Esta ruptura va a implicar barajar de nuevo al interior de la universidad”, dijo Raúl Sánchez, del MNR. Las agrupaciones independientes y de izquierda, que ya habían anticipado su boicot, agitaban unas pocas banderas y cantaban contra Franja y la represión en Corrientes. La oposición declinó participar del congreso y lo consideró “ilegítimo”. Entre otras cosas, porque, al postergarse las elecciones estudiantiles de Ciencias Económicas hasta el próximo cuatrimestre, se tomaron los resultados del ‘98 para calcular la cantidad de delegados. “Hasta que no voten los estudiantes de Económicas, el 25 por ciento de los alumnos de la UBA no está representado”, dijo Manuel Alsina, de la Unidad Opositora.“No podemos desproteger a un centro de estudiantes por una intervención de la UBA. Es una excusa de la izquierda que busca ocupar lugares de poder”, argumentó De Maya, un rato antes de ser elegido. “El congreso es legítimo. Es cierto que no se dio el consenso, pero no estamos dispuestos a cederlo por una extorsión de la minoría”, se plantó. A pesar de que los amparaba el estatuto de la FUBA, las caras eran largas entre los militantes de la Alianza. “Son sólo ustedes y la derecha”, increpó un militante de la Venceremos a un dirigente aliancista. “Este congreso se hace un miércoles a las dos de la tarde y no se discute política universitaria, sino las internas de la Alianza”, protestó el peronista Claudio Posse.

 

La prioridad

El nuevo titular de la FUBA, Guillermo de Maya (29 años, alumno de Ciencias de la Comunicación), dijo que la prioridad de su gestión es “asumir el debate sobre la excelencia académica. El mercado es sólo una variable que hay que atender para no producir marginales. Hay que profundizar la investigación científica y esto significa presupuesto e inversión”. Y agregó: “Hoy, cuando la gratuidad está garantizada, el desafío es extender la universidad a sectores más amplios y hacerla más pública. Nuestros intereses deben ser los de toda la sociedad”.


OPINION
Por la Cátedra “Poder Económico y Derechos Humanos” *

 

La educación pública y el continuismo neoliberal

Por sus trayectorias, ideas y propuestas, los economistas del nuevo gabinete del Gobierno son, más que ministros para gobernar en beneficio de la sociedad, representantes del poder económico que seguirá aumentando su riqueza con un sistema que perpetúa la pobreza. Bajar salarios, arancelar la universidad, quitar los beneficios laborales aún vigentes, mantener las condiciones regresivas de distribución del ingreso y la política tributaria parecen ser sus aportes a las “nuevas” políticas. Todo ello sustentado por los conceptos del pensamiento único, del dogma neoliberal impuesto por el único partido triunfante en la Argentina posdictatorial: los poderes económicos locales e internacionales, que son acatados sin reservas por nuestros “representantes”, sean del signo político que sean. Parece que para los sectores populares no hay posibilidad de representación en el gabinete. Parece que no hay economistas que puedan proponer políticas alternativas. El caso paradigmático de continuismo neoliberal se expresa en el nuevo ministro de Educación, Juan Llach. Fue viceministro de Cavallo; defensor del ajuste de los gastos socio-educativos, de la flexibilización y las privatizaciones. Así, es claro para qué llega a Educación: para privatizar, provincializar y arancelar la universidad. Para hacer asistencialismo con políticas compensatorias focalizadas (vouchers). Para que los alumnos sean formados por y para las necesidades empresariales (escuelas charter). En suma, para profundizar la desigualdad social y regional, seguir confrontando con los docentes y que nadie moleste pidiendo más recursos educativos. Su designación no sólo es una señal a los mercados: es la entrega de la educación pública a los los financistas internacionales. Desde esta cátedra entendemos la economía como una ciencia social crítica, proveedora de instrumentos para eliminar la injusticia social. El ser humano es el fin de la economía, no la variable de ajuste. La educación es una tarea indeclinable del Estado y debe ser gratuita. La universidad debe formar intelectuales cuestionadores del orden establecido y comprometidos con las necesidades populares. No tiene que formar profesionales conformistas y acríticos, funcionales a las necesidades empresariales. Denunciamos el sentido de las designaciones de Llach, López Murphy, Rodríguez Giavarini y Machinea. Y llamamos a debatir y generar respuestas que impidan la destrucción de lo que aún queda de la educación pública. Convocamos a las cátedras libres de la UBA y otras universidades, a la comunidad educativa y a toda la sociedad a discutir en una asamblea cómo defender una educación pública, gratuita y vinculada con las necesidades populares.

* Cátedra libre de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Su titular es Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora).

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